Urdiales se lleva el festival taurino de Guadalajara

Tarde primaveral para abrir la temporada en el Coso de Las Cruces con un festival en la Feria de la Primavera. Se dieron cita en el coso alcarreño un gran número de aficionados para ver a algunas de las principales figuras del toreo y rejoneo actuales.

En el cartel el tándem Hermoso de Mendoza, padre e hijo dejaron sus improntas a caballo. Pablo Hermoso partió plaza con un novillo San Pelayo que salió con pies, pero se fue apagando, e hizo una labor sobria y gala de su maestría, toreando a dos pistas a lomos de sus caballos, saludó una ovación.

Por su parte, Guillermo Hermoso salió espoleado por su padre y paró a su novillo que también de la ganadería de San Pelayo; con gran maestría en los medios clavando en rejón de castigo en el hoyo de las agujas. Con las banderillas llegó mucho a los tendidos, con quiebros precisos y muy ajustados, clavando a dos manos y dando a entender que ya es una gran figura del rejoneo. El fallo con el rejón de muerte le privó de cortar algún trofeo y dejó todo en una fuerte ovación.

En el apartado del toreo, a pie abría cartel el riojano Diego Urdiales que dio cuenta de un gran novillo de Zacarías Moreno, al que saludó a la verónica sacándoselo a los medios y luego lo acarició con suaves chicuelinas. Comenzó la faena por alto y cuajó varias series por ambos pitones, llegó pronto a los tendidos y entendió a las mil maravillas las nobles y suaves embestidas del novillo; dejó una gran estocada de efecto fulminante que le valieron las dos orejas.

Continuó el murciano Paco Ureña, el torero de Lorca, que se enfrentó a un novillo de la Ventana del Puerto, bravo pero justo de fuerza, le hizo una faena templada y con mucho poder, en la que destacaron las series por el pitón izquierdo, mató de pinchazo y estocada y cortó una oreja.

“No hay quinto malo” se dice, y el joven toledano Ángel Téllez, le tocó en suerte un novillo bravucón del hierro de José Manuel Sánchez, al que administró una poderosa faena por ambos pitones demostrando por que el año pasado triunfó en Madrid. Sacó a relucir ese toreo al natural que encandiló a la afición, el novillo de manera brava se tragó la muerte y dejó todo en una ovación.

En sexto lugar actuó la local Carla Otero, que contaba con el cariño de torear en casa y con su gente, se las tuvo con un novillo brusco y difícil de José Vázquez, al que con valor y sabiduría supo meter en el canasto y realizar una gran faena de poder y verdad; se atascó con los aceros recibiendo dos fuertes volteretas y dio una merecida vuelta al ruedo.