Almiruete, capital del carnaval de Guadalajara

Esta población serrana, pedanía de Tamajón, acoge este sábado la XXXIII edición de las botargas y mascaritas, una de las tradiciones ancestrales de la provincia

Fue recuperada en 1985 por un grupo de entusiastas del folklore de Almiruete, que ahora dispone de un museo dedicado a esta fiesta

Las máscaras, auténticas joyas de la artesanía local y policromadas, se elaboran con raíces y madera sobre una base que suele ser de cartón

Grupo de botargas y mascaritas de Almiruete durante la celebración del sábado de carnaval. //Foto: Ayuntamiento de Tamajón.

A los pies del Ocejón, en un enclave montañoso y escarpado, rodeado de una vegetación frondosa. Así recibe Almiruete al viajero en un febrero helador. Almiruete, pedanía del municipio de Tamajón, no es sólo un pueblo pintoresco de la Sierra Norte de Guadalajara. Es, sobre todo, la capital del carnaval de nuestra provincia gracias a la fiesta de las botargas y mascaritas, que este sábado regresa a las empinadas callejas de esta población.

Declarada de Interés Turístico Provincial, la fiesta fue recuperada en 1985 por un grupo de entusiastas del pueblo. Desde entonces, se ha consolidado como una cita imprescindible del calendario festivo de Guadalajara y, especialmente, de la Serranía, una comarca repleta de costumbres ancestrales.

Las botargas y mascaritas constituyen una celebración singular por muchos motivos. En primer lugar, por el entorno, en plena Sierra del Ocejón. En segundo lugar, por la espectacularidad de las vestimentas y máscaras empleadas, un hecho que sólo encuentra paralelismo en el resto de botargas de la Campiña y la Sierra, aunque en Almiruete sobresale por el número de personas que intervienen en la fiesta, más de una veintena. Y, en tercer lugar, por las raíces históricas –hace más de diez siglos- en las que se ancla esta celebración.

Todo ello ha convertido Almiruete en un rincón imprescindible para aquellos que quieran conocer de primera mano el lado más carnavalesco de la provincia. La cita regresa este sábado, 10 de febrero, coincidiendo con el Sábado de Carnaval. Los almiruetenses cumplen el rito de manera invariable. Al toque del cuerno de toro, las botargas aparecerán en el casco urbano por un lugar secreto y darán cinco vueltas por las calles del pueblo, dos en solitario, y tres más junto a las mascaritas, haciendo sonar sus grandes cencerros de forma acompasada.

Desde las tres de la tarde, las botargas se reunirán en un lugar enigmático junto a alguno de los cerros que rodean el pueblo, que sólo conocen ellos y quienes les ayudan a vestirse. A nadie más le está permitido acercarse. Suele ser un lugar alejado del caserío. Por ejemplo, alguna antigua taina para el ganado o algún refugio de pastor.

Botargas de Almiruete, en 1985, año en que el pueblo recuperó la tradición. //Foto: Ayuntamiento de Tamajón.

Sobre las cuatro de la tarde sonará el cuerno de toro para anunciar la inminente llegada de los botargas a las callejuelas de Almiruete. Es entonces cuando, procedentes de la montaña, surgirán por un lugar indeterminado para enhebrar el paso por la calle Atienza. Antes de entrar en el caserío se cubrirán la cara con la máscara o careta.

El encargado de hacer sonar el cuerno desde algún altozano del pueblo, un año más, será Miguel Mata, uno de los botargas veteranos que rescataron la tradición en 1985, después de dos décadas en los que la fiesta dejó de celebrarse por la falta de población en Almiruete. Según recuerda a Henaresaldia.com, “fue ilusionante participar como mozo cuando tenía 16 años, porque se trataba de cumplir una meta e imitar a las botargas mayores, nuestros ídolos de pequeños. De adulto, sentí una emoción indescriptible al haber ayudado a recuperar algo importante, que une al pueblo y; esa ilusión se la he transmitido a mis dos hijos que son botargas”.

Durante la posguerra, el franquismo prohibió la festividad carnavalesca en Almiruete y otros muchos municipios de Guadalajara por su origen pagano. Después el ritual se recuperó y el grupo se componía mayoritariamente de botargas, además de un reducido elenco de mascaritas, que no debían atender las labores del campo.

Entonces, como en la actualidad, la puesta en escena de estos personajes de la mascarada de Almiruete se ha mantenido y se caracteriza “por una marcha rítmica de los botargas y mascaritas que descienden por las cuestas del pueblo al son del cencerro”. Y al contrario de lo que sucede con otros espectáculos de carnaval, “no buscamos caricaturizar a políticos ni a personalidades eclesiásticas; nuestra fiesta es un homenaje a la forma de vida humilde y pastoril de nuestros antepasados”, señala Mata.

Los botargas recorren las calles de Almiruete, por un recorrido establecido al que darán dos vueltas. En la tercera, recogerán a las mascaritas, versión femenina de los botargas, con un atuendo completamente diferente, para una vez juntos y emparejados, dar dos vueltas más al pueblo. En la última los botargas recogen las pelusas – símbolo de la fertilidad- y las mascaritas el confeti para soltar al viento y esparcir, como buena nueva y augurio de la ya incipiente primavera, entre los asistentes al acto. Ya en la Plaza de Almiruete, botargas y mascaritas se descubren la cara y, tras ofrecer un trago de vino en bota a la concurrencia, comienzan las carreras tras aquel que ose robársela hasta darle alcance.

El baile que se organiza a continuación estará amenizado por los Dulzaineros de Sigüenza. El

Indumentaria típica de la botarga de Almiruete. //Foto: Raquel Gamo

pueblo de Almiruete invitará a una barbacoa a todo aquel que se acerque, a partir de las siete de la tarde. Finalmente, tendrá lugar la recogida del somarro por parte de los botargas por todas las casas del pueblo. Y por la noche, todos juntos, botargas y mascaritas cenarán en un lugar también secreto. La razón por la que se desconoce hasta el final la casa en la que se celebra la cena es evitar que los hombres casados roben las viandas a las botargas. Un juego aceptado por el pueblo, que se integra dentro de esta costumbre.

Una tradición singular

La previsión este sábado en Almiruete es que haga frío, pero no nieve. No obstante, los habitantes de este pueblo ya se encargaron el fin de semana de ir calentando la fiesta. El pasado fin de semana, según informa el Ayuntamiento de Tamajón en nota de prensa, los almiruetenses se juntaban en torno a la plaza del pueblo, para, en el local social, embutir los chorizos y adobar la carne con la que van a invitar a propios y extraños el sábado. También aprovisionaron el bar social, que abrirá ese mismo día. Además, juntos, elaboraron las flores que adornarán las flores de los trajes blancos de las mascaritas.

Según se explica en la web Turismo de Guadalajara, de la Diputación Provincial, “una de las interpretaciones que le dan los almiruetenses a su fiesta de Carnaval es que se trata de un aviso sobre la necesidad de despertar del letargo invernal porque llega la primavera. La naturaleza se reinventa y comienzan a prosperar los sembrados, de los que dependen las futuras cosechas. Es necesario retomar las tareas, sobre todo, las agrícolas”.

Por otro lado, la tradición asegura que la fealdad de las máscaras y el ruido de los cencerros ahuyentan los malos espíritus, que podían afectar negativamente el desarrollo de la vida cotidiana de personas y animales. Y hay quien ve en ello un homenaje al oficio y vida de los pastores. Para los que han nacido y vivido en el pueblo una vida pobre, “el carnaval está cargado de sentimiento”, porque representa la forma de vida de quienes les precedieron, que sus herederos tienen la obligación de preservar con cariño, respeto y admiración hacia ellos”.

Las mujeres siempre han participado en el desfile de carnaval de Almiruete. //Foto: Ayuntamiento de Tamajón.

Los almiruetenses llevan ya largo tiempo preparándose para recibir el gran día. Las bases de esta tradición se pueden contemplar en el Museo de la Botarga, ubicado en Almiruete. Uno de los aspectos más destacados de esta fiesta son las originales máscaras de las botargas, hechas a mano con los más variopintos materiales, pero generalmente sobre una base de cartón.

La indumentaria y el calzado también son singulares. Según cuenta el etnólogo José Ramón López de los Mozos en su libro Fiestas tradicionales de Guadalajara (Diputación, Aache Ediciones), las botargas “van vestidas de blanco, cruzando el pecho una faja negra, como las polainas, cubierta la cabeza con una especie de tiara adornada con florecillas de tela de distintos colores y tapando la cara con una máscara”. Además, lucen abarcas en los pies y una sarta de cencerros ensartados previamente en su cuerda, de cáñamo de 12 milímetros, a la cintura, sin olvidar la faja y el gorro blanco ni, por supuesto, el garrote.

Respetar el recorrido

Este año, según ha anunciado la organización, ante la masiva respuesta de público que acude a presenciar el Carnaval, se “incrementará el número de voluntarios para garantizar el flujo de personas y vehículos en Almiruete y en las inmediaciones, habilitando rutas alternativas para evitar aglomeraciones en el centro del pueblo, donde va a estar prohibido estacionar durante todo el día”.

Además, los voluntarios “informarán al público sobre las tradiciones y sobre la necesidad de respetar el recorrido y el libre paso de los botargas y mascaritas por las calles de Almiruete, con el fin de mantener intacta la tradición”. Este extremo es clave para garantizar el desarrollo de la fiesta de acuerdo a los parámetros tradicionales y al respeto que merecen quienes la protagonizan.

El alcalde de Tamajón, Eugenio Esteban, asegura que “por mucho que acudamos cada año, no deja de impresionarnos esta celebración, estallido de color y de vida, que los almiruetenses han sabido rescatar, conservar y transmitir”. En declaraciones remitidas desde un comunicado del Ayuntamiento de Tamajón, Esteban precisa que, “para los agalloneros el carnaval de Almiruete es un orgullo, al tiempo que una visita obligada por su estética sobresaliente, por su significado y por el ejemplo que da de amor por las tradiciones y por la tierra”.

PROGRAMA BOTARGAS Y MASCARITAS DE ALMIRUETE – 2018

Sábado, 10 de febrero de 2018

16:00 horas. Salida de Botargas y Mascaritas por las calles del pueblo.

17:00 horas. Aparición de la Vaquilla, Oso y Domador.

17:30 horas. Carreras tras el botillo y bailes populares.

20:00 horas. Somarro.