
Ecologistas en Acción de Guadalajara tampoco quiere una granja de cerdos en Cincovillas. Por ello ha presentado alegaciones a este proyecto, sometido a información pública de Evaluación Ambiental, y como viene siendo habitual, es presentado por los promotores con grandes carencias, obviando información y los graves impactos que provocan las macro granjas porcinas.
La explotación generaría 6708 m3 de purines al año. Estos residuos, ricos en nitrógeno, son el principal problema que han tenido y tienen las explotaciones intensivas porcinas. Éstas suelen esparcir este subproducto por los campos de labor, contribuyendo a contaminar los acuíferos con nitratos. En Teruel y Cataluña, el 60 % de los manantiales superan los 50 microgramos de nitrógeno por litro de agua, convirtiéndolas en aguas no potables.
La cuenca hidrográfica del Río Salado, cuyo tramo en esta zona está protegido por la Red Natura 2000, recibiría la escorrentía y filtración de todos los contaminantes procedentes de la explotación. En el caso de un posible accidente, todos los vertidos acabarían directamente en el río Cercadillo, afluente del Río Salado.
La macro explotación, además, generaría uno de los gases de efecto invernadero más potente, el metano: más de 28.000 kg al año. Asimismo produce uno de los principales causantes de la lluvia acida, el óxido de nitrógeno, con la generación de más de 136 kg al año. Otro contaminante que produce, especialmente dañino si llega a las aguas fluviales, es el amoníaco; la macro granja generaría mas de 17.000 kg de amoníaco al año. Hay que tener en cuenta que el Real Decreto 508/2007 determina que el límite de aviso a la población es de 10.000 kg de amoníaco al año: es evidente la repercusión que va a sufrir la salud y la calidad de vida de los vecinos afectados.
El otro gran problema que generan estas macro granjas intensivas de cría de cerdos, es la generación de malos olores que perjudicarían la calidad de vida de una gran comarca que vive, en buena parte, del turismo.