Azuqueca mantiene las ayudas municipales para pagar los recibos de luz y gas a las familias sin recursos

En el marco del Programa Extraordinario por la Cohesión Social, previo informe del departamento de Servicios Sociales

Con el objetivo de evitar el corte de suministro de luz o gas a las familias sin recursos económicos, el Ayuntamiento de Azuqueca de Henares ha renovado las ayudas del Plan contra la Pobreza Energética que contempla el Programa Extraordinario por la Cohesión Social. “Se trata de una medida con la que se pretende que ningún vecino ni vecina de Azuqueca, en especial los colectivos más vulnerables, como la población infantil y las personas mayores, pasen frío o deban recurrir a sistemas menos seguros como, por ejemplo, el uso de braseros o de velas”, explica la concejala del área, Elisa Cansado, quien recuerda que “el Ayuntamiento asume el abono de los recibos, previo informe del departamento municipal de Servicios Sociales”.
“Desafortunadamente, en los meses de más frío, se vienen registrando fuertes subidas en las tarifas del suministro eléctrico”, lamenta la edil de Cohesión Social. “Desde el Ayuntamiento, no vamos a permitir que en Azuqueca haya personas que no puedan cocinar comida caliente, se alumbren con una vela o pasen frío en su propia casa”, añade.
L

a medida cuenta esta legislatura con el apoyo de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, que, a través del Plan Regional contra la Pobreza Energética, concede ayudas de 150 euros a las familias con menos recursos durante los meses de invierno. Existen otras líneas de ayudas en colaboración con las ONG’s, que también se tramitan a través de la trabajadora social de cada usuario.

Rehabilitación energética
Además de estas ayudas directas, el Ayuntamiento de Azuqueca impulsa otras acciones complementarias como el Programa de Rehabilitación Energética y Mejora de la Accesibilidad en Viviendas. La empresa Saint Gobain Isover y CaixaBank colaboran con el Ayuntamiento en este programa, con el que se pretende dar facilidades para la reforma de los inmuebles más antiguos de la ciudad y, de este modo, mejorar la calidad de vida de los vecinos y vecinas que habitan estos edificios, reducir el gasto energético hasta en un 70 por ciento y aumentar el valor de los inmuebles en el mercado inmobiliario.