La localidad de Brihuega se apoya en el Festival de la Lavanda para impulsar la actividad turística y comercial alrededor de esta flor
Inmaculada Martínez, gerente de Fadeta: “la apuesta por esta actividad ha contribuido a mantener la población y a crear empleo”
Los alojamientos hoteleros briocenses registran una ocupación total durante el mes de la floración de la lavanda

Raquel Gamo
“Necesitaba cambiar de vida y la Alcarria me atrapó”. Este deseo condujo a Luz Vera, una madrileña de 52 años a dejar atrás su vida urbana como administrativa durante dos décadas para fundar su proyecto empresarial en Brihuega. “Me quedé en paro, estaba cansada de mi rutina y decidí invertir mis ahorros en un negocio ligado a la artesanía de la Alcarria”, relata Luz a Henaresaldia.com.

Un proyecto que no surgió por casualidad sino fruto de su vinculación familiar con la Alcarria. “Mi marido Javier procede de un pueblo cercano a Brihuega y durante años me ha transmitido ese amor por la tierra”. Pero, si algo decantó la identidad del nuevo comercio fue la lavanda, un cultivo tradicional de la comarca que se ha comercializado con éxito en las poblaciones de la Alcarria a lo largo de los últimos años. En el caso de Luz y Javier, la lavanda ya formaba parte de su vida. “Cultivamos un campo de lavanda de 7 hectáreas en Romancos desde hace 10 años y pensamos que era hora de sacarlo rendimiento produciendo nuestros productos artesanos”, comenta Vera.
Fruto de esa vinculación con la comarca y el espliego nació Alquitara, Las Cosas de mi Hermana, uno de los comercios de la localidad briocense dedicados en exclusiva a la venta de productos derivados de la lavanda y otros artículos artesanales y ecológicos ‘genuinamente alcarreños’, tal como promociona la empresa sus servicios. En este comercio de ambientación rústica, que inició su andadura hace un año, se vende todo el repertorio de productos extraídos de la flor lavandina como el preciado aceite esencial de lavanda, jabones, productos cosméticos; saquitos térmicos y de olor, mikados o ambientadores de coche. Además, el visitante puede encontrar otros alimentos naturales como el aceite y la miel alcarreños; la trufa negra, las cervezas, las mermeladas y los chocolates artesanos.
Una experiencia que Luz afronta con optimismo. “Queríamos crear algo innovador y de calidad aprovechando lo que nos ofrece la naturaleza y, aunque los comienzos son siempre duros, confío en progresar, porque cada vez vienen más clientes y repiten”, asegura la propietaria. Sobre su vida en Brihuega y sus planes de futuro, afirma que “he ganado en calidad de vida y creo que con ilusión y ganas podremos ampliar la gama de productos y promocionar la riqueza natural de esta maravillosa y desconocida comarca”.
Auge
La historia de Luz no es un hecho aislado. Brihuega representa el 10% de la producción mundial de lavanda y desde que este cultivo adquirió una proyección turística con el primer Festival de la Lavanda, que organizaron los hermanos Corral, los mayores productores de la población en 2011, el número de negocios especializados en la comercialización de la lavanda no ha parado de crecer. En la actualidad, además de Alquitara, otras cinco empresas beben de la flor morada.
En concreto, dos hoteles, uno con Spa y un centro de estética que ofrece tratamientos de salud y belleza con productos de la lavanda y otro alojamiento que programa actividades de senderismo interpretado por los campos de lavanda; además de una cafetería boutique y dos destilerías con tienda, que organizan visitas guiadas para turistas.
Para Inmaculada Martínez, gerente de la Federación de Asociaciones para el Desarrollo Territorial del Tajo-Tajuña (FADETA) “la apuesta decidida que se ha realizado con la lavanda está siendo un motor de desarrollo para Brihuega, y un ejemplo claro de esa diversificación que se buscaba del cultivo entre el reclamo turístico que supone su floración, la creación de destilerías de aceite esencial y las tiendas que venden los productos artesanales extraídos de la lavanda”.
El ‘boom de la lavanda’ ha ejercido también un impacto positivo sobre la economía y la población de Brihuega, uno de los mayores municipios de la comarca. Con una demografía de 2465 habitantes, su población ha menguado en medio millar de vecinos durante las dos últimas décadas, como consecuencia de la despoblación rural. “La diversificación del cultivo de la lavanda ha contribuido a mantener servicios, población rural, empleo y a crear nuevos puestos de trabajo ligados al sector agroalimentario y al turismo”, explica Martínez.
Dentro de este proceso de transformación económica, el soporte de las agencias de desarrollo rural que financian mediante fondos europeos LEADER hasta el 45% de la inversión necesaria para poner en marcha proyectos de emprendedores, ha permitido que nuevas empresas como destilerías, comercios o alojamientos rurales se asienten en la comarca alcarreña. Además, según asegura Inmaculada Martínez a este digital, “la implicación total de los ciudadanos, los comercios y el Ayuntamiento en torno a una seña de identidad común, el Festival de la Lavanda ha sido clave en esa diversificación económica del medio rural”.
La eclosión de la planta aromática y medicinal por excelencia de la Alcarria ha tenido asimismo su reflejo en el turismo de Brihuega y por extensión al resto de la provincia. Desde que se popularizó el Festival de la Lavanda, el número de visitantes que han recorrido la ciudad y sus campos morados ha aumentado edición tras edición. Según datos facilitados por la Oficina de Turismo de Brihuega, 7.500 turistas solicitaron información y unos 15.000 personas se acercaron en 2017 a la localidad briocense durante julio, el mes de la floración de la lavanda y cuando tiene lugar el festival temático. El despegue del turismo que ha producido esta cita cultural ha sido especialmente significativo desde 2015, coincidiendo con la quinta edición del festival, cuando Brihuega acogió a 1.500 visitantes durante ese periodo.
En este sentido, Magdalena Gómez, responsable de la Oficina de Turismo de Brihuega considera que “el Festival de la Lavanda ha logrado un impacto importante en la economía y el turismo de Brihuega y de la provincia de Guadalajara, que ha hecho que se rompa el estereotipo de Guadalajara como destino turístico de interior frente a la preferencia de la costa en verano”.
La mayoría de los turistas que visitan Brihuega proceden de las regiones de Madrid, Castilla-La Mancha, País Vasco, Cataluña y Andalucía. En cuanto a los servicios más demandados se encuentran las visitas guiadas a los campos de lavanda, a las destilerías e información sobre los comercios donde se pueden adquirir los productos agroalimentarios y artesanales derivados de la lavanda.
Además, el sector hotelero ha sido otro de los beneficiados por el incremento del turismo en la ciudad. A lo largo del mes de julio, las 130 plazas de alojamiento con las que cuenta Brihuega, que se distribuyen entre dos hoteles, 2 casas rurales y 3 apartamentos rurales cuelgan el cartel de completo y la ocupación durante los fines de semana, roza el 70%, según refieren desde la Oficina de Turismo. “La actividad de la lavanda ha sido un revulsivo importante para la restauración y el comercio de la localidad”, concluye Gómez.
El festival de la Lavanda
La séptima edición del Festival de la Lavanda que, se celebra en Brihuega entre los días 13 y 15 de julio pone el acento en la música española y la gastronomía de autor. La cita cultural, que atrae cada año a miles de turistas, arranca este viernes, a las 21 horas, con el concierto de Antonio Manuel Álvarez Vélez, más conocido como Pitingo al ritmo flamenco y soul latino, acompañado de su coro de Gospel. La velada concluirá con la cena gastronómica en los campos de lavanda a cargo del chef andaluz, Dani García, que atesora dos Estrellas Michelín. La lavanda dará el toque especial al menú.
La programación continúa el sábado, a las 10 horas con la presentación de la novela ‘Memoria de la Lavanda’, escrita por Reyes Monforte y cuya trama acontece en Brihuega. Por la noche, es el turno del concierto del popular grupo de rock latino Café Quijano en el que tocarán temas de su último trabajo “La vida no es la, la, la” junto a algunos de sus clásicos como La Lola, La Taberna del Buda o Nada de na’.
El festival cerrará el domingo con el I Trail de Lavanda, con dos opciones de recorrido y de dificultad media que, por vez primera se desarrolla en el entorno de los campos de lavanda.
Al margen del festival, durante todo el mes de julio con motivo de la época de la floración de la lavanda, el Ayuntamiento de Brihuega organiza un extenso programa de actividades para homenajear a la flor morada. Entre ellas sobresalen las visitas guiadas a los campos de lavanda los fines de semana, los paseos en globo y parapente sobre los campos de lavanda; las Masterclass de cócteles y repostería de lavanda o el concurso de Engalonamiento, Brihuega color Lavanda, para decorar comercios, calles y balcones de la localidad, los encuentros literarios y las actividades deportivas en los terrenos morados.
Periodista. Madrileña de nacimiento y molinesa de crianza. He sido redactora de Telemadrid, Radio Intercontinental, La Tribuna de Guadalajara, CNC (televisión del Grupo El Día) y la división de revistas de Vocento. En la sección ‘Guadalajara a fondo’ de HENARES AL DÍA abordaré asuntos de actualidad en la provincia a modo de crónicas, reportajes y entrevistas.