La iglesia románica de Almiruete está en serio peligro de derrumbe

El paso de los siglos ha hecho mella en este singular edificio, y las rehabilitaciones y el mantenimiento llevados a cabo en el último siglo, prácticamente de manera unilateral por parte de los vecinos, tanto de manera común en las tradicionales hacenderas como de manera particular, reparando goteras y filtraciones o incluso arreglando la campana, no han sido suficientes para impedir su actual estado de deterioro.

Esta iglesia, cuya edificación primigenia data de finales del siglo XII o principios de XIII, está construida en piedra de mampostería. La iglesia original constaba de una sola nave con presbiterio recto, ábside de cabecera plana, planta rectangular y con la espadaña a sus pies, en la fachada occidental.

En el siglo XVI, el templo inicial fue ampliado añadiéndole los dos cuerpos que flanquean el presbiterio y elevando la espadaña hasta conferirle su aspecto actual. También se abrió en la misma etapa la portada en la que destacan los rosetones tallados en las dos primeras dovelas y la moldura saliente decorada con puntas de diamante. A finales del siglo XIX, se añadió la cubierta del pórtico, siendo esta, la última gran reforma acometida sobre este sencillo pero hermoso edificio.

La construcción original y las posteriores ampliaciones fueron llevadas a cabo por el entonces obispado de Sigüenza, titular de la propiedad. Pero desde un tiempo a esta parte, han sido los propios vecinos quienes se han hecho cargo de su mantenimiento.

La última de las intervenciones importantes realizadas sobre la iglesia, la ejecutaron doce vecinos en tres hacenderas o jornadas, en el año 1987. Se acometió la reparación de la cubierta del pórtico. Los vecinos aportaron 36 hacenderas (12 personas) y la parroquia sufragó el coste de los escasos materiales.

La cubierta del atrio porticado está gravemente deteriorada. Las maderas que sustentan el tejado, ya maltrechas por el devenir de los años, han sufrido, tras el paso de la borrasca Filomena, el peso de gran cantidad de nieve lo que ha provocado que parte de la estructura del tejado se haya desplazado. Algunas de las vigas de madera de pino están podridas por la humedad y desplazadas de la viga de carga que las sujeta por uno de sus extremos. Y lo mismo ocurre con la viga transversal que apoya sobre las columnas del pórtico. La situación ha hecho necesario que la cubierta del atrio se haya tenido que apuntalar y precintar.

La obra más urgente sería la rehabilitación integral de la cubierta del pórtico. Si este se tejado acabara cayendo, podría arrastrar a las columnas que lo sustentan, lo que supondría no solo una gran pérdida en cuanto al patrimonio sino, lo que es más importante, un grave peligro para las personas.