Como cada año la festividad del Corpus Christi en Guadalajara, con la previa celebración de la eucaristía oficiada por el vicario general de la Diócesis, Agustín Bugeda, en el templo de San Francisco, se realizó la posterior procesión por las calles del centro de Guadalajara tapizadas y aromatizadas con cantueso en todo su recorrido, desde la iglesia San Francisco, por la Carrera, calle Mayor, Miguel Fluiters e Ingeniero Mariño hasta la concatedral de Santa María.
Como manda la tradición en la misma participó la Cofradía de los Apóstoles, una hermandad con más de quinientos años de historia en la ciudad, con sus doce Apóstoles y Jesús, caracterizados con sus barbas y sus túnicas, que portan el atributo personal con el que se identifica cada Apóstol: las llaves de San Pedro, el cayado de peregrino de Santiago, la pluma de San Juan, la escuadra de Santo Tomás, la cruz de San Andrés, el hacha de San Judas…
Con los Apósteles han desfilado más un centenar de niños y niñas con sus trajes de primera comunión.
