
El Parque Natural de Alto Tajo, con sus más de 170.000 hectáreas, cautiva siempre al viajero con parajes impresionantes que integran las altas tierras de Checa y Orea, la Laguna de Taravilla, el Salto de Poveda, el cañón del propio río o el impresionante Hundido de Armallones. El Alto Tajo constituye un destino irrenunciable para cualquier viajero que quiera conocer las profundidades de Guadalajara. Este parque fue el primero que se creó en Guadalajara. Discurre a lo largo del curso del Tajo y guarda en su interior una flora y fauna extraordinarias. En el río desembocan numerosos arroyos y barrancos con mayor o menor caudal.
Uno de los puntos de inicio para conocer el Alto Tajo es Peralejos de las Truchas, situado en las altas tierras de Molina y lindando con la serranía conquense. Peralejos es un pueblo pequeño, sencillo, de gentes hechas al lugar donde el frío invierno ha configurado la vida de sus habitantes. Destaca la pequeña iglesia parroquial y alguna casona, como la de los Arauz, que poblaron estas tierras tras la Reconquista. Algo apartada del pueblo se encuentra la ermita de Ribargoda.
Peralejos nos permite una buena excusa para disfrutar de algunas jornadas de turismo activo, ya que cuenta con una amplia oferta de casas rurales y el viajero podrá realizar diversas rutas, tanto en coche como a pie o en bicicleta. En vehículo merece la pena acercarse hasta las localidades de Checa, Chequilla y Orea, o bien recorrer los pueblos de la comarca. Si lo que queremos es disfrutar de la bicicleta o hacer senderismo, hay numerosas rutas, y para ello conviene seguir los itinerarios de la extraordinaria guía del Geoparque Comarca de Molina-Alto Tajo.
Desde Peralejos podemos visitar, por ejemplo, la Laguna de Taravilla y el Salto de Poveda. Para ello seguiremos por la carretera que se adentra en la vecina Cuenca y, justo al llegar al Puente del Martinete, que separa ambas provincia y salva el curso del río, parte a la izquierda una pista en buen estado. Por aquí discurre el GR-10 Senderos de la Miel y el GR-66 Caminos de la Hermandad. Continuaremos por esta pista hasta llegar, a unos seis kilómetros, a la Laguna de Taravilla.

La laguna se formó gracias al crecimiento de una barrera de toba que represa el agua de un arroyo que aporta poco caudal, por lo que la mayoría de su alimentación acuífera proviene de aguas subterráneas o del mismo fondo de la laguna. Esta represa que mantiene el agua embalsada mide unos 175 metros de largo por unos 75 de anchura, presenta una altura de 30 metros e impide que el arroyo descargue directamente sus aguas al Tajo. Sólo en épocas de lluvias intensa el agua rebosa de la laguna y descarga en el Tajo directamente. La laguna ha inspirado múltiples leyendas que se describen en otro apartado de este libro. Es un buen lugar para el descanso e incluso para darse un buen chapuzón en los meses más calurosos del año.
Cerca de la laguna se puede contemplar el Salto de Poveda en una bella vista. Se trata de un lugar icónico en la comarca. En todo caso, el viajero deberá seguir su ruta por la pista hasta situarnos por encima de la Laguna de Taravilla, donde hay un pequeño mirador desde donde poder admirar el paraje. En este punto tenemos dos opciones. Podemos llegar andando hasta el salto, aunque luego hay que volver a por el coche, o bien seguir por la pista y llegar en vehículo hasta la salto.

Si deseamos hacer una sencilla ruta senderista, seguiremos las marcas del GR-113 Caminos Naturales del Tajo, que desciende por una pista hasta el borde del agua, punto en el que cruzaremos el río por una pasarela peatonal de pescadores para llegar a las Casas del Salto y alcanzar posteriormente el Salto de Poveda. Se trata del hundimiento parcial de un muro de una antigua presa para el aprovechamiento hidroeléctrico, de extraordinaria belleza y de enorme interés tanto en su flora como en su fauna.
También podemos acceder en vehículo desde la CM-2106 y, junto al puente de Poveda, seguir por la pista perfectamente indicada que nos lleva a las Casas del Salto. Desde allí hay un bonito paseo hasta el borde de la cascada. Pero el Alto Tajo es mucho más, y conviene trazar un itinerario pausado y exhaustivo. El Alto Tajo es el principal pulmón verde de Guadalajara.
Merece la pena asistir a la Fiesta Ganchera, que recrea las antiguas maderadas de troncos cortados por el Tajo que durante cinco siglos condujeron los gancheros desde el Alto Tajo y el Guadiela hasta Aranjuez, Toledo y Talavera de la Reina. La celebración tiene lugar el último fin de semana de agosto, de forma rotatorio, en los pueblos de Zaorejas, Peralejos de las Truchas, Peñalén, Poveda de la Sierra y Taravilla.
NR. (La fiesta de la maderada tiene lugar este sábado 31 de agosto a partir de las 11,00 horas en el río Tajo, término de Poveda de la Sierra).