La miel se vuelve a apoderar de Marchamalo…

Panal de rica miel
Panal de rica miel

Oro líquido. Y espeso. Así es como se puede definir la miel. Pero no por su elevado coste. Se puede comprar a precios muy asequibles. La relevancia de dicho alimento viene dada por sus amplias propiedades. ¿Quién no se ha tomado un chorrito de este producto cuando estaba acatarrado y, de repente, ha mejorado? El griego Hipócrates –considerado el padre de la medina– alabó las capacidades terapéuticas de esta sustancia. De hecho, se pueden mencionar su alta capacidad cicatrizante o su potencial energético, que se transmite a quien la ingiere.

¿Y qué decir de su sabor? Inmejorable. Es un edulcorante natural que, además, sirve como conservante. No caduca. La gastronomía lo ha utilizado en innumerables platos. Y no sólo en repostería. De hecho, combina muy bien con los salados. En Francia es muy apreciado el Travers du porc au miel, consistente en un costillar de cerdo, marinado en salsa de miel, que está para chuparse los dedos.

Además, la utilización del «fruto de las abejas» procede de antaño. En Valencia existen pinturas rupestres con decenas de siglos de antigüedad que ya muestran el uso de la miel en la prehistoria. Desde entonces, no se ha dejado de consumir. También se han encontrado testimonios del manejo de este producto por parte de los egipcios. Lo más curioso es que en la época de los faraones se empleaba en situaciones muy semejantes a las actuales. Entre ellas, la cosmética, la gastronomía o la medicina. Incluso, se entregaba como ofrenda al Dios Ra, al creerse que dicho alimento procedía de las lágrimas de la deidad…

repor_centroapicola_marchamalo03Y, en esto, llegó la Alcarria
En Guadalajara no somos ajenos a esta realidad. De hecho, la Alcarria es una importante zona productora del «oro apícola». La gran cantidad de plantas aromáticas existentes en la comarca, unido a su clima, ha permitido la existencia de una gran práctica mielera en el lugar. En este sentido, se pueden distinguir hasta tres grandes tipologías de este producto según su origen –de romero, de espliego o milflores–, que hacen las delicias de quienes las consumen.

Es tal la relevancia que tiene este alimento en Guadalajara que muchos de sus productores se han integrado en la Denominación de Origen (D.O.) «Miel de la Alcarria». Se trata de una entidad que comenzó su andadura el 11 de noviembre de 1992 y que, a partir del 21 de junio de 1996, alcanzó la calificación de Denominación de Origen Protegida (D.O.P), de acuerdo a los estándares comunitarios.

Esto demuestra la calidad de la miel arriacense. Sin embargo, todo evoluciona. Incluida la generación de este producto. En consecuencia, se han de apostar por las últimas técnicas de obtención y conservación. Sobre todo, ante los retos climáticos, médicos y empresariales que atraviesa el sector. Y, para poder afrontarlos, la inversión e investigación son fundamentales.

repor_centroapicola_marchamalo01Unas cuestiones por las que ha apostado claramente el Centro de Investigación Apícola Agroambiental (CIAPA), ubicado en Marchamalo. Pero, ¿en qué consiste esta entidad? El CIAPA es un complejo de innovación agraria, que actualmente se encuentra adscrito al Instituto Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario y Forestal (IRIAF).

Entre las funciones del CIAPA se distinguen el progreso científico y la divulgación. De hecho, organiza de cursos formativos. Este año han previsto 37, de los que una docena se centrarán en temática apícola. Unas propuestas en las que se puede comprobar el importante bagaje del centro, condensado en más de cuatro décadas de existencia. Se creó en 1974 bajo el nombre de Centro de Capacitación y Experimentación Agraria. Hasta 1982 dependió del Gobierno de España. Sin embargo, ese año fue transferido a la Junta de Comunidades, a quien pertenece desde entonces.

Pero, ¿qué se hace en el complejo marchamalero?
A lo largo de todo este tiempo se han impulsado una serie de departamentos en el seno del CIAPA. Entre ellos, el Centro Apícola Regional (CAR), aparecido en 1983 para dar respuesta a las demandas del sector mielero. “Se prestan servicios para el diagnóstico de las enfermedades de las abejas y la caracterización y calidad de las mieles de los productores”, indican los gestores del complejo.

repor_centroapicola_marchamalo05Con estos fines se han diseñado dos laboratorios. Uno centrado en patología apícola, “en el que se investigan las dolencias de las abejas de cualquier parte de la región y de España”, confirma José Alberto Viñuelas, director del CIAPA. “La falta de lugares especializados en patología apícola en nuestro país, hace que el de Marchamalo sea un punto de referencia para muchas Comunidades Autónomas”, señalan los gestores del complejo.

“Este servicio nos permite tener una idea muy aproximada de la prevalencia de las principales enfermedades tanto en nuestra región como a nivel nacional”, agregan con orgullo los responsables del servicio. Y los resultados les avalan. Varios de sus proyectos están arrojando conclusiones muy interesantes. “Estamos observando que el cambio anual de la abeja reina en los colmenares es fundamental para la prevención de las dolencias apícolas”, complementa el director del CIAPA.

Por otro lado, el segundo de los laboratorios del CAR está centrado en calidad de las mieles. “Aquí se analizan los parámetros físico–químicos de este producto”, recuerda José Alberto Viñuelas. “De esta forma se sabe cuál es su origen y tipología. Es decir, si es de romero, multifloral…”, añade. “A todas las muestras que nos llegan se aplican analíticas de calidad y de identificación de su origen botánico y geográfico”, corroboran desde el mencionado complejo.

Sin embargo, durante el mandato de María Dolores de Cospedal trasladaron este servicio a la capital regional. No se tuvo en cuenta ni sus buenos resultados científicos, ni que “funcionaba con el conocimiento generado por los investigadores existentes en Marchamalo”, critica el director del IRIAF, Esteban García

repor_centroapicola_marchamalo02Una medida de ida y vuelta
Pero, ¿por qué se decidió el cambio de sede? “Ésta es una buena pregunta que habría que trasladar a los responsables del anterior Gobierno regional”, confirma Esteban García. Desde Henares Al Día hemos intentando contactar con el PP para que nos explicaran la razón del cambio, pero no hemos obtenido respuesta. “En la anterior legislatura se quiso concentrar en un sólo laboratorio todos los servicios de análisis de productos agropecuarios y agroalimentarios, pero en este proceso no contemplaron la dotación de personal técnico cualificado para llevar a cabo dichos análisis”, añade el director del IRIAF. “Fue una propuesta ejecutiva del Gabinete de Cospedal”, confirma el alcalde de la localidad, Rafael Esteban.

Precisamente, el Ayuntamiento marchamalero hizo algunas gestiones para que el laboratorio permaneciera en el pueblo. Llegaron a enviar un escrito a la Consejería competente. Pero no lograron contestación. En la misiva mostraban su preocupación porque se pudiera diluir el capital humano y científico acumulado durante años en el complejo. “Nadie tuvo la dignidad de dirigirse a nuestro Consistorio para conversar sobre este tema. Y eso que preguntamos, consultamos y exigimos que nos dijesen algo”, explica el primer edil, quien reconoce que aunque el CIAPA no es de competencia municipal, sí que existe una vinculación histórica entre el complejo y su municipio.

Pero, a pesar de la insistencia de apicultores, investigadores y Ayuntamiento, hubo que esperar a un cambio de Gobierno para que, a inicios del 2017, la Junta de Comunidades devolviese a Marchamalo el laboratorio de mieles. Se quiso que la mencionada infraestructura regresara a su lugar original, debido a que en esta localidad es donde se reúnen los mayores especialistas nacionales e internacionales sobre la materia. “Lo que hemos hecho ha sido restituir el servicio a quien lo tiene que tener, que son los expertos que han estado trabajando toda su vida en la calidad de las mieles”, subraya Esteban García.

Por tanto, el alcalde de la localidad, Rafael Esteban, y el director del CIAPA, José Alberto Viñuelas, califican dicha reapertura como una “buena noticia”. Y lo es porque “aquí tenemos a la mejor palinóloga de España y, por tanto, los apicultores confían plenamente en los análisis que realizamos”, explica Viñuelas. De hecho, “los investigadores del centro se encuentran muy bien posicionados en los rankings españoles y mundiales relativos al estudio de la calidad de la miel y de las enfermedades apícolas”, añaden.

Por tanto, el futuro de este complejo es prometedor. Se debe seguir apostando por él y por el saber que se genera en su seno. De esta forma se conseguirá un perfeccionamiento de la producción apícola, que redundará en la calidad de la miel. Una sustancia que, a pesar de contar con miles de años de historia, se continúa empleando en muchas actividades, como la gastronomía. Un uso muy importante, porque como decía Hipócrates:

«Que tu alimento sea tu medicina»