Pareja expone su historia de la brujería

El próximo sábado, 30 de abril, a partir de las 19.00 horas, Pareja se vestirá de gala. Ese es el momento exacto de la inauguración de la exposición permanente sobre los procesos de brujería vividos en la localidad. El lugar seleccionado para acoger la idea es la antigua torre del palacio episcopal parejano, justo el punto donde estuvo presa la primera acusada del pueblo por delitos de brujería. Fue el caso de Juana de Morillas, quien –al final– se precipitó desde la atalaya –o la obligaron a tirarse–. “Es el emplazamiento más adecuado para acoger la idea”, confirman sus impulsores. Así, se puede hacer memoria de dichos sucesos.

No en vano, “nos encontramos ante una propuesta museística en la que se explican todos los detalles de los sumarios sobre brujería que se abrieron en la localidad a inicios de la Edad Moderna”, explica el investigador Javier Fernández Ortea, curador de la iniciativa. “Hemos querido hacer un repaso de esta parte de la historia de la localidad. Se trata de una opción monográfica sobre dichos sucesos acaecidos en el municipio”.

En este sentido, a los textos explicativos redactados se unirán diversas ilustraciones en torno a los referidos acontecimientos. Las mismas se encuentran realizadas por el diseñador e investigador Miguel Zorita, cuyo trabajo –además– ha servido para acompañar las narraciones del libro «Alcarria bruja. Historia de la hechicería en Guadalajara y los procesos de la villa de Pareja». Una obra realizada por el propio Fernández Ortea, cabeza visible de la exposición.

Asimismo, en esta muestra también se han incluido diferentes objetos utilizados durante los procesos inquisitoriales. Entre ellos, un potro de tortura y dos sambenitos, que consistían en una suerte de “atuendo” de arpillera que se imponía a los sentenciados, con el fin de que la población los pudiera identificar.

En cambio, el potro de tortura se empleaba durante la instrucción, a lo largo de los “interrogatorios con tormento”. El mecanismo servía para apretar y se estirar los tobillos y muñecas de la acusada. De hecho, se iba aumentando la intensidad de estas acciones de manera progresiva, con el fin de conseguir una confesión. A veces se llegaba a tal fuerza que la víctima “tenía la sensación estar desmembrándose”.

Por ello, y con el fin de mitigar el dolor, la persona enjuiciada reconocía los cargos, aunque no hubieran sucedido en realidad… No hay que olvidar que, en aquella época, “no se podía condenar a nadie sin una confesión”. En consecuencia, “era muy importante” obtener el referido testimonio. Y para conseguirlo, no se dudaba en echar mano de lo que fuera. También de la tortura y de otros métodos similares.

Colaboración municipal
La apertura de esta exposición ha sido posible gracias al apoyo del Ayuntamiento de Pareja. “Su ayuda ha sido fundamental”, subraya Javier Fernández Ortea. “Han facilitado el espacio donde se ha domiciliado la muestra [la torre del palacio episcopal es de propiedad municipal] y también han colaborado en la financiación del proyecto”. Además, “han hecho un esfuerzo para rehabilitar el lugar, adaptarlo para el nuevo uso y, a la postre, dar contenido al mismo”.Un trabajo de divulgación que tampoco se entendería sin la existencia del libro «Alcarria bruja. Historia de la hechicería en Guadalajara y los procesos de la villa de Pareja», escrito por Javier Fernández Ortea. El compendio hace un repaso a todos los procesos brujeriles documentados en la provincia, haciendo especial hincapié a los desarrollados en el municipio parejano. De hecho, la segunda parte de la investigación se centra –exclusivamente– en lo acaecido en la localidad ribereña. ¡No te lo pierdas!