El Puente Árabe se queda sin fondos este año para su rehabilitación

Desde el Gobierno Regional aseguran que esta obra “no es ahora prioritaria y carece de presupuesto específico para 2018”

El proyecto de la Junta para invertir medio millón de euros en la recuperación de este símbolo del patrimonio arriacense en 2017 se paralizó, después de fallecer la consejera de Fomento, Elena De la Cruz

Considerado como Monumento Artístico Nacional desde 1931, el puente de estilo nazarí se encuentra en un degradado estado de conservación y necesita de una restauración integral

El Puente Árabe de Guadalajara sobre el río Henares, rodeado de maleza. //Foto: Henaresaldia.com

El Puente Árabe de Guadalajara es una de las escasas muestras del arte califal que en la actualidad perviven en España. Una joya arquitectónica del medievo (S. X), que, en otro tiempo vivió su etapa de apogeo como principal entrada a Wad-al-Hayara en el tránsito de la calzada romana de Emérita Augusta sobre el río Henares. Hoy, en cambio, yace en el olvido en un estado de degradación avanzado sin que ninguna administración haya apostado firmemente por su recuperación como icono del patrimonio arriacense. Considerado como Monumento Artístico Nacional desde 1931, la última restauración de envergadura data de la primera mitad del s. XX. Desde entonces no ha recibido un céntimo de inversión pública.

El Gobierno regional, titular de esta infraestructura civil, es quien ostenta la competencia para llevar a cabo la rehabilitación, según el convenio de la antigua Nacional II relativo al eje comprendido entre las vías de Ingeniero Mariño y Francisco Aritio de la capital. Este medio ha contactado con la Junta con el objetivo de conocer cuáles son sus planes para recuperar el Puente Árabe en esta legislatura. Sin embargo, desde el Gobierno regional se limitan a asegurar que, aunque no descartan acometer esta obra en el futuro, la rehabilitación del Puente Árabe “no es ahora prioritaria”, al tiempo que añaden que esta infraestructura “carece de presupuesto específico para 2018”. Eso significa que si no existe una partida prevista en las cuentas regionales, la intervención sobre este Bien de Interés Cultural queda descartada, al menos este año.

El último intento del ejecutivo castellano manchego de recuperar al Puente Árabe del ostracismo, en 2016, se frustró finalmente. En diciembre de ese año, la entonces Consejera de Fomento, Elena De la Cruz, anunció una inversión de medio millón de euros , destinada a la fin rehabilitación de este Bien de Interés Cultural. Las obras, que previsiblemente, se iniciarían durante el verano de 2017, incluían una recuperación estética y estructural del monumento.

Entre las intervenciones previstas se encontraban la excavación lateral de los tres arcos situados aguas arriba y semienterrados en la actualidad; la limpieza con chorro de arena y reconstrucción de la superficie de las costillas; la limpieza de los paramentos, la pavimentación de la calzada para el tráfico rodado o la reposición de la iluminación con otras canalizaciones ocultas bajo la acera y nuevas farolas.

Detalle de uno de los arcos que refleja el mal estado de conservación del monumento. //Foto: Henaresaldia.com

También se preveía desmontar las aceras y la reparación de la barandilla de forja que está sujeta a las costillas mediante bulones. A todas luces, unos trabajos que suponían un paso adelante para garantizar la supervivencia del Puente Árabe, casi un siglo después. Una vez que hubieran concluido los trabajos, la intención del Gobierno regional era ceder la competencia del monumento al Ayuntamiento de Guadalajara para que esta administración asumiera su mantenimiento, en un punto que actúa como nudo de comunicaciones de entrada a la ciudad alcarreña y salida de la ciudad hacia la Campiña.

No obstante, después del repentino fallecimiento de la política alcarreña, el proyecto se guardó en los cajones de Fomento. No se supo nada más hasta que, a finales de 2017, se conoció que el Gobierno de García-Page no rehabilitaría el Puente Árabe en 2018.

Las reacciones a esta decisión no se hicieron esperar en Guadalajara. José Manuel Latre, presidente de la Diputación, acusó una vez más a la Junta de “dar la espalda a Guadalajara y demostrar que esta provincia le importa muy poco”. Por su parte, la senadora popular, Marta Valdenebro, reclamaba al Presidente regional la recuperación del Puente Árabe en un vídeo grabado in situ en las inmediaciones del monumento en el que afirmó que “una vez más Page vuelve a mentir, engañar y reírse de Guadalajara. Su desprecio hacia esta provincia no tiene límites”, expresó.

Con posterioridad, los populares presentaron una enmienda a los presupuestos regionales de 2018 sobre esta materia, con el fin de solicitar la rehabilitación integral del Puente Árabe, que finalmente fue rechazada.

El grupo de Facebook Asociación de Amigos del Ayuntamiento de Guadalajara se ha distinguido por reivindicar desde hace varios años al Gobierno de García-Page que cumpla con su compromiso de recuperar el vestigio árabe. Según afirma Eduardo Díaz, coordinador de esta cuenta social formada por más de tres mil seguidores, a este digital “es una falta de respeto al honor de Elena de la Cruz. Era su sueño, se ha tirado por tierra y no vamos a parar hasta que el Puente Árabe esté arreglado”, puntualiza.

Esta asociación de “carácter apolítico” se propone como objetivo “luchar por la defensa del patrimonio de Guadalajara para que se acabe con la expresión de Monumento al andamio con la que mucha gente se refiere a la gestión del patrimonio en la capital; en especial al andamio que cubre un edificio particular de viviendas de la Plaza Mayor desde hace más de una década sin que se atisbe una rehabilitación a corto plazo, a pesar de las numerosas propuestas de empresarios que han llamado a su puerta en los últimos años.

Con el fin de lograr que la Junta reactive la restauración del monumento nazarí, la protesta de este grupo se ha basado en una recogida de firmas de apoyo, la redacción de un dossier histórico, una recopilación de fotos de la situación actual del Puente Árabe y el último proyecto técnico que se redactó en 2017 que enviaron hace un mes al Presidente García-Page. “Estamos a la espera de que Page nos conteste, porque se han olvidado totalmente de la rehabilitación del puente y sino responde le insistiremos cuando nos visite durante las Ferias”, concluye Díaz.

La esencia de Guadalajara

Para el historiador arriacense Pedro J. Pradillo, “el Puente Árabe es lo que da entidad como ciudad a Guadalajara”. Y es que desde que Abderramán III ordenó su construcción a mediados del siglo X, este símbolo de la arquitectura andalusí ha funcionado como vía de transporte de mercancías y personas en un lugar estratégico, en pleno itinerario de la calzada romana Emérita Augusta (en la actualidad autovía A2) y en el entorno de la línea ferroviaria que une Madrid con Soria sobre el río Henares. “Es esa necesidad de comunicación que cubrió esta infraestructura la que hizo que surgiera alrededor la ciudad de Guadalajara, cuyo nombre, que significa ‘río de piedras’ está íntimamente ligado al puente y al río en su esencia”, explica Pradillo.

El Puente Árabe ha sido catalogado tradicionalmente por los historiadores como una obra de la ingeniería civil romana. Sin embargo, esta interpretación dio un giro cuando el arquitecto Leopoldo Torres Valvás publicó en los años 40 en la revista Al Andalus un artículo en el que asoció por vez primera el viaducto a la época califal, en base a la singularidad de algunos de sus elementos como la disposición de sus pilastrones o la tipología de su fábrica con arcos de herradura. En cualquier caso, las formas arquitectónicas eran herencia directa de las obras públicas de la Hispania romana.

La historia del Puente Árabe se ha escrito a lo largo de los siglos a merced de las constantes crecidas y riadas del río Henares. El clima ha transformado la estética del puente con sucesivas remodelaciones. Así lo atestiguó el estudio que condujo el investigador especializado en Historia del Arte andalusí, Basilio Pavón, en los años 80, sobre la planimetría original del puente –planta y alzado- en el que reflejó las sucesivas obras de reforma que se acometieron en esta infraestructura con posterioridad.

Uno de los mayores desbordamientos tuvo lugar a mediados del siglo XVIII durante el reinado de Carlos III. “Fue una riada importante que partió el puente en dos al romperse el pilastrón central y produjo la desaparición de la puerta monumental que sirvió de acceso a la ciudad, para vigilar la Campiña y controlar la incursión de invasores”, comenta Pradillo a Henaresaldía.com. En esta reconstrucción de 1757 se eliminó la torre en ruinas y se reconstruyeron el pilar sobre el que se asentaba y los arcos adyacentes.

La última intervención de envergadura sobre el puente se desarrolló en época de la dictadura de Primo de Rivera, en 1922, hace casi un siglo. En aplicación del Plan de Carreteras y de Firmes Especiales vigente se sustituyó el pretil de piedra por estructuras de hormigón y se ensancharon las aceras para permitir la circulación de peatones en ambos sentidos.

Desde aquel momento, el monumento se ha deteriorado progresivamente sin que ninguna institución haya hecho ninguna consolidación sobre el viaducto. “Aquí se da un conflicto de competencias entre diferentes administraciones que ha derivado en un abandono constante en la conservación del puente. El estado es lamentable, pero en Guadalajara no existe un movimiento social que reivindique el cuidado del patrimonio y sí una voluntad de desprecio absoluto hacia él”, remacha Pradillo.

Para el historiador, la situación del Puente árabe exige de una intervención integral mediante un estudio arqueológico y un proyecto con el que se solucionen todas sus patologías. Entre los elementos en los que urge actuar destacan la consolidación de la rodadura, las aceras y el zampeado o enlosado de piedras con vigas de madera que impide que la corriente del agua mine la cimentación del puente.

A la espera de que la administración regional restaure este símbolo del arte árabe, el Ayuntamiento de Guadalajara anunció recientemente que va a ejecutar este año un “proyecto medioambiental” con el objetivo de recuperar el margen derecho de la ribera del río Henares. Los trabajos se desarrollarán sobre una superficie de 64.000 km2 y supondrán una inversión de 1,5 millones de euros.