Se trata de una de las fiestas más tradicionales de la provincia. Aunque en su formato actual cuenta con apenas medio siglo de antigüedad, sus orígenes se pierden en la noche de los tiempos. Nos referimos a la romería del Santo Alto Rey de la Majestad y de Nuestra Señora de los Ángeles, que –este 2022– se vuelve a convocar tras dos años sin celebrarse a causa de la pandemia. Sin embargo, el Covid–19 no vencido a este festejo, que –como es habitual– llegará el primer sábado de septiembre. Una jornada que, en la presente ocasión, coincide con el día 3 del referido mes.
Se trata de una celebración en la que intervienen siete localidades de la serranía arriacense. Más concretamente, Aldeanueva de Atienza, Bustares, El Ordial, Las Navas de Jadraque, Albendiego, Gascueña de Bornova y Prádena de Atienza. Todos estos pueblos se encuentran ubicados en torno a la cordillera del Alto Rey, una montaña que –durante la jornada romera– los romeros ascienden hasta llegar a su cima, ubicada a 1.852 metros. En la cúspide existe una ermita, donde se realizan parte de los eventos.
Unas actividades que comenzarán a las 12.00 horas, con la procesión de las cruces y pendones de las siete poblaciones participantes. La comitiva recorrerá el camino que une la base militar existente en la sierra con la explanada en donde se realizará la misa campera. Precisamente, a las 12.30 horas comenzarán los oficios religiosos en la referida planicie, mientras que poco después –a las 13.30– se procederá al ascenso de las imágenes hasta el oratorio.
Tras ello, se dará paso a la «comida de hermandad serrana». Se trata de un almuerzo en el que los participantes se reúnen con los vecinos de su pueblo, desplegando sus viandas en la vertiente de la montaña que mira hacia su municipio. Una vez repuestas las fuerzas, llegará la música. A las 16.00 se ha previsto un baile popular de jotas y, para cerrar –a partir de las 17.00–, se procederá a la actuación de un grupo folclórico provincial. Un completo programa que tendrá lugar en un marco incomparable, a más de 1.800 metros de altitud y en pleno Parque Natural de la Sierra Norte de Guadalajara. ¡Todo un lujo!
Un poco de historia
Las primeras noticias existentes de esta festividad proceden del siglo XVI. Más concretamente, de 1580, cuando apareció en la «Relación Topográfica de Bustares». En la misma se indicaba que «a media legua del lugar de Bustares está, en lo alto de la sierra, una casa y ermita que se nombra y llama del Señor Rey de la Majestad, la cual es de grandísima devoción y donde, por esta causa, acude gente de muchas partes».
Inicialmente, la fiesta se impulsaba individualmente por cada pueblo. Así, en Albendiego se ascendía el 9 de mayo y el 12 de septiembre; en Aldeanueva de Atienza y El Ordial, el día siguiente de la Pascua de Pentecostés; en Bustares y Las Navas de Jadraque, el 13 de junio; en Gascueña de Bornova, el domingo de la Santísima Trinidad, en primavera; y en Prádena de Atienza, el domingo de Pentecostés.
Empero, “la caída de un rayo en la década de 1940 en medio de la reunión festiva de Albendiego, que supuso la muerte de un hombre y una mujer, hizo que se unificara la subida al monte por parte de todos los pueblos”, explican los afectados. Primero, se optó por el 12 de septiembre, luego por el primer domingo del mismo mes y, finalmente, por el primer sábado septembrino. De esta forma, se buscó adaptar la tradición a las exigencias sociales, fruto de la despoblación y de los hábitos laborales de los asistentes.
El oratorio
Además, quien acuda a esta romería podrá conocer –de primera mano– la ermita homónima. Exacto, aquella que se encuentra emplazada a 1.852 metros y desde la que se domina gran parte de la provincia de Guadalajara. De hecho, en los días claros se divisa –desde la misma– la central nuclear de Trillo. En la portada del edifico se distingue una fecha –1785–, aunque su germen fue anterior.
“Su origen es remotísimo y no existe conciencia cierta de su construcción primitiva. De hecho, en torno a los inicios constructivos de este santuario existen diversas leyendas que han ido pasando de generación en generación, aunque sin constancia documental que los avale”, explican los investigadores Antonio Herrera Casado, Ángel Luis Toledano y Antonio González.
Una de estas tradiciones es la que atribuye la edificación del oratorio a los Templarios. Un extremo que no se puede comprobar, ya que –tras la supresión de la Hermandad en el siglo XIV– muchos de sus archivos fueron destruidos. “Tampoco está probada la teoría de que sus sucesores –los caballeros hospitalarios de la Orden de San Juan– fueran los responsables de la ermita. No existen legajos que confirmen esta suposición”, indican los especialistas.
Sin embargo, una de las teorías que sí se ha podido corroborar es la que relaciona a este santuario con el de Santa Coloma, un templo románico existente en Albendiego. De hecho, se ha documentado que hacia 1197 existía en esta localidad un monasterio de la Orden de los Canónigos Regulares de San Agustín. Y que, del mismo, dependía una «Casa del Señor de la Majestad», que puede ser el templo de la montaña…
Lo que se puede visitar hoy es la «versión actual» de la ermita. Consiste en un edificio de finales del siglo XVIII, que se construyó sobre el santuario original, levantado en el XII. “En 1756, el libro de fábrica indicaba que se estaba haciendo obra nueva en el oratorio. El edificio anterior ya se encontraba muy arruinado en 1602”, asegura el investigador Ángel Almazán de Gracia.
El monumento moderno “es un complejo sencillo y recio, de mampostería basta, con algunos sillares esquineros. Sujetando y anclando sus muros existe un contrafuerte muy potente. La planta es de nave única, alargada. Tiene su ingreso al poniente. El interior se cubre por una bóveda semicircular, en forma de medio cañón. Y el presbiterio posee una cubertura hemisférica por cubrición”, se explica en el libro «La Romería del Santo Alto Rey», realizado por Ángel Luis Toledano y Antonio Herrera Casado.
El altar se encuentra construido sobre el promontorio más elevado de la sierra, coincidente con el pico del Alto Rey. “Este detalle es revelador de la función sagrada que se le ha dado a la montaña, al colocar el punto de encuentro con la Divinidad sobre una roca, que es la prominencia más sobresaliente del monte”, indican Herrera Casado, Toledano y González. Debido a esta circunstancia, la orientación del santuario es Norte–Sur, muy poco habitual en los templos cristianos.
Por tanto, este emplazamiento cuenta con una gran tradición e historia a sus espaldas. Sólo hay que observar el legado patrimonial –material e inmaterial– existente en la cima de la montaña. Una riqueza que se debe mantener y difundir. Y un buen momento para hacerlo es la romería que tendrá lugar el próximo sábado, 3 de septiembre. Esta celebración es una forma de encontrarse con la naturaleza, la diversión y con una historia centenaria que año tras año se sigue escribiendo. ¡No faltes!
Bibliografía ALMAZÁN DE GRACIA, Ángel. «Guía templaria de Guadalajara». Guadalajara: Ediciones AACHE, 2012. HERRERA CASADO, Antonio, TOLEDANO IBARRA, Ángel Luis y GONZÁLEZ ESPLIEGO, Luis Antonio. «La romería del Santo Alto Rey». Guadalajara: Ediciones AACHE, 2019. |

Historiador y periodista, especialista en comunicación ambiental y en Masonería mexicana. El reporterismo es mi vocación. Ahora informando desde Guadalajara. “Entre los individuos, como entre las Naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz” (Benito Juárez, 1867).