Domingo de Pentecostés, domingo de Caballada y ya vamos por la 862

El calendario cumple sus fechas, pasaron Navidad y Semana Santa y 50 días después llega Pentecostés. Y para Atienza y los atencinos es una fecha marcada a fuego en su calendario.

Desde hace 862 años, inexorablemente, en esta fecha, cincuenta días después de Pascua, se celebra La Caballada, una fiesta de recias tradiciones que el tiempo no hace cambiar y que se guía por sus usos y costumbres.

Este domingo 19 de mayo los herederos de aquellos valerosos arrieros atencinos, al son de la dulzaina y el tamboril y montados en sus cabalgaduras renuevan una tradición más de ocho veces centenaria.

Qué celebramos
La fiesta está dividida en dos fechas, aunque en realidad son cinco; a saber, por un lado, el 15 de mayo que es la fiesta de San Isidro, los hermanos se reúnen en misa, en la iglesia de la Trinidad, para honrar a su patrón y después sacarle en procesión por las calles de la villa. Por otro, el sábado de las siete tortillas, víspera de la Caballada y de Pentecostés, el día grande con la fiesta principal de La Caballada; el domingo de Trinidad que es el domingo siguiente y el “sábado de Cernina” que se celebra el sábado siguiente al Domingo de Trinidad.

El sábado es la víspera de la celebración importante. La mesa de la cofradía, en perfecto orden, formada por el prioste, el mayordomo, el “fiel de fechos” y los señores seises, uno de ellos el seis principal, que es quien llevó la vara el año anterior, acompañados de la seisa, la priosta y la mayordoma con el “manda”, el dulzainero y el tamboril bajan caminando hasta la ermita de la Estrella situada a unos tres kilómetros del pueblo.

En la ermita, los hermanos preparan con devoción a la virgen, que han bajado del retablo que preside el pequeño templo, para ponerla sobre el trono en el que saldrá en procesión en la jornada siguiente y que durante estos dos días preside la ermita.

Entre trago y trago de vino, los hermanos, eso si, acompañados de un buen número de parroquianos, van hasta los aledaños de la ermita en busca del mayo del que se colgaran las naranjas, los limones y las roscas que el día de la fiesta se subasta entre los cientos de personas que allí se congregan.

La tarde va pasando y mientras se baila a la virgen, siempre hay que hacerlo de frente, nunca se la da la espalda, bajo multa de algunas libras de cera, se prepara la merienda que los hermanos y sus invitados degustarán en el comedor de la ermita situado en el piso superior. La merienda consiste, como es tradición, en siete tortillas, todas de diferente clase y sabor, además de otras viandas y por supuesto el vino que no ha de faltar en toda la fiesta.

Casi cuando la tarde llega a su fin y antes de anochecer, los hermanos se prestan a regresar de nuevo a Atienza, pero antes rezan la Salve a la virgen, y llegarán a Atienza  por el mismo itinerario de bajada, pero antes hacen dos paradas en ambas Peñas de la Bandera donde se reza por los hermanos fallecidos y se echa un trago de vino; ya en el pueblo llegan hasta la casa del prioste para dar por concluidos los actos de la víspera. Pero no acaba aquí la jornada, la cofradía invita a propios y a extraños a merendar tortilla, chorizo y vino en la plaza del Trigo, a los sones de la música de los dulzaineros “La Pinocha de Sigüenza”. Ya queda pocas horas para el día más importante.

Amanece en Atienza, para los fotógrafos, la primera luz del dia es especial para recorrer las calles atencinas y fotografiar casas, escudos, plazas, calles, iglesias… e incluso sus gentes.

A primera hora del dia, el “manda” con el dulzainero y el tamboril recorren con su música las calles atencinas y es el momento en que los hermanos van en busca de su cabalgadura que a buen seguro ha llegado ya a Atienza. El sorteo depara que caballo llevará cada hermano y presto se dirige hasta su casa a prepararse para la larga jornada.

Antes de las diez de la mañana, como mandan los usos u costumbres, los hermanos han de estar perfectamente uniformados con su chaquetilla, corbata, capa y sombrero en la casa del prioste. El “manda”, por orden del “fiel de fechos” índica a los hermanos montarse en sus cabalgaduras: “señores hermanos, a caballo”. Posteriormente pasa lista a los hermanos, siempre respondiendo: “está”; leerá las multas que se pagan en hachas o libras de cera; y por último será el “remate” o subasta de la bandera: “buen muchacho la lleva”. Y los hermanos montados en sus cabalgaduras inician el recorrido por las medievales calles atencinas, primero irán a buscar al señor abad a su casa y después, todos ya en perfecta formación, bajan a la ermita de la Estrella.

A medio día tiene lugar la procesión con la Virgen de la Estrella hasta la primera Peña de la Bandera sorteándose los banzos de su trono en varias ocasiones. Después, misa en la ermita y subasta de las rocas en el mayo que fue cortado previamente. Los hermanos bailan a la virgen al igual que lo han hecho en la tarde anterior y antes de comer se reúnen para echar un trago de vino.

La comida, en el comedor situado en la parte superior de la ermita, consiste en cordero asado, ensalada y de postre melocotón en almíbar. Es un momento íntimo de la cofradía.

Por la tarde, tras nuevos bailes a la virgen los hermanos se despiden de ella entonando la Salve y se ordena subirse a las caballerías para iniciar el regreso a la villa y trasladarse hasta el lugar donde van a celebrarse las carreras, quizás uno de los momentos más vistosos de la jornada, y es cuando  los hermanos, de dos en dos compiten con sus veloces caballos. El objetivo es llegar juntos a la meta (en señal de hermandad).

Tras disputarse  las carreras, la comitiva se pone en marcha para llegar a la plaza del Trigo donde el abad invita a los hermanos a un vaso de limonada. Después un trago de vino en casa del prioste para dar por concluida esta especial jornada atencina.

Certamen de fotografía Santiago Bernal
Hay que recordar que la cofradía de La Caballa de Atienza instauró hace unos años un concurso de fotografía denominado “La Caballada – Santiago Bernal” y que este año va por su décimo segunda edición. Es un certamen abierto a todo el mundo, y en que se valora las mejores fotografías que reflejen esta fiesta. Las bases se pueden consultar pinchando AQUÍ.