La Junta de Castilla-La Mancha no regulará los mastines en la Sierra y se limitará a señalizar su presencia

Perros mastines en una cabaña ganadera de Majaelrayo. // Foto: Ecologistas en Acción.

Vecinos y visitantes de esta comarca denuncian agresiones de estos ‘perros guardianes’ en los caminos que rodean al Ocejón

Alberto Chamorro, portavoz de la Plataforma en Defensa del Mastín: “Esas denuncias solo pretenden acabar con la ganadería en la Sierra Norte”

La Subdelegación del Gobierno no tiene constancia de ninguna denuncia relacionada con este asunto en ningún cuartel de la Guardia Civil en la provincia

Agricultura colocará señales en zonas de pasto para advertir a los caminantes de la presencia de mastines

“Hace 4 años dos mastines nos mataron a un perro cuando caminábamos por el sendero que une Robleluengo y Campillo de Ranas. Los perros se lo arrebataron a mi mujer de los brazos y el impacto que le produjo el ataque la llevó a estar de baja varios meses”. Este es el testimonio de Carlos Fominaya, un vecino de Campillo de Ranas, de 64 años, que, al igual que otros senderistas que recorren los caminos de la Sierra del Ocejón, han denunciado los ataques indiscriminados de estos perros guardianes que protegen al ganado serrano de las embestidas del lobo.

En su caso, el ataque de los mastines se cobró la vida de la mascota que les acompañaba aquel día. “Denuncié los hechos a la Guardia Civil de Cogolludo, llegamos a juicio, pero por circunstancias que desconocemos, el caso se archivó y ahí se quedó todo. Estamos secuestrados por los mastines, mientras los ganaderos viven gracias a las subvenciones”, se queja Fominaya a Henaresaldia.com.

La agresión de perros mastines a personas es un problema que se reproduce en la Sierra Norte de Guadalajara, según ha relatado un nutrido grupo de senderistas a través de páginas vinculadas a esta actividad –como senderismoguadalajara.es– y a través de las redes sociales. Hasta ahora, los agentes implicados, los ganaderos y el Gobierno de Castilla-La Mancha, no han adoptado medidas para prevenir esta situación. La consecuencia es que muchos senderistas y familias con menores desisten de caminar por el monte ante el temor a ser atacados por estos canes.

Javier Murcia, vecino de 44 años de Robleluengo, es otra de las personas afectadas. Según relata, hace 6 años, mientras caminaba por una pista forestal entre Campillo de Ranas y Majaelrayo con sus hijos pequeños, los mastines les ladraron y atacaron, y se vio obligado a defenderse de ellos con una navaja y la bicicleta. La misma situación se repitió hace dos años cuando otros cuatro mastines le agredieron mientras paseaba con su pareja. “Los mastines debe ir siempre controlados junto a un pastor y es absurdo que para proteger al ganado del ataque de perros asilvestrados se ponga en peligro a las personas. No somos una amenaza y tenemos el mismo derecho a disfrutar del monte”, afirma Murcia. Asimismo, considera que “hay que proteger a la ganadería y las tradiciones, pero los ganaderos son una minoría y con su actitud frenan el turismo en la Sierra”.

Estos incidentes han llevado a varios senderistas a denunciar los hechos ante la Guardia Civil. Sin embargo, según ha podido saber este digital, a través de fuentes de Subdelegación del Gobierno en Guadalajara, la Guardia Civil no tiene constancia de haber recibido recientemente ninguna denuncia contra estos ataques en ninguna comandancia de la provincia.

Alberto Chamorro, ganadero y portavoz de la Plataforma en Defensa del Mastín en la Sierra Norte.

“Quieren acabar con la ganadería”
Los ganaderos de la Serranía sostienen una versión diametralmente opuesta a las denuncia de los senderistas. Alberto Chamorro, ganadero de Majaelrayo y portavoz de la Plataforma en Defensa del Mastín, asegura a Henaresaldia.com que los ataques son “falsos”. “Nos tratan como delincuentes y todo forma parte de una campaña para acabar con la ganadería de la Sierra Norte”, añade. Chamorro, que gestiona una explotación de ganado caprino en esta población serrana desde hace una década, sostiene que “ninguno de mis ocho mastines ha atacado nunca a ninguna persona en diez años. Están adiestrados para proteger al rebaño y solo si la gente se acerca, ladran, pero no muerden ni agreden”.

Las prácticas con perros mastines y pastores eléctricos se han extendido como método de vigilancia del ganado extensivo en la comarca de la Serranía, a raíz de que aumentaran las denuncias de los ganaderos por ataques del lobo en los últimos años. De hecho, la Delegación de Agricultura subvenciona anualmente la adquisición de estos animales y de vallados eléctricos para evitar las bajas del ganado. Una medida que no satisface las reclamaciones de los ganaderos de la zona que reclaman a la Junta de Castilla-La Mancha una normativa que  ordene el uso de los mastines: “Es incongruente que la Junta nos aliente para que trabajemos con mastines, pero al mismo tiempo no regule a nuestros animales como perros de trabajo”, puntualiza Chamorro.

Precisamente, el principal objetivo de la Plataforma en Defensa del Mastín, que integran ganaderos de la Sierra Norte, es regular esta actividad para que el ganado y las personas puedan coexistir con normalidad en el espacio natural. “Reclamamos a la Administración regional que señalice los caminos que ocupan los mastines con el ganado y que se conciencie a la sociedad sobre la función ambiental que tiene el mastín de limpiar el monte y conservar la naturaleza”.

Santos López Tabernero, director provincial de Agricultura, afirma a este digital que conoce este conflicto por las quejas de los ganaderos. Sin embargo, agrega: “no me consta que se haya producido ninguna agresión de perros mastines contra humanos en la Sierra Norte”. Además, explica que se trata de hacer compatible el uso ganadero con el recreativo y turístico en esta zona de la provincia. Esto ha movido a la Junta a señalizar “en las próximas semanas algunas pistas forestales del Parque Natural de la Sierra Norte para advertir a las personas de la presencia de los mastines y aconsejarles de que no se acerquen, y lleven atadas a sus mascotas”.

Esta señalización se completará con unas charlas informativas, destinadas a los ganaderos y al público en general para “transmitir la idea de que los mastines son perros eficaces para combatir al lobo y que trabajan integrados en los rebaños de ganado, así como dar unas recomendaciones a los senderistas sobre cómo caminar por el monte con seguridad”, asevera López.

Con respecto a una regulación de los mastines como ‘perros de labor’, tal como reivindican los ganaderos, el delegado admite que “es complejo” y que “la consejería no tiene previsto aprobar ninguna normativa a medio plazo”. En caso de que esta normativa saliera adelante, supondría en la práctica que las cabañas de ganado tuvieran que ir acompañadas de un pastor, según asegura Javier Murcia. Una regulación, que, según mantiene el portavoz de la Plataforma en Defensa del Mastín, “no se lleva a cabo porque los senderistas están coaccionando a la Administración para que no actúe a nuestro favor”.

“Uso compartido”
Los grupos conservacionistas abogan por una coexistencia pacífica de la ganadería, la cinegética y el turismo en la Sierra Norte. Isabel Díez Leiva, miembro de Ecologistas en Acción y responsable de la campaña Viviendo con lobos, cree que el uso de perros mastines para cuidar al ganado es “una situación nueva que exige la responsabilidad de los ganaderos, de los senderistas y de la administración para llegar a una convivencia entre todos, que posibilite un uso compartido del medio natural”.

Esta responsabilidad se traduce, según Leiva, en que, “los ganaderos, adiestren, alimenten bien y controlen a los mastines para resolver el conflicto y permitir la convivencia de las personas y los perros en la naturaleza”. En cuanto a la función de la Junta de Castilla-La Mancha, subraya que es “necesario impulsar una norma que reconozca a los mastines como perros de trabajo y señalice los caminos”. Una regulación, a su juicio, “favorecería el servicio veterinario, los seguros y ayudaría a concienciar a los senderistas sobre cómo utilizar el campo y a que tomaran precauciones como no dar de comer a los mastines”.

En la misma línea se sitúa Raúl Ablanque, presidente de Cicinaria, una asociación de la sierra volcada en la defensa del medio natural: “Es obligación de la Junta hacer compatible la ganadería y la caza con el turismo en un mismo espacio sin dañar a la naturaleza”. Para ello, Ablanque sugiere que “se realice un estudio de impacto ambiental para comprobar cómo afectan  la ganadería extensiva y los mastines al medio natural”.

En su opinión, es “preciso tomar medidas como señalizar las zonas con mastines, apartar al ganado de las áreas turísticas y educar a las personas para que aprendan a actuar, en caso de encontrarse con un mastín, que es un animal grande y que asusta, pero no es agresivo”.