Aparecen posibles restos medievales de la Puerta del Mercado, en Guadalajara

Foto muralla. Foto: Óscar de Marcos
Foto muralla. Foto: Óscar de Marcos

El lugar lleva unos días generando muchas conversaciones de bar. Primero, por el derribo de otra vivienda en el centro histórico de Guadalajara. Más concretamente, en la confluencia de la calle Mayor y de la plaza de Santo Domingo. Y, luego, por la posible aparición de unos vestigios en su solar que podrían pertenecer a la antigua Puerta del Mercado de la capital. Se trataba del acceso principal a la ciudad medieval, construido hacia el siglo XIV. Sin embargo, fue derruido en 1845 bajo unos conceptos desarrollistas e higienistas superados en la actualidad…

Pero, ¿qué se sabe de las ruinas halladas en dicho solar? Poca cosa. No hay confirmación oficial ni científica al respecto, pero todo indica que puedan corresponderse con el antiguo perímetro amurallado arriacense. Así lo cree Pedro José Pradillo, técnico de Patrimonio del Consistorio. Afirma que no hay datos detallados de lo encontrado, “pero lo más lógico es que así sea, pues el edificio demolido se alzaba sobre la antigua Puerta del Mercado, construida en el Medievo”.

Una postura que es compartida por el especialista en la materia Miguel Ángel Cuadrado. Ahora mismo, “desconozco si han salido rastros monumentales en dicho solar”. En este sentido, “las únicas informaciones que contamos al respecto son las publicaciones de los resultados de los diferentes trabajos arqueológicos realizados hace años en ese tramo de muralla”. Entre ellos, los implementados entre 2004 y 2005 como consecuencia de la demolición de unas viviendas cercanas. Y allí ya se hallaron rastros de lo que fue el perímetro defensivo de la ciudad.

Foto muralla. Foto: Óscar de Marcos
Foto muralla. Foto: Óscar de Marcos

Incluso, casi década y media antes –en 1991– se ejecutaron otras prospecciones en la zona, con motivo de la construcción del estacionamiento de Santo Domingo. “Estas excavaciones se desarrollaron debido a la aparición de un arco de medio punto de ladrillo en la pared Este, cuando se produjo el vaciado del primer piso del aparcamiento”, indican Miguel Ángel Cuadrado Prieto y María Luz Crespo Cano.

Todos estos hallazgos se han de entender en el contexto del entramado urbano de la ciudad. “El emplazamiento de Guadalajara obedeció a un planteamiento defensivo, adoptando su casco antiguo una forma triangular delimitada al Oeste y al Este por sendos barrancos –los de San Antonio y El Alamín, respectivamente–, que actuaban como valles naturales para la defensa de la urbe. El tercer lado del triángulo –el meridional–, que se extendía entre las puertas del Mercado –en Santo Domingo– y de Bejanque, mostraba una configuración topográfica más llana y, por tanto, menos protegida desde la perspectiva estratégica”, aseguran Cuadrado Prieto y Crespo Cano.

Por ello, y junto a la muralla, se abrió un foso, que se corresponde con el trazado de la calle La Mina. Sin embargo, esta «trinchera» perdió su utilidad original con el paso de los años, “y siendo necesaria la ampliación de la urbe hacia el Sur, se acabó rellenando, resultando hoy la plaza de Santo Domingo”. De esta forma, se abrió uno de los espacios más emblemáticos de la ciudad. “En ese lugar, se llegaron a celebrar los mercados”, explican José Martínez Peñarroya y Pedro José Padrillo.

Foto muralla. Foto: Guadalajara Arte Patrimonio
Foto muralla. Foto: Guadalajara Arte Patrimonio

Un acceso con siglos de historia
En cualquier caso, la puerta analizada se encontraba integrada por dos elementos diferenciados. “Por un lado, habría que considerar el baluarte medieval situado en el flanco oriental de la calle Mayor y colgado sobre el talud que descendía hasta la calle La Mina, representado con la característica planta pentagonal en proa con que se construyeron los de Alvar Fáñez y Bejanque”, explican los historiadores. Y, por otro, “el acceso directo sobre el trazado de la calle Mayor, constituida por dos cuerpos que, al exterior, se remataban con cubos de sección semicircular”. Una disposición que recuerda a muchos de los accesos monumentales erigidos en ciudades castellanas

No en vano, esta entrada se alzaba como una de las más importantes a Guadalajara. “En muchos documentos que tratan sobre el tránsito de la Familia Real por la ciudad siempre califican a la Puerta del Mercado como la principal. Y era allí donde se congregaban sus vecinos y fuerzas vivas para proceder a los actos protocolarios de bienvenida”, subrayan los especialistas José Martínez Peñarroya y Pedro José Padrillo.

Y en esto, llegó la demolición
Sin embargo, la relevancia de dicho enclave no fue eterno. “La desaparición de esta puerta monumental y de su baluarte medieval adjunto se produjo en 1845”, subrayan los investigadores. El proceso de ruina se inició en octubre de 1844 cuando el Concejo encargó a Manuel Sobrino, maestro de obras da la localidad, inspeccionar la Puerta del Mercado y el pozo de nieve inmediato.

Foto muralla. Foto: Óscar de Marcos
Foto muralla. Foto: Óscar de Marcos

Se buscaba que desapareciera “el aspecto desagradable que presentaba la entrada por su costado derecho”. Como en otros casos en la historia de la capital, el gobierno local “desatendió los valores artísticos e históricos de estas construcciones y acordó que «se procediera, sin pérdida de tiempo, a demoler el arco y pilares de sostenimiento con las precauciones oportunas»”, rememoran Martínez Peñarroya y Padrillo.

Por tanto, la aparición de posibles nuevos restos del perímetro amurallado es una muy buena noticia, debido a los escasos vestigios del mismo. “Basta recordar que, en la actualidad, sólo quedan en pie los torreones de El Alamín y de Alvar Fáñez, uno de los arcos de la Puerta de Bejanque y diversos tramos de lienzo tanto en el barranco del Alamín como en el de San Antonio”, explican los historiadores. Pero si finalmente se confirma que los vestigios recién hallados pertenecieron a la Puerta del Mercado, también deberán ser rehabilitados y puestos en valor, para que la ciudadanía arriacense conozca un poco más la historia de su localidad.

Planta Puerta del mercado
Planta Puerta del mercado

Los mitos en torno al origen de las murallas
A día de hoy, se sabe –fehacientemente– que los restos del recinto amurallado de Guadalajara tienen raíces medievales. Pero no siempre fue así. Durante muchos siglos se creyó que el referido cinturón defensivo tuvo un origen romano. “Francisco Medina y Mendoza, al escribir sus «Anales de la Ciudad de Guadalajara», dejó por sentado que las murallas de la capital alcarreña eran «obra de romanos», bien erigidas de nueva planta o bien reconstruidas sobre otras más antiguas, quizás de fenicios o griegos”, explican José Martínez Peñarroya y Pedro José Padrillo.

En este sentido, “tanto para Medina y Mendoza como para Torres (1647) y Núñez de Castro (1653) no había ninguna duda sobre la paternidad clásica del Alcázar, del peso de la Harina, de la Artillería, del puente sobre el Henares, así como de las torres, lienzos y puertas de la muralla”. Algo que fundamentaban, supuestamente, en “su morfología y en su antigüedad”, así como en los caracteres latinos que “se podían ver entre los mampuestos de sus fábricas, piedras y sillares”.

Esta idea mítica se mantuvo hasta bien entrado el siglo XIX. En ese momento, Juan Catalina García López, tras la realización de unas excavaciones en la Alcallería y observarlas murallas, desmintió el mencionado posicionamiento. “Ni muros, ni monedas, ni aras, ni elementos arquitectónicos, ni esculturas existen hoy… Y del examen escrupuloso de los vestigios de la Antigüedad que todavía permanecen en ruinas o en nuevas construcciones, no resulta señaladas en ellos la cultura latina”.

La teoría romana se desechó –de forma definitiva– en 1915, cuando Manuel Pérez Villamil aseguró que “el gran cinturón defensivo de Guadalajara no podía corresponder a otro periodo que al de las guerras civiles castellanas de la primera mitad del siglo XIV”. No en vano, la mayor extensión de las murallas arriacenses se pudo alcanzar en torno al trescientos, entre 1292 y 1311…

Bibliografía
CUADRADO PRIETO, Miguel Ángel y CRESPO CANO, María Luz, “El tercer foso de la muralla medieval de Guadalajara en el aparcamiento de Santo Domingo, La Mina y otros informes arqueológicos”, XIII Encuentro de Historiadores del Valle del Henares. Guadalajara: Diputación Provincial, Institución de Estudios Complutenses y Centro de Estudios Seguntinos, 2012.
GARCÍA LÓPEZ, Juan Catalina, Rasgo histórico acerca de Nuestra Señora de la Antigua de Guadalajara, Guadalajara, 1884.
PRADILLO Y ESTEBAN, Pedro José y MARTÍNEZ PEÑARROYA, José, La Puerta del Mercado en el recinto amurallado de Guadalajara, 2010.