Desde el descanso estival, rodeado del mar Mediterráneo y la luna que lo tinta azulón, con la emoción bailando en el aire, nos despedimos de unos de los espacios esenciales en el corazón de los guadalajareños: el periódico Henaresaldía.
Ha sido un viaje, el de @henaresaldia, de su director y alma, Ángel de Juan, un empeño personal, como un Ulises que ha seguido mapas y trochas, ríos y embalses, buscando su Ítaca que es la Alcarria, la Sierra, el señorío de Molina, su Guadalajara…
Y ahora toca decir adiós emocionado al lugar donde las 28 letras del alfabeto se combinan en la pócima mágica que las transforma en lectura, en noticias, y conviene no olvidar que leer nutre el sentimiento crítico y nos hace menos dóciles y más libres.
Sin duda, @henaresaldia ha tenido una bella travesía, aun en los momentos difíciles, cuando los días parecían no clarear ni con el sol. Espero que hayan disfrutado de sus crónicas, de sus espacios culturales, con la noticia inmediata en estos tiempos de gélida informática.
Yo, al final de este mes, tocaré el colchón de los recuerdos donde se ubicaba @henaresaldia y sentiré el hueco amable, aún caliente, que espero no se diluya en el olvido. Para Ángel, un entrañable reconocimiento por su labor, por su empeño, por sus senderos y caminos y, sobre todo, por su amistad y cariño.
Ahora disfruta de esas marchas por donde tú quieras y que, seguro, te llevarán a vislumbrar en el horizonte lejano a un viejo vaquero que camina hacia las montañas que rodean el espacio de emoción que nos deja @henaresaldia.
José Alfonso Fernández
Escritor