El Ocejón se llenará de corredores

Pocos lugares de Guadalajara son tan conocidos. Todo el mundo sabe dónde está. Ha escuchado hablar de él. Y lo sabe ubicar. Incluso, los más avezados han subido hasta su cima. Desde la misma se puede divisar gran parte de la provincia. Hablamos del Ocejón, una de las montañas más altas de Guadalajara. Con sus 2.048 metros sobre el nivel del mar, se constituye como uno de los accidentes geográficos arriacenses más afamados.

De hecho, en sus alrededores no sólo se puede encontrar naturaleza –la cual es impresionante–. También hay propuestas patrimoniales, festivas, culturales y deportivas de primer nivel. No en vano, en sus proximidades se emplazan localidades como Campillo de Ramas, Majaelrayo o Valverde de los Arroyos, enmarcadas en la «Arquitectura Negra».
Precisamente, en uno de estos pueblos –Robleluengo– tendrá lugar la 19ª edición del medio maratón de montaña del Ocejón. La cita será el próximo sábado, 1 de junio, a partir de las 17.00 horas. “Los objetivos de la propuesta han sido y siguen siendo provocar una fiesta de la carrera y de la montaña”, confirma Fernando Barbero, uno de los impulsores de la idea.

La salida de los atletas tendrá lugar desde la Era de Robleluengo y, tras dar una vuelta por la localidad, saldrán hacia Majaelrayo por la carretera. Una vez en este municipio, se cruzarán su casco urbano y comenzarán la ascensión hacia el pico. Coronado el Ocejón, se procederá al descenso, volviendo a pasar por Majaelrayo y regresando –más tarde– al punto de salida.

En total, los 200 deportistas participantes –se ha establecido este límite máximo “por razones medioambientales y de seguridad”– habrán recorrido 21 kilómetros de trayecto y superado un desnivel de casi 1.000 kilómetros. Un trayecto en el que los atletas contarán con hasta cinco puntos de avituallamiento, con el fin de apoyar su esfuerzo.

Por tanto, este medio maratón de montaña es una propuesta deportiva de primer nivel. No hay duda de ello. Sin embargo, desde la organización también han preparado una serie de propuestas paralelas. “La ONG Wanawake impulsa el «Ocejón Chiqui», una actividad basada en la organización de talleres para los más pequeños, rematados con carreras adecuadas a sus edades”, confirma Fernando Barbero.

De igual forma, después de la prueba general se ha previsto un acto muy emotivo en la plaza de Robleluengo. “Consiste en el reparto de trofeos artesanales diseñados y manufacturados por Toñi Bitria”, explica Fernando Barbero. Durante el evento, “se nombra a todos y cada uno de los corredores por orden inverso de llegada a la meta y se le entrega el trofeo públicamente”, describe.

Además, y a lo largo de toda la jornada, el público también podrá recorrer un mercadillo artesanal y solidario, que se instalará en Robleluengo. Igualmente, se ha programado el tradicional concierto de cierre de la iniciativa. En este caso, los asistentes podrán disfrutar de dos bandas: Combotella y Los Cantamañanas del Rock.

El medio maratón de montaña del Ocejón se encuentra organizado por la Asociación de Vecinos de Robleluengo. Su patrocinio depende del Ayuntamiento de Campillo de Ranas, de Ahorramás y la Junta de Comunidades de Castilla la Mancha. Además, y entre los colaboradores, destacan la ONG Wanawake y Masajistas Quirosanz.

Todo ello, sin olvidar el gran esfuerzo ciudadano para que la iniciativa obtenga buenos resultados. “Capítulo aparte merecen todos y cada uno de los voluntarios que, haciendo un esfuerzo enorme y siempre con una sonrisa en el rostro, ocupan los diferentes puestos”, asegura Barbero. “Sin ellos no se podría hacer una prueba tan compleja”, corrobora.
Además, se trata de una propuesta en la que el cuidado del medio ambiente se tiene muy en cuenta. Hay una importante vigilancia para impedir posibles daños al entorno –el Ocejón se encuentra incluido en el Parque Natural de la Sierra Norte de Guadalajara–. Por ejemplo, “un grupo de ciclistas va recogiendo todas las señalizaciones del recorrido, de forma que cuando el último clasificado llega a la Era de Robleluengo, toda la montaña y el valle se encuentran más limpios que antes de la celebración de la carrera”, confirma Fernando Barbero.

Por tanto, nos hallamos ante una iniciativa en la que, simultáneamente, se puede disfrutar tanto del deporte como del medio ambiente. Todo ello, en un marco incomparable. De un lado, la Arquitectura Negra. Y, de otro, la Sierra del Robledal, cuya montaña más paradigmática es el emblemático Ocejón. Todo un lujo.