Durón, la historia hecha escudo

La heráldica es una disciplina que, en muchas ocasiones, refleja la historia de un lugar o un municipio determinado. Un ejemplo es Durón, un pueblo de 106 habitantes ubicado muy cerquita de Entrepeñas. “La clave del significado del emblema municipal de esta localidad está en el repaso –aunque sea somero– de su devenir histórico”, aseguraban Antonio Herrera Casado y Antonio Ortiz García en el libro «Heráldica municipal de Guadalajara».

De hecho, la descripción oficial de la representación duronera sería: «escudo español, partido en sotuer, al primero y cuarto de sinople, banda de gules fileteada en oro, y al segundo y tercero el campo de oro con la leyenda Ave María Gratia Plena en azur, representativa de los Mendoza. Por bordura trae, en azur, ocho flores de lis, de oro, representativa de Los Cerda. Al timbre, corona real».

Una narrativa que responde a los avatares que ha sufrido la villa. “Durón fue reconquistada en 1085, a la par que todo el territorio a la derecha del Tajo, quedando incluido –en principio– en el gran Común de Atienza, pasando –luego– al de Jadraque. En el siglo XV perteneció al señorío de los Carrillo, aunque por poco tiempo, pues a finales de esa centuria entró en poder de la casa de los Mendoza, siendo su primer señor el Cardenal Pedro González, e integrándose –más tarde– en el señorío de los marqueses de Cenete y duques del Infantado, al cual perteneció hasta el siglo XIX”, comentaban Herrera Casado y Ortiz García.

En consecuencia, y como mencionaban dichos especialistas, es lógico que Durón “ostente por armas heráldicas las propias de esta casa marquesal [la de Cenete], que junta en un escudo las del apellido Mendoza y las de La Cerda, originalmente armas reales de Francia”.

duron
Durón

Un importante pasado que también se refleja en los monumentos de la localidad. Posee una relevancia especial la iglesia de Nuestra Señora de la Esperanza, del siglo XVII, en la que destaca su portada manierista, tal y como señala el cronista provincial, Antonio Herrera, en el libro «Guadalajara entera. Diez rutas para conocerla».

Además, se debe relatar el patrimonio civil del pueblo, resultado de la relevante evolución histórica de la villa. “La arquitectura popular alcarreña existente en la localidad nos muestra numerosas casonas y palacios de los siglos XVI al XVIII, con espectaculares escudos nobiliarios sobre las claves de sus entradas, así como una gran fuente barroca de 1.793. La picota, ubicada a la entrada del municipio, es del siglo XVI”, confirman desde el Servicio de Turismo de la Diputación de Guadalajara.

Esta opinión es compartida por otros especialistas, que invitan a pasear por las calles del lugar. “En Durón, el aire de la Alcarria se adensa en las construcciones típicas, hermosos edificios como el de la vieja Carnicería, la gran iglesia parroquial, la fuente barroca o la picota a la entrada”, explica Antonio Herrera Casado.

Además, “el edificio que acoge el Ayuntamiento también es muy bello por los soportales de su planta baja, apoyados en columnas y pilares, y su alero con modillones de madera. Fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en 1985”, aseguran desde la Junta de Comunidades de Castilla–La Mancha. Todo ello sin olvidar las ermitas existentes en este emplazamiento. Entre ellas, las de Santa Bárbara, La Soledad, San Roque y Nuestra Señora de la Esperanza, edificada en 1691. “Esta última destaca por sus grandes dimensiones y por haber sido trasladada piedra a piedra a lo alto de un monte a causa de las obras del pantano”, confirman desde el Gobierno Regional.

En consecuencia, la historia de Durón no se limita a aparecer reflejada en su escudo. También se puede observar en sus monumentos y en las diferentes tradiciones existentes en el municipio, como sus fiestas patronales. Asimismo, anualmente se organizan una serie de actividades culturales durante el verano, adaptadas a todos los gustos. Todo ello, sin olvidar las rutas senderistas que permiten conocer el inigualable entorno natural en el que se asienta esta localidad. Por tanto, la mencionada villa alcarreña se constituye como un magnífico emplazamiento para disfrutar de unos días de reposo.

Bibliografía.
HERRERA CASADO, Antonio. Guadalajara entera. Diez rutas para conocerla. Guadalajara: Ediciones AACHE, 1999.
HERRERA CASADO, Antonio y ORTÍZ GARCÍA, Antonio. Heráldica Municipal de Guadalajara. Guadalajara: Ediciones AACHE, 2001