La Señorita Niba te muestra los secretos de Trillo

Querido lector: Si un día llega a Trillo y se encuentra a una joven ataviada bajo los cánones de inicios del siglo XX, no se extrañe. Se trata de la Señorita Niba. Ella es la protagonista de una novedosa iniciativa, basada en la inmersión en la historia local a través de un viaje en el tiempo. Durante algo más de una hora, esta profesional explica los detalles monumentales de la villa. Y lo hace engalanada con indumentaria de época, a la vez que muestra fotografías centenarias del municipio. Así, el viajero puede observar las transformaciones habidas en este pueblo a lo largo de los últimos decenios, al mismo tiempo que aprende la historia. Todo un lujo.

La responsable de dar vida a la Señorita Niba es Miriam Batanero, una joven trillana que ha consagrado parte de su experiencia profesional a la dinamización turística. Además, cuenta con conocimientos de interpretación y danza, lo que la impulsó a hacer algo diferente. Busca transmitir la riqueza patrimonial de la localidad de manera original, sumergiéndose en lo pretérito. “Sobre todo en un pueblo como Trillo, que tiene tanta historia escondida”, explica.

Para ello, aprovechó una colección de fotografías antiguas de la localidad –realizadas a inicios del siglo XX– que estaba en su poder. “Comenzamos a dar vueltas sobre cómo podía ser el personaje y, de esta forma, ofrecer una visión diferente”, rememora Batanero. Así surgió la idea. La protagonista aparece caracterizada como una chica de los años 20. Un trabajo en el que también se ha involucrado la madre de Batanero, encargada de analizar la indumentaria.

Se trata de una actividad innovadora. Tras una primera presentación, la Señorita Niba relata –a lo largo de una docena de paradas– el pasado de la localidad, haciendo –igualmente– algunas menciones a su abuela, otro de los referentes en sus relatos. De hecho, estas alusiones son “la adaptación de una historia personal. Así, hago un homenaje a mi abuela y a tantas otras mujeres que no lo tuvieron nada fácil en aquellos tiempos. Y que, a pesar de ello, salieron adelante con coraje y determinación”, confirma Batanero.

En definitiva, se repasa “el antes y el después de Trillo”. Algo que se hace de la mano de una serie de relatos e instantáneas históricas, que –tras ser mostradas– permiten comprender visualmente la evolución de la localidad. En cada una de las paradas del recorrido se escucha un «capítulo» del relato. “La gente se va quedando con mucha intriga”, confirman varios participantes en la propuesta.

De esta forma, se visitan los puntos más emblemáticos de Trillo, como el puente del siglo XVI o la iglesia parroquial. También se pasa por aquellos lugares y casonas vinculadas con la historia de la abuela de Niba. Y en todos ellos se enseña una fotografía antigua, para que el visitante compare la situación actual con la de antaño. “Es un servicio que busca complementar la experiencia del visitante”, asegura Miriam Batanero. Tal ha sido el éxito de la propuesta que a partir del primer fin de semana de julio también se podrá disfrutar de la misma en el Balneario Carlos III de la localidad.

La Señorita Niba comenzó a recorrer las calles trillanas en 2011. Y, desde entonces, la recepción ha sido muy positiva. “La gente se queda entusiasmada. Primero, viendo al personaje, porque no se esperan que sea así. Y, también, debido a las curiosidades que les cuenta, cómo se las transmite… Cada vez se va teniendo mejor acogida”, señala la responsable de la propuesta.

La mejor forma de inmiscuirse en la historia
De esta manera, se puede conocer Trillo de una forma diferente. Y, de paso, profundizar en su pasado. Se trata de una localidad con siglos de historia a sus espaldas. Una circunstancia que se refleja en su patrimonio, incardinado a la perfección con la exuberante naturaleza del entorno. “En el municipio el agua es siempre la protagonista. Por una parte, está el remanso del Tajo, encajado entre voluminosas arboledas, herrajes de pasamanos, paseos ajardinados y galerías y miradores de la pequeña villa cosmopolita. Y, por otra, el desagüe precipitado del río Cifuentes, abundante y breve, que se despeña en cascadas estruendosas a la sombra de los barrancos”, narra José Serrano Belinchón en su libro «La Alcarria de Guadalajara».

“Bajo un puente monumental que une los dos barrios, discurren –mansas– las aguas del Tajo. Arriba, el pueblo viejo, empinado sobre su peana de arenisca, oteando –desde las bodegas que hicieron los árabes– la moderna estampa de las calles del río”, señala Serrano Belinchón. “Trillo es pueblo de callejuelas pinas y plazas señoriales”, asegura. Por tanto, existe una gran riqueza en su interior. No obstante, “merece admiración el lugar en el que el río Cifuentes desemboca en el Tajo, junto al gran puente de un solo arco”, confirma el cronista provincial, Antonio Herrera Casado, en su obra «Guadalajara entera. 10 rutas para conocerla».

De hecho, uno de los puntos más conocidos de la localidad es –precisamente– este puente. El aspecto actual del mismo procede del XVI, aunque se edificó sobre una estructura más antigua. Hoy en día luce señorial, presidiendo el paso del río por la localidad y convertido en uno de los puntos neurálgicos del pueblo.

Otro de los complejos reseñables de la villa es su iglesia parroquial, del siglo XVI. Pero, como ocurre en el caso anterior, “se cree que pudo haberse levantado sobre los cimientos de otro templo algo más antiguo”, se explica en guía «Camino de Santiago. Camino de La Lana». En cualquier caso, el aspecto actual del complejo presenta una sola nave, con sillares de piedra.
Además, en Trillo existe la posibilidad de visitar otros santuarios, como las ermitas de San Roque y de la Soledad, ambas –también– del siglo XVI. E, incluso, se debe hacer referencia a la «Casa de los Molinos», considerada como el edificio más antiguo del municipio. “Fue mencionada por primera vez en una serie de documentos de las época del reinado de Fernando IV «El Emplazado» (1258–1312)”, confirman los especialistas.
Pero si el visitante quiere dar un paseo, el término municipal también ofrece alternativas.

“A media hora de camino a pie, aguas arriba del Tajo, estuvieron los famosos baños de Carlos III, empleados como balneario [uso que se mantiene en la actualidad]”, confirma José Serrano Belinchón. Además, se pueden recorrer los restos del antiguo monasterio cisterciense de Santa María de Óvila, situado –igualmente– en las cercanías de esta villa.
Se trata de un edificio construido en el siglo XIII con la ayuda de los reyes castellanos, aunque su fundación original corrió a cargo de Alfonso VIII en torno a 1181. Sin embargo, este complejo se hizo famoso porque “fue vendido por sus dueños al magnate estadounidense William Random Hearts, quien lo mandó desmontar piedra a piedra con la intención de volverlo a reconstruir en su rancho de California”, se relata en el libro «La Alcarria de Guadalajara».

“El venerable cenobio fue deshecho en sus partes más antiguas, pero sin que se vieran cumplidos los proyectos [reconstructivos] de su comprador, por falta de medios económicos y por las circunstancias políticas del momento”, asegura José Serrano Belinchón. “Lo poco que aún puede verse del monasterio son algunos arcos descarnados del claustro, ruinas irremediables y un torreón como testigo de algo que jamás –bajo ningún motivo– debiera haberse hecho”, señala el mencionado autor.

Por tanto, el patrimonio natural y patrimonial de Trillo es muy amplio. Bien merece una visita. Sobre todo si se hace de la mano de la Señorita Niba, que sabe todos los recovecos de la localidad. Sin duda, se trata de una experiencia única para conocer una de las villas más emblemáticas de la provincia. Además, viajar y aproximarnos a nuevos contextos nos hace mejores ciudadanos. Porque como señaló el jordano Taleb Rifai, exsecretario general de la Organización Mundial del Turismo (OMT):

«La sociedad actual se enfrenta a un déficit de tolerancia. [Pero] el turismo une a las personas, nos ayuda a abrir la mente y el corazón»

Bibliografía:
HERRERA CASADO, Antonio. Guadalajara entera. 10 rutas para conocerla. Guadalajara: Ediciones AACHE, 1999.

SERRANO BELINCHÓN, José. La Alcarria de Guadalajara. Guadalajara: Ediciones AACHE, 2003.

VV.AA. Camino de Santiago. Camino de La Lana. Albacete: Diputación Provincia de Albacete, 2019.

Raúl Conde y Ángel de Juan, “101 cosas que hacer en Guadalajara“, Colección Temas de Guadalajara. Editores del Henares 2016. Guadalajara

Aurelio García López, “Trillo en las ordenanzas de 1571”, Colección Temas de Guadalajara. Editores del Henares 2014. Guadalajara

José Miguel Merino de Cáceres, “Óvila, setenta y cinco años (después de su exilio)”, Colección Temas de Guadalajara. Editores del Henares 2008. Guadalajara

Ángel de Juan y Manuel Martín. “El Camino de Santiago”. Colección Caminos de Guadalajara. Editores del Henares 2011. Guadalajara

Ángel de Juan y Manuel Martín, “Caminos de la Alta Alcarria”. Colección Caminos de Guadalajara. Editores del Henares 2011. Guadalajara

Ángel de Juan, “Romerías de la Alta Alcarria”. Editores del Henares 2011. Guadalajara