El lobo ibérico vuelve aullar en Guadalajara…

El lobo vuele a Guadalajara. (Foto: Andoni Canela.- WWF)
El lobo vuele a Guadalajara. (Foto: Andoni Canela.- WWF)

Hace más de 15 años –a inicios de la década del 2000– el lobo regresaba a la provincia de Guadalajara. Más concretamente, a la Sierra Norte. Y lo hacía después de varios decenios sin hacer acto de presencia. Desde entonces, se ha convertido en un asunto que ha ocupado múltiples portadas en prensa. Por un lado, los ganaderos protestaban por los ataques que sufrían sus animales. Y, por otro, los ecologistas recordaban que estamos ante una especie protegida, por lo que ha de ser defendida como tal. De hecho, más de 30.000 personas se manifestaron el pasado 12 de marzo en Madrid con el fin de defender a este cánido.

Más de 30.000 personas se manifestaron en Madrid el pasado 12 de marzo en apoyo al lobo. (Foto: Miguel Antón.- Lobo Marley)
Más de 30.000 personas se manifestaron en Madrid el pasado 12 de marzo en apoyo al lobo. (Foto: Miguel Antón.- Lobo Marley)

Pero, ¿cuál es la situación real del lobo? En Castilla-La Mancha, hasta mediados de la década de 1990, existía una comunidad importante en la parte ciudadrealeña de Sierra Morena. Sin embargo, esta población se extinguió. No obstante, pocos años después, en la otra punta de la región, la especie reaparecía. Y lo hacía al norte de Guadalajara –en su Serranía– gracias a ejemplares procedentes de provincias limítrofes. Según el último censo del canis lupus –el correspondiente al periodo 2012-2014–, en el espacio arriacense existían dos manadas: una exclusiva y otra más compartida con las Autonomías fronterizas.

Más de 30.000 personas se manifestaron en Madrid el pasado 12 de marzo en apoyo al lobo. (Foto: Miguel Antón.- Lobo Marley)
Más de 30.000 personas se manifestaron en Madrid el pasado 12 de marzo en apoyo al lobo. (Foto: Miguel Antón.- Lobo Marley)

De hecho, en el Censo 2012–2014 se afirmaba que se está produciendo una expansión de este animal hacia el sur peninsular. En concreto, a través del Sistema Central y dentro de los límites de Ávila, Segovia, Guadalajara y Madrid. Una situación que “no significa que haya un incremento del número de ejemplares de esta especie”, aclara Raúl Ablanque, miembro del Proyecto de Voluntariado para el Censo Científico del Lobo Ibérico y Evaluación del Estado de sus Poblaciones. “El número de estos animales ha aumentado, pero lo ha hecho en una cantidad mucho menor de lo que algunos piensan”, corrobora.

En cuanto a las cifras relativas a nuestra provincia, si se tienen en cuenta la existencia de las dos manadas anteriormente citadas, se podría estar hablando de una decena de canis lupus. Nada más. “Si consideramos que los núcleos reproductores en esta zona pueden estar conformados por entre dos y cuatro ejemplares en edad adulta, más las crías, seguramente en Guadalajara haya unos diez lobos”, calcula el portavoz de Ecologistas en Acción en Castilla-La Mancha, Miguel Ángel Hernández. Una comunidad que muchos califican de exigua. “En la región hay más lobos que linces”, agrega Hernández. Sin olvidar que la población de dichos cánidos en el norte arriacense es “relativamente reciente, por lo que todavía es muy fluctuante”, añade el biólogo Juan Carlos Blanco.

En consecuencia, existe preocupación por la situación del lobo en la Serranía guadalajareña. Además, en los últimos tiempos se ha producido la merma de ejemplares debido a las enfermedades. Les ha afectado el moquillo. A lo que se añaden otras razones, como los atropellos. “La población de lobo nunca se estabiliza en la provincia debido, en parte, a causas humanas”, critica Raúl Ablanque, quien denuncia la existencia de casos de envenenamientos y caza furtiva. Un extremo que no confirman desde la Junta de Comunidades. “No tengo constancia objetiva de que esto suceda”, asegura el director provincial de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, Santos López.

En cualquier caso, desde el Proyecto del Censo del Lobo Ibérico exigen medidas para fomentar la supervivencia de este animal. Entre ellas, una vigilancia directa y activa de la especie. No hay que olvidar que se encuentra protegida en Castilla-La Mancha, donde además está declarada en peligro de extinción. “No se están haciendo los esfuerzos adecuados para su conservación, partiendo de un hecho incontestable: no contamos con un plan de recuperación, a pesar de que el lobo está declarado en extinción desde hace 20 años”, añaden desde Ecologistas en Acción.

Además, el lobo al sur del Duero se encuentra considerado de interés comunitario, por lo que requiere una protección estricta y lugares especiales de conservación. Así lo marca la Directiva Europea 92/43/CEE, de 21 de mayo de 1992, relativa a la conservación de los hábitats naturales y de la fauna y flora silvestres. Por tanto, Guadalajara se vería afectada por dichas exigencias.

Foto: Andoni Canela.- WWF
Foto: Andoni Canela.- WWF

¿Y qué pasa con los ganaderos?
Así, y para asegurar la viabilidad del canis lupus, se propone la preservación del entorno en el que vive. “Actualmente hay líneas científicas que abogan por la restauración de los hábitats, para que los mencionados mamíferos tengan presas silvestres suficientes para mantenerse”, explica Raúl Ablanque. De esta forma, se podrían evitar los ataques a los rebaños sin estabular. “El ganadero no es el que tiene que alimentar a esta especie”, recuerda Ablanque. “Hay que buscar la convivencia de ambas realidades”, señala el portavoz regional de Ecologistas en Acción. Y para garantizar esta cohabitación, “se debe invertir en prevención”, indica Luis Suárez, de WWF–España.

Por ello, los defensores del lobo proponen algunas ideas para incrementar la seguridad de las reses, como la utilización de mastines, la construcción de vallados o la recuperación del “pastoreo activo”. “Son una serie de medidas que se conocen desde hace años y que sabemos que son eficaces. En algunos casos pueden reducir en un 90% el número de ataques”, asegura Luis Suárez. Y las grandes beneficiarias serían, sobre todo, “las explotaciones de ganado menor, como el ovino y el caprino”, corrobora el biólogo Juan Carlos Blanco.

De esta forma se podrían evitar gran parte de los problemas que se generan a los productores. Unos trastornos que, por supuesto, son económicos. Pero también emocionales. Así lo cree Ángel Morales, director técnico y jefe veterinario de ASAJA-Guadalajara. “Algunos profesionales se han llegado a plantear dejar su actividad”, confirma. Por ello, aboga por implementar decisiones que reduzcan los ataques generados por la especie protegida.

Cuando la prevención no sirve…
Pero, ¿qué ocurre cuando todas estas ideas no funcionan y el lobo entra en una explotación ganadera? Los poderes públicos han previsto indemnizaciones. En Guadalajara, durante 2016, la Junta de Comunidades otorgó 55.753 a los afectados, de los que 40.200 fueron destinados a decisiones precautorias y lo restante –15.553 euros– a la subsanación de las pérdidas ante la acción del canis lupus.

Unas cantidades que, según muchos sectores, deberían ser mayores y más ágiles en el pago. De hecho, no sólo deben considerar las cabezas afectadas. También han de incluir lo invertido en la modernización del rebaño. “Hay que pagar a los propietarios el daño patrimonial, porque muchos ganaderos se preocupan por mejorar su cabaña con razas como la oveja ojalada. Y reponer ejemplares como éste es difícil, ya que su precio es más elevado que la indemnización que entregan los poderes públicos”, indica Raúl Ablanque. “Además, hay un trabajo de selección de los mejores animales. Y si estos mueren, el esfuerzo de años se puede perder”, añade.

Foto: Andoni Canela.- WWF
Foto: Andoni Canela.- WWF

Una postura que es compartida por los afectados. “La Administración no nos paga realmente lo que valen los destrozos”, denuncia Juan Arenas, presidente de la Asociación de Ganaderos de la Sierra Norte de Guadalajara. Además, este representante aboga porque se reconozcan las consecuencias indirectas generadas por la actuación de los lobos en las explotaciones. Entre ellas estarían los abortos ocasionados al ganado por el estrés del ataque. Una opinión que es compartida por Ángel Morales, de ASAJA. “Lo ideal es que se compense justa y rápidamente, porque –además– los pagos se retrasan bastante”, comenta.

Ataques del lobo en la provincia de Guadalajara en los años 2015 y 2016
Ataques del lobo en la provincia de Guadalajara en los años 2015 y 2016

Desde el Gobierno regional se defienden. “Los afectados han acabado hace poco de justificar las ayudas correspondientes al año pasado y espero que reciban el dinero cuanto antes: en dos, tres o cuatro meses. Ahora somos más ágiles en pagar”, asegura Santos López. En cualquier caso, la Junta de Comunidades toma nota de las peticiones. “Nosotros siempre solicitamos más dinero para estas partidas”, confirma López. “Este año ha habido más solicitudes de lo que habíamos presupuestado”, asegura el director provincial de Agricultura, quien también aboga por una mayor inversión en medidas preventivas

Sin embargo, Juan Arenas se muestra escéptico en torno las opciones precautorias. Piensa que es complicado llevar a cabo algunas de ellas. “En cuanto a los cercados, yo tengo 2.300 ovejas y 300 vacas. ¿Cree que puedo meter todas estas cabezas cada noche en un cerramiento?”, se pregunta. “Además, existe una ley de bienestar animal que no permite tener a un animal en un «X» de terreno cerrado. Es la pescadilla que se muerde la cola”, alega el presidente de los ganaderos de la Sierra Norte.

Ganado en la Sierra Norte de Guadalajara
Ganado en la Sierra Norte de Guadalajara

E, incluso, durante primavera y verano algunas localidades de Guadalajara mantienen los usos trashumantes. Un ejemplo es Cantalojas, donde decenas de cabezas de ganado pastan en libertad en el Hayedo de Tejera Negra a lo largo de seis meses. “¿Cómo vas a controlar todos los días a las vacas y meterlas al corral?”, indica Arenas. Sin embargo, esta postura no es aprobada por Ecologistas en Acción. “Hoy en día existen algunas explotaciones –sobre todo de vacuno– en las que los animales están prácticamente todo el día solos en el campo. Y parece que sus dueños nos piden a los demás que hagamos su trabajo, que cuidemos de su ganado”, denuncia Miguel Ángel Hernández.

Vista la problemática, desde la Junta de Comunidades han comenzado a actuar. El Gobierno regional ha apostado por la divulgación entre los productores. Ha organizado diferentes charlas en áreas afectadas por esta problemática, como El Cardoso de la Sierra, Cantalojas o Sigüenza. Todas las conferencias –realizadas en colaboración con WWF– han tenido una muy buena respuesta. “Indicamos a los ganaderos que el lobo se trata de una especie protegida y les explicamos el manejo que deben hacer de sus explotaciones para evitar los ataques”, explica Santos López, responsable de Agricultura en Guadalajara. “La visibilización también puede ayudar en el trabajo codo a codo con los ganaderos”, confirma Luis Suárez, de WWF–España.

La gota que ha colmado el vaso
Pero, en realidad, el lobo no es el responsable último de la crisis que atraviesa el sector. “Las bajas producidas a los rebaños por este animal a nivel nacional están en torno al 1%”, asegura Raúl Ablanque. En consecuencia, “éste no es un problema grande para las explotaciones ganaderas, pero sí se constituye como la gota que colma el vaso”, añade. De hecho, Ablanque indica que la precaria situación económica que atraviesan muchos pastores viene generada porque los precios de sus productos son los mismos que “hace 40 años”.

Una opinión que es compartida por Juan Arenas, de la Asociación de Ganaderos de la Sierra Norte de Guadalajara. “Nuestro género no posee el valor que debería. Tenemos que estar subvencionados para poder competir con la producción de otros lugares”, denuncia. “Nos encontramos cansados del motón de dificultades que tenemos, como la tuberculina, los precios, etc. El campo se está muriendo”, denuncia, a la vez que explica que en su comarca existen unos 55 productores, que tienen una media de edad de 60 años. “Estamos arruinados. ¿Quién va a querer invertir en esto?”, añade.

Uno de los ataques del lobo al ganado
Uno de los ataques del lobo al ganado

Por tanto, se encuentran ante una situación económica muy complicada. “A estos profesionales lo último que les faltaba era la intervención del lobo, que les obliga a cambiar el modelo de explotación cuando tienen unas rentabilidades muy precarias”, describe Raúl Ablanque. “Por ello, el problema se magnifica”, complementa. En cualquier caso, las administraciones deben informar de las medidas preventivas que existen y, si los ataques siguen produciéndose, se debe proceder a la indemnización de los afectados.

En consecuencia, la convivencia entre lobo y ganadería es posible. Si se hacen las cosas bien y se establecen las oportunas medidas paliativas –en tiempo y cuantías–, la aparición del canis lupus no será traumática. Pero, antes que nada, se han de impulsar las decisiones adecuadas para que los precios del mercado se correspondan con el esfuerzo que realizan las personas que trabajan en el campo. Han de recibir una retribución justa por su labor. Así, ninguna especie salvaje será motivo de preocupación para el pastor. Ni en Guadalajara ni en ningún otro lugar del mundo.

La caza que casi nadie quiere…

Una de las ideas que ofrece la Directiva Hábitats para regular las poblaciones del lobo al norte del Duero –donde la especie es más abundante– son las “medidas de gestión para su explotación”. Una definición demasiado abierta. Razón por la cual no es extraño que se hayan impulsado iniciativas como la aprobación de cupos de caza de esta especie. Por ejemplo, en Castilla y León, el límite máximo de muertes de canis lupus se ha establecido en 143 ejemplares para cada temporada cinegética hasta 2019.

Sin embargo, ésta es una idea que se descarta en Castilla–La Mancha. “No ha habido ningún planteamiento al respecto, porque el número de lobos que existe en la región no es tan significativo como para tomar una medida de estas características”, indica Santos López, director provincial de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural. Además, Raúl Ablanque, miembro del Proyecto de Voluntariado para el Censo Científico de dicha especie, señala que si se acaba con la población del mencionado animal, se podría ver afectado el conjunto de la biodiversidad, ya que se quebrantaría la cadena trófica”.

“Hay científicos que trabajan en líneas de investigación de hace 50 ó 60 años que siguen defendiendo la caza del lobo como regulador de sus poblaciones y como una forma de evitar los ataques al ganado”, explica Ablanque. “Pero ahora mismo está demostrado que este aprovechamiento cinegético puede deshacer la estructuración de la manada, la cual debe estar completa, ha de poseer su territorio, así como un hábitat adecuado. Si se cumplen estas tres condiciones, se ha demostrado que los ataques al ganado están por debajo del 10%”, añade.

Incluso los pastores se muestran cautos en torno a la caza. “Se trata de una especie protegida. Se tiene que respetar”, incide Juan Arenas. “Pero si hay que convivir con el lobo, la Administración tiene que pagar. Ahora está abonando 200 euros por el ternero de un mes, cuando en el mercado está a 700. Y si lo llevas al cebadero, te puede alcanzar los 1.500 ó 2.000 euros”, añade. Desde ASAJA–Guadalajara han diseñado una tabla de indemnizaciones, “que en nada tiene que ver con lo que había”. De hecho, han intentado adaptarla a la objetividad de los daños producidos, asegura Ángel Morales, director técnico y jefe veterinario de ASAJA. El documento ya ha sido enviado a la Consejería competente.

En este sentido, desde el Gobierno de Castilla–La Mancha recuerdan que se está trabajando en mejorar los mecanismos de indemnización. “Es posible que haya algún tramo en el pago de los terneros que se encuentra infravalorado. Por ello, este año hemos consultado varios precios en el mercado, con el fin que nuestras retribuciones se ajusten lo máximo posible a la realidad”, concluye Santos López.