Los vermús de Nochebuena congregan este sábado a miles de personas en Guadalajara

Durante este sábado, 24 de diciembre, Guadalajara fue un hervidero de gente. Sobre todo, entre las 12.00 y las 19.00, cuando estaba permitida la celebración de 29 vermús de Navidad en el término municipal arriacense. La casi treintena de iniciativas recibieron la visita de miles de ciudadanos, procedentes no sólo de la capital caracense, sino –también– de otros puntos de la provincia y del país, como Alcalá de Henares, Madrid o Ávila.

Los asistentes pudieron conocer una nueva faceta de la ciudad, en la que se combinó la diversión, la música, los piscolabis y los reencuentros de amigos y familiares. Muchos establecimientos de hostelería sacaron sus barras a las calles, para dar servicio a los vecinos. Y la gran mayoría de los negocios también contrataron propuestas musicales, para otorgar realce a las celebraciones. Gracias a ello, los asistentes tuvieron la oportunidad de bailar al compás de DJ´s, charangas o grupos de distinto estilo, que hicieron las delicias de los presentes.

Uno de los epicentros de las celebraciones se encontró en el eje conformado por las plazas de San Esteban, General Prim y Alfonso López de Haro –en el casco antiguo–, donde se instalaron varios escenarios, desde los que se ofreció alternativas musicales y culturales. Fue tal la afluencia de público que el simple anhelo de atravesar la calle Bardales se tornaba imposible. De hecho, un recorrido que –de forma habitual– no lleva más de cinco minutos, este sábado podía prolongarse –sin exagerar– más de media hora. Así era el ambiente que se vivió en Guadalajara durante toda la jornada.

Sin embargo, el centro urbano no fue la única zona en la que se pudo disfrutar de los vermús navideños. Los mismos se extendieron a lo largo y ancho de la localidad. Y para muestra, el paseo de San Roque o el parque de «La Amistad». En este último enclave, en el entorno de «Las Cumbres», se emplazan establecimientos que también se quisieron sumar a la fiesta. Y, con este fin, contrataron a la charanga «El conejo de la Loles», que animó a los asistentes, gracias a temas navideños y festivos muy conocidos por todos.

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Entre los presentes se encontraron Sara y Antonio, dos amigos desde hace años que no dudaron en participar en los fastos saturnales. “Nos estamos divirtiendo mucho. Hay un ambientazo único”, confirmaban, al tiempo que degustaban un aperitivo. A unos pocos metros de ellos se encontraba Rebecca, una joven hispano/irlandesa que acudió hasta el lugar junto a diversas compañeras de vida, como María, Azucena o Paola. “Es una magnífica forma de dar la bienvenida a la Navidad, con música y acompañadas de nuestras amistades”, argüían.

Una filosofía que también se pudo observar en los barrios anexionados. Y para muestra, el caso de Iriépal, donde el bar de la localidad –domiciliado en la plaza del Ayuntamiento– también se quiso sumar a los vermús navideños. Su propietario, un ciudadano polaco afincado en España, se había despertado temprano para tener todo a punto a las 12.00, momento en el que comenzaron los festejos. De hecho, había contratado un DJ para amenizar a todos los presentes, que prolongaron su estancia en el pueblo hasta las 19.00, hora de finalización del evento.

Así, los vermús navideños se han de calificar de un gran éxito. No sólo por la magnífica asistencia –congregaron a miles de personas, tanto en la ciudad como en las pedanías–. También por la diversión que comprobaron los participantes y por los buenos resultados que obtuvieron los establecimientos hosteleros. Unas circunstancias que se vieron facilitadas por el compromiso del Ayuntamiento caracense, institución que dio las autorizaciones necesarias para que estas iniciativas se pudieran desarrollar. Una actitud que facilitó que no hubiera incidentes graves durante la propuesta.

No en vano, los responsables consistoriales habían diseñado “un importante dispositivo especial de seguridad y limpieza, centrado en las zonas en las que se espera una elevada concentración de personas, especialmente en el casco histórico”. Asimismo, se instalaron 60 baños químicos, que serán retirados el próximo martes, 27 de diciembre, una vez finalizada la celebración de la Navidad. De igual forma, se colocaron una sesentena de contenedores, con capacidad para 800 litros de residuos, para evitar que los desperdicios quedaran esparcidos por las calles.

“Este año ha desaparecido cualquier tipo de restricción vinculada a la pandemia, por lo que ha habido una elevada participación de la ciudadanía en los vermús navideños”, concluían fuentes municipales. Sin duda, se ha obtenido un éxito sin precedentes, que –esperan– se vuelva a repetir el próximo sábado, 31 de diciembre, con motivo de la Nochevieja, cuando se programarán actividades parecidas. ¡No te las pierdas!