Guadalajara también cuenta con una gran variedad botánica…

En los últimos tiempos, El Rincón Lento y Ecologistas en Acción han impulsado una serie de actividades de divulgación de los valores naturales de Guadalajara y de la provincia. Una de las más concurridas fue un paseo por los parques de La Concordia y San Roque –dos de las principales zonas verdes de la capital– para dar a conocer la variedad botánica existente en estos lugares…

La propuesta, que tuvo lugar este verano y que cosechó un importante éxito, estuvo comandada por Raúl Ablanque y Tino Tovar, naturalistas y expertos en la materia. “Se trató de una iniciativa orientada a familias con hijos en la que se buscaba dar a conocer la historia de dichos espacios y el tipo de especies florísticas existentes en los mencionados emplazamientos”, confirma Tovar.

Desde Henares Al Día hemos querido conocer un poco más sobre este asunto, tan desconocido para muchos. Por ello, nos preguntamos cómo se podría calificar la variedad botánica existente en la ciudad. “En las zonas verdes históricas, aquellas que poseen décadas de vida a sus espaldas, sí que se puede encontrar una gran diversidad de árboles y arbustos”, subrayan los referidos especialistas. “En Guadalajara contamos con algunos parques antiguos, como el de La Concordia, donde se distinguen ejemplares muy valiosos”, señalan Tovar y Ablanque.

Jaime Sanz Tejedor, concejal de Servicios Urbanos, Zonas Verdes y Movilidad, confirma la relevancia de los jardines citadinos. “Tenemos masas arbóreas en muchos puntos del casco urbano, por lo que somos un referente tanto a nivel regional como nacional en la materia”. De hecho, Sanz asegura que existen 163 parques y 27.000 árboles plantados tan sólo en la ciudad.

Entre los emplazamientos naturales más relevantes se hallan los ya mencionados de La Concordia y San Roque, así como el del Río´. Éste último contiene un gran interés florístico, ya que “no ha sido plantado –totalmente– por la mano del hombre”. Conserva, por tanto, muchos elementos propios del ecosistema de ribera. “Cuenta con una gran diversidad de especies”, asegura Sanz.

Pero algunas de estas variedades florísticas han de tener cuidados especializados. Y para muestra, la sabina existente en San Roque, muy próxima a la ermita homónima. Este ejemplar ha sufrido una poda muy agresiva, “tras la cual sólo le han dejado las ramas superiores”. Una intervención que, según los investigadores, le podría acarrear efectos negativos a medio y largo plazo…

La actuación pública, a debate
En consecuencia, no todo es oro lo que reluce. También hay críticas a la labor consistorial. “La gestión del Ayuntamiento –tanto del presente equipo de Gobierno como del anterior– ha sido absolutamente nefasta”, critica Raúl Ablanque. Pero, ¿a qué se debe esta situación? “No existe un inventario de especies, no se han establecido criterios en el ámbito de la flora, no hay personal con una formación adecuada al frente de las labores de cuidado y el concejal competente, además, no cuenta con asesoramiento de calidad en torno a este tema”, añade el naturalista.

De la misma forma, tampoco se ha renovado la masa arbórea de la ciudad. Eso, a pesar de que algunos de los ejemplares “comienzan a ser peligrosos” debido a su avanzada edad. En este sentido, se debe tener en cuenta que las especies vegetales poseen –como cualquier otro ser vivo– un ciclo de vida determinado, algo que se ha de tener en cuenta a la hora de planificar la gestión. “Hay muchos árboles maduros en Guadalajara que se tratan de forma muy deficiente”, asegura Ablanque.

Pero, según han confirmado desde el Ayuntamiento, ya se estarían tomando cartas en el asunto. El edil responsable recuerda que, desde su departamento, se encuentran elaborando “un plan municipal de arbolado que nos está dotando de información sobre el estado en el que se encuentra cada ejemplar y de una guía para el establecimiento de nuevas plantaciones”.

Además, Jaime Sanz asegura que, en el marco de estos trabajos, se está estableciendo un inventario, en el que se incluirán el número de árboles existentes en la ciudad, su estado de conservación y la definición de una serie de actuaciones adaptadas a cada uno de los casos. “Nuestra previsión es terminar el inventario de especies y el plan de arbolado de Guadalajara a lo largo de 2021”, asegura el concejal.

Flora foránea
A pesar de ello, los problemas no finalizan aquí. Todo lo contrario. En la ciudad existe un claro predominio de las especies alóctonas. Ante esta situación, Jaime Sanz señala que se debe asegurar una «variedad» de alternativas para evitar «males mayores». “Lo importante en un plan de arbolado es que, el referido documento, presente una clara diversificación de árboles, con el fin de ir consiguiendo una mayor variedad de los mismos”. De esta forma, se evitaría que “una plaga acabe con muchos ejemplares”.

Sin embargo, los especialistas insisten en su postura en favor de las alternativas autóctonas. “Tradicionalmente, se ha abusado de los cerezos chinos, de las falsas acacias, de los plataneros y de los chopos canadienses”, asegura Ablanque. Y para evitar problemas asociados a estas variedades, se debería abogar por opciones más cercanas, como sabinas, álamos, pinos, olivos o encinas…

En este contexto, tampoco se pueden dejar de lado los arbustos de la zona. Entre ellos, el romero o el espliego. Ésta última “es una planta vivaz, provista de una cepa leñosa poblada de pequeñas hojitas lanceolados de color grisáceo. En primavera brotan unos tallos muy finos en forma de prisma cuadrado, rematados por una espiga de flores de color entre azul y morado, fuertemente perfumada”, indica el investigador Doroteo Sánchez. Asimismo, “tiene fama de constituirse como un tónico digestivo, balsámico y antirreumático”.

Todas estas opciones “se encuentran mejor adaptadas a nuestro entorno mediterráneo, por lo que requieren menos cuidados y son más resistentes a plagas”, enfatiza Tino Tovar. “Lo malo es que, a veces, son más caras y de más lento crecimiento que las alóctonas”. Por ello, el edil competente insiste en la política consistorial. “Lo que estamos haciendo es bucear entre las posibilidades y encontrar aquellas alternativas que se adapten mejor al medio urbano”, explica Sanz.

En este sentido, el munícipe señala que la flora de las ciudades “presenta un mayor deterioro que la que se desarrolla en el mundo natural”. Por ello, y atendiendo a dicha circunstancia, Sanz Tejedor indica que las mencionadas características de adaptabilidad “se pueden hallar en determinadas opciones, que –en algunas ocasiones– no son autóctonas al 100%”.

Y en cuanto a las críticas sobre la mala praxis de algunas cuadrillas municipales en el cuidado de las especies, el Ayuntamiento asegura que “es importante fijar en el plan de arbolado el mantenimiento y la poda de la vegetación existente en la ciudad”. Al mismo tiempo, subraya que se deberían asegurar los medios humanos y materiales suficientes para realizar estos trabajos. “En Guadalajara sólo existe un equipo dedicado a la poda en altura, lo que impide hacer frente a trabajos aceptables en los 27.000 ejemplares existentes en la ciudad”, denuncia el concejal.

Asimismo, estos profesionales deberían recibir una «formación continua» en la materia, para actualizar sus conocimientos constantemente. “El personal ya está instruido en sistemas de seguridad y de prevención de riesgos laborales, pero también han de conocer al detalle los trabajos a realizar, ya que cada ejemplar y especie requiere un tipo de poda diferente”, indica Jaime Sanz.

«Filomena»
Y si todo lo relatado fuera poco, el pasado mes de enero de 2021, con la llegada de «Filomena», muchos de los árboles de Guadalajara se vieron gravemente deteriorados. Entre ellos, los pinos piñoneros existentes en el parque de La Amistad, que no aguantaron los vientos y las grandes acumulaciones de nieve que sufrieron. “Esta borrasca generó muchos daños en las zonas verdes de la capital, sobre todo en aquellas donde había plantadas coníferas”, explica Jaime Sanz. Ante esta situación, se abre una magnífica oportunidad para cambiar las especies afectadas por otras más acordes a la realidad climática y geológica de Guadalajara. “Se puede aprovechar para sustituir los árboles dañados por otros autóctonos”, insisten desde Ecologistas en Acción.

En cualquier caso, y ante el actual escenario de calentamiento global, los naturalistas abogan por realizar “un estudio para saber qué especies de árboles se están adaptando mejor a las condiciones existentes en Guadalajara”. Una propuesta con la que están de acuerdo en el Ayuntamiento. “Para conseguir una mayor adecuación al cambio climático, en el plan de arbolado se están barajando aquellos casos que presenten una mayor eliminación de gases de efecto invernadero, que menos recursos hídricos requieran, o que posean una menor huella de carbono”, explica Jaime Sanz.

De todos modos, la variedad florística existente actualmente en Guadalajara ha de ser conocida por sus pobladores. Y también los desafíos a los que se enfrentan las diferentes especies registradas en la capital. Es la única forma de que los ciudadanos podamos exigir a los poderes públicos una adecuada gestión ambiental. Por tanto, “la divulgación es muy importante, ya que se trata de la manera más eficaz de que los vecinos sepamos apreciar la naturaleza con la que convivimos diariamente”, concluye Tino Tovar.

Las calles también cuentan
Pero no se puede hablar de la flora de una ciudad y centrarse –de manera exclusiva– en los parques. También se han de mencionar las especies que existen en calles y plazas, que –asimismo– adolecen de diversos problemas. Entre ellos, el relacionado con los «alcorques», o espacios de tierra abiertos en las aceras donde se plantan los árboles. Estos emplazamientos “han de ser lo suficientemente grandes como para introducir los metros cúbicos necesarios de tierra y que, de esta manera, el ejemplar posea un crecimiento natural y sano”, explica el concejal Jaime Sanz.
Desde el Ayuntamiento de Guadalajara se estaría impulsando una política de mejora de dichos lugares. “El año pasado se plantaron diversas especies en 150 de los 500 alcorques que se encontraban vacíos en la ciudad”, explica el concejal. Además, “se han retirado los adoquines de todos estos espacios y que impedían el crecimiento y el desarrollo de los árboles”.

 

Bibliografía
SÁNCHEZ MÍNGUEZ, Doroteo. «Medicina y veterinaria popular. Plantas medicinales alcarreñas». Cuadernos de etnología de Guadalajara, 27 (1995), pp.: 9–64.