El periodismo de Guadalajara, una historia de décadas

Primera portada de Flores y Abejas
Primera portada de Flores y Abejas

En los últimos tiempos se han sucedido diversas novedades periodísticas arriacenses. Entre ellas, la reaparición de una de las cabeceras históricas de la provincia. Se trata de El Decano de Guadalajara, que, si bien cuenta –actualmente– con unos nuevos dueños, recoge la tradición de un periódico tradicional, nacido en 1894, que a día de hoy se ha conseguido rehabilitar en la modalidad online…

Una fórmula –la telemática– por la que también están apostando el resto de cabeceras caracenses. En este contexto se ha de entender el lanzamiento del portal de La Tribuna o la profundización de la posibilidad web en Henares Al Día. Éste último rotativo, nacido en marzo de 2001, dejó hace más de una década el papel para volcarse en la red de redes.

Primera portada de Henares al dia en formato papel
Primera portada de Henares al dia en formato papel

Pero, ¿qué otros cambios han sufrido los medios de Guadalajara? A partir de finales del siglo XX se han sucedido las transformaciones. Se ha pasado de la época en la que no existía un diario –hace más de dos décadas–, a una eclosión de medios durante los primeros años de la actual centuria. Posteriormente, llegó la crisis de 2008 y, aún hoy, el panorama informativo lucha por recuperarse.

“Hubo momentos, hace tres lustros, en los que llegó a haber tres diarios, ligados a empresas constructoras, que no tenían ninguna experiencia editorial ni ningún interés en lanzar un producto de comunicación, más allá de la posesión de un instrumento de presión ante las administraciones públicas para favorecer sus intereses económicos”, confirma Carlos Sanz Establés, expresidente de la Asociación de la Prensa de Guadalajara. Una burbuja que “se prolongó durante la fiebre de la edificación en la provincia”.

Tras ello, una de las soluciones para la recuperación del pulso de la prensa provincial pasaría por la apuesta por los medios digitales, como ya está sucediendo. “No requieren un esfuerzo económico inicial fuerte”, explica Sanz Establés. “Son una baza periodística muy relevante”. En cualquier caso, “si se hace un producto con informaciones de calidad, ligado a la sociedad, siempre tendrá lectores y, por tanto, ingresos”. Esto propiciaría empresas más rentables…

Una historia de décadas
Sin embargo, el devenir de los medios alcarreños cuenta con varios siglos en su haber. Hay que retrotraerse 200 años atrás para observar el comienzo de los periódicos guadalajareños. La aparición del primer rotativo tuvo lugar en Molina de Aragón en 1810, bajo el nombre de la Gaceta del Señorío. A partir de este momento, se fueron publicando algunos títulos, aún muy escasos.

Por ejemplo, el 1 de julio de 1833 se comenzó a editar uno de los más destacados: el Boletín Legislativo, agrícola, industrial y mercantil de Guadalajara, que pocos años más tarde –en 1836– pasó a denominarse Boletín Oficial de Guadalajara, mientras que en 1857 obtuvo el título actual: Boletín Oficial de la Provincia de Guadalajara. “Exceptuando este caso, con continuidad en el tiempo, el resto apenas alcanzaron unos meses de vida”, confirma la investigadora Sonia Jodra.

Sin embargo, esta situación comenzó a cambiar tras la Revolución de 1868, cuando se implementó –realmente– la libertad de expresión. Una circunstancia que facilitó la aparición de nuevas iniciativas editoriales. “La primera muestra que nació en Guadalajara a tenor de los acontecimientos revolucionarios fue La Concordia Liberal”.

Además, “a imagen y semejanza del sector republicano, a finales de 1870 los grupos más conservadores pusieron en marcha su propio órgano de comunicación, El Católico Alcarreño”. Durante esta época también hubo medios educativos, como Canta Claro, revista profesional del magisterio editada en Brihuega en 1873 y 1874.

Tras el Sexenio Revolucionario llegó la Restauración, momento en el que se aprobó una nueva Ley de Imprenta, que entró en vigor en 1883. Una norma que permitió a la prensa alcarreña tomar cuerpo. “A pesar de no lograr alcanzar el objetivo del diario provincial, en este periodo aparecieron algunas publicaciones con una vida más larga e importante influencia social”, señala Jodra. “La Crónica (1885-1918), periódico liberal romanonista, y Flores y Abejas, nacido en 1894, pueden considerarse como los títulos más longevos e influyentes de la prensa alcarreña hasta 1936”.

Un panorama en el que hubo un paso adelante con el comienzo del siglo XX y el arribo de los rotativos de masas. “El inicio de la centuria constituyó el escenario en el que se desarrolló el movimiento obrero que generó en Guadalajara un importante flujo de publicaciones destinadas a instigar a la clase trabajadora a promover cambios y mejoras en su situación”, indican los investigadores. En este contexto, “a partir de 1905, los proletarios dispusieron de un órgano periodístico propio, La Alcarria Obrera, que se editó durante varios años en la capital”.

Además, y de forma progresiva, fueron apareciendo otras publicaciones en diferentes puntos de la provincia. “En Sigüenza, destacó la presencia del semanal El Henares, impreso entre octubre de 1908 y principios de 1939. Asimismo, en 1910 apareció el conservador La Palanca, cuyos ejemplares pudieron leerse hasta 1936. Fue el rotativo de derechas por excelencia”, confirma Sonia Jodra.

Pero no fue hasta la Segunda República cuando hubo una nueva eclosión periodística, que también se mantuvo a lo largo de la Guerra Civil. “Durante la década de los años 30 aparecieron hasta 18 publicaciones políticas, mientras que fueron 13 las bélicas, que intentaron informar de los avances en el frente”, rememoran los investigadores. “Durante la deflagración, Flores y Abejas, El Henares, SIR, Hoz y Martillo y UHP fueron los encargados de suministrar información en la provincia”.

Un contexto que permitió la aparición de las primeras emisoras radiofónicas. “Radio Frente Popular, al servicio de la República, incluía música vinculada con el conflicto, recitales de poesías, notas radiadas e informaciones, discursos, etc”. Pero con el establecimiento de la dictadura franquista arribó la represión. “El final de la contienda supuso, también, el fin de un periodo de desarrollo para el periodismo alcarreño. El 1 de abril de 1939 será el de inicio de una época oscura para los medios en Guadalajara, como en el resto de España”, confirma Jodra Viejo.

En este contexto, “una de las primeras medidas adoptadas por el régimen franquista fue la imposición de un título por provincia como órgano oficial del Movimiento”. Por ello, en Guadalajara, el 15 de julio de 1939, apareció Nueva España, fundado por el gobernador civil José María Sentís. Empero, “el 29 de agosto del mismo año salía a la calle Nueva Alcarria, sucesor de la anterior empresa, que tuvo que cambiar su nombre al coincidir con el de una publicación de Oviedo”.

Más tarde, en 1958, volvió a salir a la calle Flores y Abejas, dirigido por Félix Martialay, y en cuya redacción se distinguieron nombres como Juan Becerril, Julio Luis Cordavias, José González Bermejo y Salvador Toquero. “Los dos semanarios se mantuvieron en solitario como órganos de información provincial durante el periodo 1939–1975”, explican los historiadores. “La temática que abordaron estuvo relacionada con asuntos sociales y culturales. Un aspecto vital en el microcosmos provinciano arriacense fueron las notas de sociedad, que informaban de diversos hechos, tales como bodas, nacimientos, operaciones quirúrgicas o defunciones. También aspectos relacionados con el Ayuntamiento de Guadalajara y la Diputación”.

Este tratamiento se pudo observar, asimismo, en Radio Juventud, la primera emisora que se abrió en la Guadalajara franquista. Lo hizo a principios de noviembre de 1954 y perteneció a la Falange. “Este acontecimiento revolucionó la ciudad y, una vez que comenzaron las emisiones, los establecimientos de venta de aparatos agotaron sus existencias”. De igual forma, se han de mencionar las páginas locales de Alcázar y Pueblo, por lo que “quedó de manifiesto, una vez más, la enorme penetración que la prensa de Madrid tenía en Guadalajara, sobre todo en la capital”.

Un monopolio informativo que también se dejó notar en el ejercicio del reporterismo. “La profesión en la capital caracense se caracterizaba por la ausencia de profesionales de la información”, indica Sonia Jodra. “En líneas generales, eran personas vinculadas a la Administración, funcionarios que, una vez terminada su jornada laboral, practicaban el periodismo local”.

Tras la caída del franquismo, comenzó la transición democrática. Fue un momento en el que finalizó el duopolio entre Nueva Alcarria y Flores y Abejas. “En 1978 apareció el primer diario provincial, Guadalajara. Diario de la mañana. Desapareció en 1981, pero de su misma estructura nació La Prensa Alcarreña, también con periodicidad de lunes a domingo, que se publicó hasta 1985”.

Además, en 1982 se pusieron en marcha dos emisoras locales, la SER –que sigue emitiendo a día de hoy– y RATO, que posteriormente pasó a llamarse Onda Cero y que continúa su trabajo en la actualidad. Unos años más tarde, en 1989, comenzó a trabajar Radio 5. Durante esta época “el perfil del periodista también evolucionó, gracias a la entrada en las redacciones de jóvenes profesionales licenciados y con dedicación exclusiva”.

Gracias a ello, la historia de la prensa arriacense no finalizó aquí. En 1986, se fundó Guadalajara 2000 –que se publicó hasta 2011–, mientras que en 1992 Flores y Abejas pasó a denominarse El Decano de Guadalajara y a finales de la década adoptó el formato de revista. Igualmente, “en 1993 surgió la primera publicación de prensa gratuita, La Quincena de Guadalajara. En 1995 se puso en marcha Noticias de Guadalajara, formando parte, también, del mismo modelo”.

Al margen del ámbito de lo escrito, “durante este periodo continuó incrementando su actividad el sector audiovisual de la provincia. En 1993 comenzó sus emisiones Canal V, la primera frecuencia de televisión local”, confirma Sonia Jodra.

La edad de oro
Pero el verdadero auge de la prensa arriacense se desarrolló entre 1998 y 2012. Durante dicha etapa se distinguió una eclosión de medios de comunicación de todas las tipologías. Y volvieron a editarse diarios. Entre ellos, La Tribuna –fundada en 1998–, El Día –que se pudo comprar desde 2003– y Nueva Alcarria, que salió de lunes a domingo a partir 2004. “Cabe destacar que los accionariados de estas tres publicaciones estaban liderados por empresarios ligados al ámbito inmobiliario”.

También se amplió la oferta audiovisual. De hecho, en 1999 se pusieron en marcha las emisoras de COPE en Guadalajara y Sigüenza. Y dos años más tarde, en 2001, comenzó la programación de Radio Televisión de Castilla–La Mancha, con delegación propia en Guadalajara. A ello se sumaron las TV autonómicas privadas, como Canal de Noticias Continuo (CNC) y el Canal Regional de Noticia (CRN).

Logotipo actual de Castilla La Mancha Media
Logotipo actual de Castilla La Mancha Media

Sin embargo, este modelo no fue eterno. Se comenzó a desmoronar tras la debacle económica de 2008. “La saturación informativa que vivió el mercado local durante los años de crecimiento impidió que los medios pudieran asentar su modelo antes de la llegada de la crisis”, rememoran los investigadores. En este contexto, durante años, “las empresas periodísticas acumularon pérdidas notables que sus accionistas asumieron a la espera de obtener otros rendimientos a largo plazo. Cuando llegó el crash inmobiliario, se redujo la inversión publicitaria, la prensa intentó sanear sus cuentas mediante recortes en plantillas y medios materiales”. Sin embargo, “las deudas que acarreaban les impidieron sobrevivir”.

El primer síntoma de este proceso fue el cierre de La Tribuna el 26 de julio de 2009. Poco después, en 2011 desaparecieron Noticias, Guadalajara 2000 y El Decano de Guadalajara. Y un año después, en 2012, dejó de publicarse El Día y Nueva Alcarria regresó a su periodicidad bisemanal. “Nuestra provincia volvió a no tener un diario propio”, indican los especialistas.

En su lugar, se reprodujeron las versiones online. Un ejemplo fue Henares Al Día, que comenzó su andadura en papel el 23 de marzo de 2001 y que a partir de 2010 se lanzó, en exclusiva, a la aventura digital. También se han de mencionar otras cabeceras, como lacronica.net o Guadaqué.

Causas de la situación periodista arriacense
Por tanto, la riqueza comunicativa arriacense no ha sido la más notable del país. “La historia del periodismo en Guadalajara carece de la riqueza en títulos y trayectoria de publicaciones de otras provincias”, asegura Jodra. “Quizá, la falta de un diario provincial asentado en el tiempo y referencia inexcusable en las diferentes épocas sea el rasgo más sobresaliente”.

Pero, ¿a qué se debe esta situación? Hay una multiplicidad de factores. Por ejemplo, la prensa surgida a finales del siglo XX e inicios del XXI “no logró convertir el factor de la identidad propia de la provincia como configurador de sus contenidos”. Y, en este proceso, se habrían compartido una serie de causas, como: “la repetición de los mismos temas, la reiteración de las fuentes institucionales, la falta de textos de elaboración propia y la escasa originalidad en los enfoques”.

Esta realidad desembocó “en un trabajo más plano de lo habitual, que se despegaba frecuentemente de la realidad y transmitía al lector información que en la mayoría de ocasiones no lo era, puesto que reunía las características propias de la propaganda”, añade Jodra Viejo. “También era frecuente el uso del periodismo declarativo, a través de la elaboración de informaciones que se basaban únicamente en resumir lo dicho por una fuente durante una comparecencia pública”.

Pero más allá de estas razones, y desde un punto de vista histórico, se han de mencionar los factores geográficos. Entre ellos, la cercanía a la capital española. “Los medios de Madrid, tras la llegada del ferrocarril, podían estar en Guadalajara a primera hora de la mañana”, aseguran los investigadores. El resto de causas potenciaron dicho elemento. “Al no haber una economía desarrollada, las cargas para mantener periódicos o programas de radio acabaron siendo muy onerosas, y resultaba difícil encontrar publicidad suficiente para garantizar más del 50% del coste de los medios”. Y si esto “se vincula con la dispersión geográfica, la escasez de comunicaciones, el predominio de la agricultura y ganadería autárquica, el escaso comercio o el poco poder adquisitivo de las gentes”, el resultado fue “un panorama de pobreza mediática”.

El conjunto de estas explicaciones estimuló que “mayoritariamente se dependiera de los productos informativos madrileños para encontrar satisfacción a la necesidad de información, o para colmar las necesidades culturales”. Y de aquellos polvos, estos lodos. No se acabó por desarrollar una prensa local tan prolija como en otros lugares de España. Pero con las nuevas tecnologías se abren cuantiosas oportunidades informativas, diversas, plurales y de calidad. También en Guadalajara…

Bibliografía
JODRA VIEJO, Sonia. La prensa en Guadalajara, (1975-2012). Tesis doctoral dirigida por Juan José Fernández Sanz. Madrid: Universidad Complutense de Madrid, 2014.