¿Nueva vida para Sopetrán?

Monasterio de Sopetrán
Monasterio de Sopetrán

Hay quien afirma que en verano no pasa nada, que las noticias también se marchan de vacaciones. Guadalajara no sería una excepción a esta realidad. Parece que la playa y la montaña se llenan de arriacenses. Pero nada más lejos de la realidad. Hace tan sólo unos días «saltaba la liebre». Sopetrán regresaba a la palestra. Este antiguo monasterio benedictino, hoy en ruinas, aparecía en las primeras páginas de la prensa. Sus actuales dueños –reunidos en torno a la Coordinadora Monasterio de Sopetrán S.A.– buscan nuevos inversores para revitalizar del lugar.

Así lo informaba el pasado 19 de julio la empresa Alquiler Protegido, una de las encargadas en gestionar la mencionada operación económica. “El lugar se ha puesto a la venta con el objetivo de convertir la zona en un complejo residencial que devuelva la vida al edificio medieval”, señalaban en un comunicado. Para ello, se estarían buscando entidades que puedan hacer frente a la rehabilitación del edificio, que se ubica en una parcela de 164.760 metros cuadrados.

Pero, ¿qué hay detrás de este grueso titular? ¿Qué es lo que se pretende con esta transacción? “El complejo busca recuperar su antigua gloria reconstruyendo piedra a piedra el monumento, hasta alcanzar la fundación decisiva que impulse su desarrollo económico y social”, aseguran desde Alquiler Protegido. Una finalidad que, en realidad, se inserta en un proyecto más ambicioso, en el que se incluye el desarrollo de infraestructuras residenciales, turísticas, deportivas y de ocio.

“El objetivo es rehabilitar la zona construyendo viviendas tanto para jóvenes como para la tercera edad, un hotel, hospedería con 60 habitaciones, salones para eventos y centros de actividades culturales y sociales que devuelvan la vida al monasterio”, explican los encargados de la búsqueda de inversores. “La superficie destinada a la zona residencial sería 47.169,09 metros cuadrados, mientras que el espacio de uso deportivo y de espacios verdes alcanzaría los 15.442,47 metros cuadrados”, añaden.

sopetran02No obstante, se trata de un proyecto que cuenta con un cierto recorrido. Se dio a conocer hace más de 10 años. Y, en el mismo, se contemplaban diversas actuaciones. En los 10.500 metros cuadrados del monasterio –por ejemplo– se quiere habilitar un hotel de 41 habitaciones, un centro de reuniones y de formación, así como espacios para la celebración de eventos y actividades sociales y culturales. Además, también se rehabilitaría la hospedería existente en las cercanías, donde se contemplan 36 habitaciones y salones destinados a iniciativas hosteleras y lúdicas. Sin olvidar el pueblo medieval de 199 casas, un aparcamiento subterráneo, 68 viviendas asistidas, 60 suites, un spa, locales comerciales, zonas verdes e instalaciones deportivas.

En este sentido, la idea ya contaría con todos los permisos y licencias requeridos. “Sólo necesita inversores que apoyen la iniciativa”, corroboran desde la Coordinadora Monasterio de Sopetrán, propietaria del complejo. De hecho, reconocen que están pensando en diferentes fórmulas para atraer capital. “No es fácil la búsqueda, ya que se trata de un gasto muy elevado”, corroboran los dueños del monasterio. “Hay personas interesadas, pero aún se lo están pensando”, añaden. Sin embargo, “no hay ninguna oferta encima de la mesa todavía”, aclara Alfredo García Ramos, socio fundador de Alquileres Protegidos.

De hecho, las partes implicadas reconocen que se trata de un compromiso que necesita un perfil concreto de inversor. Primero, debido al montante económico requerido. La capitalización inicial para entrar en el proyecto es de unos ocho millones de euros, a lo que se añade el precio de ejecutar la idea patrimonial e inmobiliaria. Por tanto, “el coste total sería de unos 100 millones de euros”, calcula García Ramos. Además, se trata de una inversión a medio y largo plazo.

“Estamos buscando promotoras y/o constructoras que se quieran implicar de lleno con la propiedad para el desarrollo del plan, que ya está consolidado y aprobado por el Ayuntamiento y por la Junta de Comunidades de Castilla–La Mancha”, añade.

En consecuencia, nos encontramos ante un nuevo episodio de un plan que lleva varios años en el candelero, pero que todavía no ha conseguido arrancar. “Este proyecto se inició antes de 2008, pero tardó un tiempo en desarrollarse. Se puso a la venta y se llegó a adjudicar el 70% de las viviendas que se iban a construir. Y, en esto, llegó la crisis, los principales inversores se retiraron y el propietario se quedó descapitalizado”, asegura el socio fundador de Alquileres Protegidos. “No obstante, se ha mantenido la idea hasta ahora, y creemos que es un buen momento para retomarla”, concluye.

sopetran03Un impulso que puede deberse a la próxima caducidad de los permisos regionales. “Ahora mismo esta gente posee la licencia hasta finales de 2019”, explica el alcalde de Hita, José Ayuso. “Tienen que comenzar antes de esa fecha, porque de lo contrario estarían obligados a presentar una nueva propuesta a la Junta de Comunidades”, añade. Desde Alquileres Protegidos confirman que el 10 de noviembre de 2019 es cuando expira la mencionada autorización autonómica.

De cualquier forma, el regidor de la localidad reconoce que la idea en torno a Sopetrán puede suponer “futuro para Hita”. “Sería positivo económica, turística y demográficamente”, explica. Por tanto, se trata de un proyecto que cuenta con el apoyo de los habitantes de la localidad, aunque la tardanza en su desarrollo está pasando factura a los ciudadanos. “Al principio, los vecinos se ilusionaron mucho, pero ahora los ánimos se encuentran un poco más bajos”, concluye.

En consecuencia, ¿existirá nueva vida para Sopetrán? No se sabe a ciencia cierta. Todavía se está a la espera de las inversiones, que no llegan a materializarse. Y eso que ya ha habido interesados, tanto nacionales como extranjeros. Sin embargo, el tiempo sigue corriendo y no se conoce con exactitud el plazo en el que comenzarán las obras. Por el momento, los propietarios han conseguido que el monasterio vuelva a copar titulares, aunque sea durante la época veraniega…

La importancia (histórica) de Sopetrán

Los orígenes del monasterio de Sopetrán son antiquísimos. Se remiten a la noche de los tiempos. “Quizás sea el lugar de la provincia de Guadalajara donde la tradición remonta a mayor lejanía temporal el asentamiento de una comunidad religiosa”, asegura el cronista provincial Antonio Herrera Casado en Monasterios Medievales de Guadalajara. De hecho, la primera de las cinco fundaciones que –según la leyenda– tuvo el cenobio se desarrolló en 611. Su impulsor fue el rey Gundemaro.

Apenas un siglo después, en el 728, el complejo se derribó, aunque pudo reflotarse otras cuatro veces. La primera tuvo lugar en el 847 –por parte de los mozárabes de la Alcarria–, la segunda en 1055 –a cargo de Haly Maimón, hijo del rey Almamún, a quien se le apareció la Virgen María sobre una higuera– y la tercera en el siglo XI, a cargo del rey castellano Alfonso VI, que otorgó el lugar a una comunidad de canónigos de San Agustín. La última –y definitiva– edificación del monasterio se fechó en 1372 por mandado del arzobispo de Toledo, Gómez Manrique, que acabó entregando el complejo a la Orden de San Benito. Allí, los religiosos se dedicaron a diferentes actividades, entre las que predominaba la agricultura. “De hecho, gestionaron varios molinos harineros, de los que se todavía hoy se conserva uno”, indica Ángel Luis Tello, responsable de la oficina de turismo de Hita.

Además, al encontrarse en un lugar de paso, el complejo recibió ayudas y visitas de dignatarios regios y eclesiales. “El monasterio no fue pobre, pues al estar junto al camino que unía el reino de Toledo y el de Aragón, estuvo muy frecuentado tanto por reyes como por villanos. Además, la Virgen de Sopetrán atraía a los peregrinos de los lugares cercanos”, explicaba el experto José Luis García de Paz en su libro Patrimonio desaparecido de Guadalajara.

Sin embargo, la gloria no se prolongó eternamente. “Lo que fue esplendor, ceremonia, afluir constante de visitantes y peregrinos durante largos siglos, quedó finalmente roto en 1836, tras la Desamortización de Mendizábal. Por tener entonces menos de 12 monjes, el monasterio fue suprimido, mientras que el edifico y sus pertenencias se incluyeron entre los bienes del Estado”, comenta el cronista provincial. Tras la expropiación, se sacó a subasta por dos millones y medio de reales. Sin embargo, finalmente se adjudicó por 210.000 en 1847. El beneficiario fue Camilo García de Estúñiga, vecino de Guadalajara.

A pesar del nuevo dueño, el deterioro no se frenó. Todo lo contrario. Fue a más. Tuvo su momento álgido en la contienda de 1936. “Un incendio destruyó la mayor parte del monasterio de Sopetrán casi al final de la Guerra Civil, cuando parecía que iba a librarse de los daños”, señalaba José Luis García de Paz.

Una historia que se ha reflejado en sus construcciones, hoy arruinadas. A pesar de ello, todavía se pueden observar las trazas góticas y de otros estilos posteriores en las mismas. “El claustro del monasterio, completo al menos en sus columnas y arcos, es una auténtica joya del estilo renacentista, en su fase de manierismo desornamentado, herreriano y clasicista”, informa el cronista provincial. “Se hizo, costeado por los Duques del Infantado, a imagen del que Juan de Herrera construyó en la casa madre de San Benito de Valladolid”, añade.

Además, al norte de este patio central se pueden visitar “unos pocos restos de la iglesia del convento, de una sola nave, y de la que quedan los arranques de los cuatro gruesos pilares de planta cuadrada del crucero, con haces de tres columnillas y algunos restos de claves y nervios de la bóveda caídos por el suelo”, relataba José Luis García de Paz. Sin embargo, y a pesar de su mala situación patrimonial, el complejo mantiene un gran valor histórico, según Ángel Luis Tello, responsable de la oficina turística de Hita. “Se trata de uno de los monasterios de culto mariano más antiguos de la península”, concluye.

 

Bibliografía

GARCÍA DE PAZ, José Luis, Patrimonio desaparecido de Guadalajara, Guadalajara: AACHE ediciones, 2003.
HERRERA CASADO, Antonio, Monasterios medievales de Guadalajara, Guadalajara: AACHE ediciones, 1997.