El cabanillero Fernando Hernández gana el I Concurso de Microrrelatos «Cuento con Arte»

La Biblioteca León Gil acogió la entrega del galardón, coincidiendo con la celebración del acto central del Día del Libro

El vecino Fernando Hernández Correa ha resultado vencedor del I Certamen de Microrrelatos «Cuento con Arte», un concurso literario que a finales del pasado febrero convocaron la Biblioteca Municipal «León Gil» y la Escuela de Arte de Cabanillas. Se trataba de escribir un cuento corto, de un máximo de 150 palabras, que necesariamente tenía que estar basado en una pintura realizada por un alumno de la Escuela. Un total de 34 relatos cortos se presentaron al concurso a lo largo del mes de marzo, y el fallo y entrega del premio se ha producido este 23 de abril, coincidiendo con la celebración del Día del Libro en la Biblioteca.

Fernando Hernández, que según ha explicado es escritor aficionado y habitual de este tipo de certámenes, presentó al concurso un magnífico texto, titulado «Ausencia», en el que en apenas 150 palabras se evocan los recuerdos de de un veterano de la Batalla del Ebro, que se hilan con una partida de petanca en la actualidad. Hay que recordar que el cuadro en el que se tenían que basar todos los microrrelatos (obra del alumno de la Escuela de Arte Enrique Mata) es un óleo muy realista, que refleja unas manos envejecidas sujetando unas bolas de petanca.

«Hacer una historia tan completa como esta es muy difícil, y es lo máximo que se le puede pedir a un relato de sólo 150 palabras», señalaba la concejala Rosa María García, quien fue la encargada de felicitar al escritor en nombre del Ayuntamiento y la Biblioteca Municipal.

El ganador del concurso, que reside en Cabanillas del Campo desde hace casi tres décadas, ha obtenido un diploma acreditativo y un cheque por valor de 100 euros, que podrá canjear en librerías de Cabanillas, y que han sido entregados por los dos concejales responsables del área de Cultura del Ayuntamiento, Rosa María García y Manuel Gallego.

«AUSENCIA». Relato ganador del I Concurso «Cuento con arte»
Le quedaba un último obús, y tenía que afinar la puntería. Las tropas enemigas habían contraatacado y se situaban en una estrecha franja entre la orilla del río y su vanguardia. Si tiraba largo el proyectil, se perdería inútilmente en las aguas del Ebro, y si se quedaba corto, impactaría en sus propias filas.

– Vamos, que es para hoy.
– Le ha dado una ausencia y estará recordando batallitas.

Tomás no pareció oírles. Concentró su atención en la bola de Antonio y lanzó la suya con la intención de impactar en ella y alejarla del boliche, dándole un vuelo largo que declinó antes de tiempo sobre la de su compañero. Se había quedado corto.

– ¡Vaya cagada, tanto pensar para esto!

Había errado el tiro, pero esta vez no tuvo que lamentar la muerte de una docena de camaradas; cuyo recuerdo aún seguía despertándole en mitad de la noche.