Henche, el pueblo medieval que facilita el senderismo

Cuando se menciona la Edad Media en Guadalajara, a todos nos vienen a la cabeza localidades como Sigüenza, Atienza o –incluso– Palazuelos. Sin embargo, en la provincia existen otras muchas opciones para adentrarse en el Medievo. Y no por menos conocidas, son peores. Todo lo contrario. Mantienen y conservan el sabor y singularidad de esta época histórica. Un ejemplo de ello es Henche, una localidad emplazada a medio camino entre Brihuega, Trillo y el embalse de Entrepeñas.

Su amplia tradición histórica se refleja en la denominación de la localidad. “El nombre le viene desde el siglo XV, en el que en un caballero francés llamado Dhanche se asentó en el pueblo, apelativo que acabó convirtiéndose en «Henche» al traducirse al castellano”, aseguran desde el Ayuntamiento de la localidad. En este sentido, el mencionado municipio “pertenecía al Señorío y Tierras de Atienza en el siglo XV, pasando posteriormente a pertenecer al Señorío de Cifuentes”, confirman fuentes consistoriales.

Entre los monumentos que se conservan de esta época destaca la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción. “Situada en la parte alta del caserío, data del siglo XIII y era la primitiva iglesia de San Bartolomé, patrón del pueblo”, describen los especialistas. Según confirma el cronista provincial de Guadalajara, Antonio Herrera Casado, este templo es de estilo románico. “En el siglo XV se amplió y se construyó una cúpula con artesanado de forma octogonal y de estilo mudéjar encima del altar mayor. Y al lado opuesto, en el siglo XVI, se edificó la espadaña”, indican desde el Consistorio.

Además, este santuario “posee una pila de agua bendita de estilo gótico con arcos y bolas como decoración, así como una magnífica pila bautismal de estilo mozárabe anterior al siglo XII”, explican los historiadores. Asimismo, su ábside y acceso principal son claramente románicos, por lo que merecen un recorrido detallado por parte del turista.

Y si el visitante se queda con ganas de ver más restos medievales, solo ha de dirigirse al puente que se emplaza en las cercanías de la localidad. “Se encuentra en la zona del Parque del Pradillo y formó parte del camino que se utilizaba desde Madrid a Trillo para ir a los Reales Baños de Carlos III”, explican desde el Ayuntamiento de Henche.

Del mismo modo, existen otros lugares de interés en la localidad. Entre ellos, las ermitas de San Bartolomé –de estilo barroco y en la que se celebra una romería el primer sábado de junio– o la de San Roque. Ésta última se constituye como “un pequeño edificio de construcción en piedra de sillería de planta cuadrada. Sobre el muro sur se alza un porche con dos columnas, una de ellas casi tapada por un murete, así como la puerta de acceso al interior de la ermita”, aseguran los especialistas. “Junto a este santuario parte el camino hacia Trillo, que toma dirección Este y pasa cerca de los restos del viejo Calvario”, añaden.
Más allá de los monumentos…

Pero si lo que le gusta al visitante es el turismo activo, solo ha de acercarse hasta la «Covacha de la Mora». “Se encuentra en una colina a la entrada del pueblo y, según consta en los archivos municipales, esta cueva sirvió como vivienda. Y, además, en la misma se distinguen grabados en sus paredes”, confirman expertos consistoriales.

De hecho, este paraje es uno de los puntos que se proponen desde el Ayuntamiento para hacer senderismo. Sin embargo, también se ofertan otras alternativas. “Continuando por una pista se llega a la Fuente de Buempenilla y a la Cañada Real Soriana. Igualmente, hay otra ruta hasta la Fuente del Colmenar, siguiendo –después– por el Picazo, para regresar a Henche a través de la ermita de San Bartolomé. Otro buen recorrido es el Camino de La Taina, pasando por la Fuente de las Maraquillas”, aseguran los responsables municipales.

Por tanto, en esta localidad alcarreña –de apenas 104 empadronados– se pueden combinar dos realidades de gran valor turístico. Por un lado, su pasado y patrimonio histórico, de un relevante y evidente interés turístico. Y, por otro, su entorno natural inigualable, que permite hacer rutas senderistas adaptadas a todos los públicos. ¡Todo un lujo!

Bibliografía.
HERRERA CASADO, Antonio. Guadalajara entera. Diez rutas para conocerla. Guadalajara: Ediciones AACHE, 1999.