Nació don Bruno Pascual Ruilópez el día 6 de octubre de 1858 en la antigua casa del Concejo atencino, en la que por entonces residían algunos empleados municipales, entre ellos el secretario, como lo era su padre, don Evaristo Pascual Vela. También don Evaristo fue Notario de la Villa.
Don Bruno, tras los primeros estudios llevados a cabo en Atienza, pasó a estudiar el Bachillerato en el Instituto Provincial de Guadalajara, desde donde marchó a la Universidad de Madrid, donde al mismo tiempo estudió las carreras de Derecho y Notaría. Se licenció en Derecho al cumplir los 20 años de edad, alcanzando el Doctorado en Derecho Civil y Canónico el 18 de diciembre de 1879, iniciando su carrera como pasante del gabinete del entonces Senador del Reino por la provincia de Guadalajara, don Vicente Hernández de la Rúa. De cuya mano pasaría más tarde a la política nacional.
Un político de raza
El 1º de enero de 1880 se estableció como abogado en Atienza, y al año siguiente abrió gabinete jurídico en Sigüenza. Presentándose en 1884 para ocupar en Madrid una de las tres vacantes de Notario que salieron a oposición, adjudicándose la tercera, entre noventa y seis opositores.
Su reconocida labor jurídica en la provincia le llevó a la política, presentándose por vez primera a unas elecciones generales, como Diputado a Cortes por la provincia de Guadalajara y el distrito Sigüenza-Atienza, en 1886, sin obtener la representación, ya que obtuvo un número muy contado de votos. Competía con Antonio Botija Fajardo, Ramón de Lorite, el Marqués de Retortillo, Francisco Ruíz Fuentes, Ildefonso Fernández, Antonio María Ballesteros y Rafael Gutiérrez. De los 2.882 votos emitidos en la zona, 1.779 fueron para Botija. Don Bruno tan solo obtuvo 35 votos.
Volvió a presentarse nuevamente en 1893, obteniendo el acta de Diputado, que conservó en sucesivas elecciones, hasta que en 1898 se presentó al Senado, obteniendo el acta, que renovaría ininterrumpidamente hasta 1919. Representando a la provincia y al partido de Atienza-Sigüenza, salvo entre los años 1914-17, que representó como Senador a la provincia de Córdoba.
Igualmente, y desde 1904, en que fue elegido, hasta pocos meses antes de su fallecimiento, fue Decano del Colegio de Notarios de Madrid.
Aquejado de una dolencia pulmonar que lo mantuvo alejado de la vida pública durante algunos meses, falleció en Madrid el domingo 13 de marzo de 1921, a los 62 años de edad, siendo enterrado en la Sacramental de San Isidro al lunes siguiente. Su fallecimiento pasó en alguna medida desapercibido para el gran público, ya que coincidió con el atentado sufrido por quien fuese presidente del Consejo de Ministros, don Eduardo Dato.
Trabajando por su partido
De su pasó por la política dejó un imborrable recuerdo, tanto en su Atienza natal, como en las poblaciones de su representación.
Fue promotor de innumerables proposiciones ante el Gobierno en beneficio de las poblaciones de su partido electoral: arreglo y construcción de carreteras; instalación de redes de alumbrado y mejora de las canalizaciones de agua, entre otras muchas.
Igualmente batalló a lo largo de los años para que, por su distrito, con parada en Atienza, se trazase la línea del ferrocarril Madrid-París, y no logrado esto por interferencias del conde de Romanones en beneficio de otros lugares, lo mismo procuró con lo que sería futura autopista Madrid-Zaragoza.
Y no sólo a las obras públicas dirigió su mirada; ayudó y acompañó, en aquellos años de los desastres del 98, a los soldados serranos que regresaban de las derrotas de Cuba y Filipinas, siendo parte importante de la fundación del Centro Alcarreño de Madrid, precursor de la primera Casa Regional que Guadalajara tuvo en la capital del Reino.
Y, sus fundaciones sociales…
En Atienza siempre destacó por sus labores sociales, prestando dinero sin interés a los agricultores, enemistándose de esa manera con los prestamistas oficiales, o dotando a los colegios, iglesia u hospital de algunas de las cosas que necesitaban.
Fue el primer protector del antiguo Hospital de Santa Ana, reparado en la década de 1915-25 gracias a su intervención, costeando las obras, a fin de dedicarlo a colegio infantil, creando junto a su hermana Francisca la primera fundación social para mantenerlo, fundación que posteriormente su hermana dotaría con 25.000 pesetas avanzada la década de 1950, a fin de que allí tuviesen estudios los chiquillos menos dotados, económicamente, de la población.
Igualmente dotó a las parroquias de multitud de objetos sacros, principalmente a los patronos del pueblo, el Santo Cristo y la Virgen de los Dolores de Atienza, a cuya imagen donó, en 1909, el famoso Rosario de Faroles, que en la actualidad acompaña las procesiones de Semana Santa, estrenado el Viernes de Dolores de 1910. Rosario que continuaba una moda iniciada en el último tercio del siglo XIX, y que fue fabricado en los talleres Quintana, de Zaragoza. Posteriormente, en 1929, y a imagen del Rosario de Atienza, se encargaría otro para Sigüenza.
Atienza, y la Serranía, le rindieron innumerables homenajes, nombrándole igualmente Hijo Predilecto de la localidad, y situando una placa en su casa natal, así como dando su nombre a la plaza de San Juan del Mercado, en la que vivió y nació.
Bruno Pascual Ruilópez, Abogado, Notario y Político, nació en Atienza (Guadalajara), el 6 de octubre de 1858; falleció en Madrid, el 13 de marzo de 1921.
| Bibliografía: GISMERA VELASCO, Tomás. “Historia de la Villa de Atienza”; Independently Published; ISBN-13: 979-8762448253 GISMERA VELASCO, Tomás. “Semblanzas de Atienza; Nombres para su Historia”; Independently Published; ISBN-13: 979-8395904256 GISMERA VELASCO, Tomás. “Atienza: Crónicas del Siglo XX (1920-1929): Atienza y su Hijo”; Independently Published: ISBN-13: :978-1672655446 GISMERA VELASCO, Tomás: “La Virgen de Los Dolores de Atienza, y su Rosario de Faroles”; Cuadernos de Etnología de Guadalajara, nº 37; 2005. |
Escritor e historiador, es autor de numerosos trabajos biográficos sobre personajes históricos de Guadalajara. Es igualmente un autor de referencia en torno a la Serranía.
