Brihuega: tierra de historia, música y lavanda

Jardines de la Fábrica de Paños. Foto: Turismo Ayuntamiento de Brihuega
Jardines de la Fábrica de Paños. Foto: Turismo Ayuntamiento de Brihuega

Durante mucho tiempo, cuando surgía el nombre de Brihuega, se mencionaban –exclusivamente– dos cosas. Por un lado, su encierro por el campo del 16 de agosto, uno de los más antiguos de España. La primera constancia escrita de su celebración data de 1584. Y, por otro, sus festividades religiosas. Más concretamente, los fastos en honor a su patrona, la Virgen de la Peña, que se encuentran entre los más reconocidos de la provincia…

Sin embargo, de un tiempo a esta parte las referencias briocenses se han diversificado. Desde este municipio se está apostando por otras realidades, que enriquecen su oferta cultural y turística. No hay que olvidar que esta localidad se define por una luenga historia, un rico patrimonio y por un entorno natural inigualable.

En este sentido, uno de los elementos que se está promocionando tiene que ver con el medio ambiente. ¿Quién no ha visto fotos en las redes sociales en las que aparecen inmensos campos morados, debido a la floración de la lavanda? ¡Bingo! Muchas de esas imágenes proceden de Brihuega. Se trata de un cultivo herbáceo, famoso por sus impresionantes brotes de color y que se utiliza para la realización de diferentes perfumes y productos cosméticos.

Santa María. Foto: Turismo Ayuntamiento de Brihuega
Santa María. Foto: Turismo Ayuntamiento de Brihuega

“En estos tres últimos años hemos puesto en valor dicha realidad, haciendo una extensa programación con esta plantación como leitmotiv”, añade el alcalde de la localidad, Luis Viejo. Durante todo el mes de julio se han impulsado diferentes actividades, entre las que se encuentran concursos de acuarela y de engalanamiento de balcones, una máster class de cocteles o una carrera por los praderas púrpuras, entre otras muchas ideas.

Una de las iniciativas más destacadas han sido los conciertos. “Estas propuestas son las que han dado entidad al festival de la lavanda”, asegura Beatriz Rincón, guía local de Brihuega e historiadora. De hecho, al de este año acudieron Café Quijano y Pitingo. No obstante, también hubo otros eventos, como la presentación de un libro sobre la memoria de dichas plantaciones, un café científico centrado en los polinizadores –y que se realizó en colaboración con la Universidad de Alcalá–, o diversas actuaciones de la banda de música.

– Por tanto, este cultivo está muy presente en Brihuega. Pero, ¿cómo surgió la mencionada actividad agraria?

– El espliego siempre ha crecido de manera silvestre en nuestros campos. Así, uno de los vecinos de Brihuega, perteneciente a la familia Corral, decidió marcharse a Francia, donde existían plantaciones de lavandín, para traer las técnicas hasta el pueblo –indica Beatriz Rincón.

Esto ocurrió durante el siglo XX, momento en el que se comenzó a sembrar esta herbácea. Y, desde entonces, la mencionada labor ha ido en “constante crecimiento”. “Otras familias de pequeños agricultores también se han ido dedicando a la labranza de esta planta”, añade la historiadora. En total, hay unas 800 hectáreas de este cultivo en la provincia.
Una multiplicidad de opciones.

Iglesia de San Miguel. Foto: Turismo Ayuntamiento de Brihuega
Iglesia de San Miguel. Foto: Turismo Ayuntamiento de Brihuega

Sin embargo, el encanto briocense no finaliza con la lavanda. Todo lo contrario. Cuenta con una gran cantidad de posibilidades. Entre ellas, las monumentales. “Su patrimonio permite hacer un recorrido por la historia de España”, asegura Rincón. Se pueden distinguir ejemplos de románico, gótico, escudos nobiliarios, iglesias… “Es una riqueza por descubrir”, confirma.

En este sentido, no hay que olvidar el importante devenir histórico de la localidad, caracterizado por sus remotos orígenes. De hecho, “el nombre Brihuega deriva del vocablo íbero «briga», que significa lugar fuerte o amurallado, apareciendo en diferentes documentos medievales con el nombre de «Castrum Briga»”, relatan desde el Consistorio. “Fue en la Edad Media cuando el municipio se dibujó como un núcleo importante de población”, añaden.

Uno de los complejos monumentales más relevantes de la villa es su fortaleza, asomada al valle del Tajuña y que recibe el nombre de «Peña Bermeja». “Fue el foco donde se originó el actual pueblo”, asegura Beatriz Rincón.

“Posiblemente, en este emplazamiento hubo un poblado de la Edad del Hierro, que fue evolucionando hasta convertirse en una torre vigía rodeada de un recinto amurallado y, posteriormente, en una alcazaba con una función plenamente militar”, añade. “Acabó siendo un palacio residencial”, asegura. Tras la Guerra de la Independencia, el complejo quedó abandonado. Y una de las corporaciones municipales del siglo XIX aprovechó para instalar allí el camposanto de la localidad…

En cualquier caso, la transcendencia de este monumento ha permitido que se hayan realizado en él diversas intervenciones de rehabilitación, entre las que se encuentra la relativa a su sala noble. “Esto nos ha facilitado acceder a la capilla gótica del castillo”, asegura el alcalde, Luis Viejo. “También se ha aprovechado para hacer una terraza en la planta superior de la referida capilla, con unas magníficas vistas de la localidad y del valle del Tajuña”, confirma.

Fuente de los Doce Caños. Foto: Turismo Ayuntamiento de Brihuega
Fuente de los Doce Caños. Foto: Turismo Ayuntamiento de Brihuega

En otro orden de cosas, se debe mencionar la relevancia de la Real Fábrica de Paños, construida durante el siglo XVIII, en el marco de la política de industrial impulsada por la monarquía. De ella, se conserva el edificio principal y los jardines, de estilo romántico. Éstos últimos fueron reabiertos en 2016, comenzando su restauración. “Habían estado cuatro años cerrados y abandonados”, denuncia el primer edil.

Una rehabilitación que –también– beneficiaría al inmueble de la antigua factoría. “Estamos recuperando sus cubiertas con un presupuesto de más de 900.000 euros, de los cuales 200.000 proceden de una subvención de FADETA”, aseguran desde el Ayuntamiento. “La obra del tejado se está acabando y, en breve, vamos a adjudicar las actuaciones en el interior con otra ayuda que nos ha concedido el Ministerio de Fomento, a cargo del 1% cultural”, añaden. Se restaurará la planta soterrada del complejo y su patio central. “Esto supondrá que el edificio pueda ser visitable”, ratifican desde el Consistorio.

Muralla. Foto: Turismo Ayuntamiento de Brihuega
Muralla. Foto: Turismo Ayuntamiento de Brihuega

El museo de historia
La relevancia del patrimonio briocense es innegable. Ha sido fruto de un largo pasado que se ha condensado en multitud de monumentos, que se caracterizan por su variedad e importancia. Una transcendencia que se ha querido reflejar en el museo de la localidad. De hecho, los objetivos de este complejo pasan por la puesta en valor del edificio en el que se emplaza –el claustro de San José– y por “recuperar y aglutinar en un mismo lugar una serie de restos arqueológicos que se encontraban dispersos”. Todo ello sin olvidar la vertiente social de la iniciativa. “También se ha pretendido que los briocenses tuvieran un emplazamiento concreto donde estudiar y conocer su propia historia”, explica Luis Viejo.

De esta forma, se han diseñado una serie de salas en las que se observan diferentes materiales relativos al municipio. Y, además, se ha querido profundizar en determinados acontecimientos o personajes vinculados a Brihuega. Entre ellos, la Guerra de Sucesión, la Batalla de Guadalajara o la actividad musical, de la mano de los compositores Sebastián Durón y Jesús Villa Rojo, procedentes de la localidad.

Otro de los espacios del complejo se encuentra dedicado al corresponsal Manu Leguineche, que vivió en el municipio. “Además de conservar la casa en la que habitó, también tenemos información de su historia y algunos de sus escritos”, asegura Beatriz Rincón. “La familia nos donó objetos personales de este gran periodista”, complementa Luis Viejo.

– Por tanto, y tras observar el esfuerzo que se está realizando, entiendo que una de las apuestas de futuro para la localidad se centra en la actividad turística y cultural…

– Efectivamente. El desarrollo socio-económico pasa por el impulso histórico y sostenible de la zona, que ponga en valor no sólo el rico patrimonio cultural y monumental, sino también todos los bienes intangibles relacionados con las costumbres y tradiciones –asegura Luis Viejo.

Paisaje. Foto: Turismo Ayuntamiento de Brihuega
Paisaje. Foto: Turismo Ayuntamiento de Brihuega

Una situación que ha permitido que, en los últimos años, hayan llegado más visitantes al municipio. Se ha pasado de los 15.364 de 2015 a los 23.941 de 2017. “Además, el perfil del viajero está cambiando”, asegura Luis Viejo. “Están viniendo más asiáticos, franceses, alemanes, ingleses…. Se ha producido una internacionalización”, asegura el alcalde.

En consecuencia, y como se ha podido observar, Brihuega tiene mucho que ofrecer. Su oferta no se circunscribe únicamente al encierro del 16 de agosto y a las fiestas patronales. Va mucho más allá. Para comprobarlo, sólo hay que recorrer sus calles, disfrutar de sus monumentos, cautivarse con sus campos de lavanda o deleitarse con su variada gastronomía. Todo un lujo. No

es extraño, por tanto, que poco a poco el número de turistas que se acercan a la localidad se vaya incrementando. De esta manera se ha conseguido corregir una de las aseveraciones más conocidas de Camilo José Cela. Más concretamente, aquella que decía:

«La Alcarria es un hermoso país al que a la gente no leda la gana de ir»

Banda de Música de Brihuega. Cortesía de la Asociación Gentes de Brihuega
Banda de Música de Brihuega. Cortesía de la Asociación Gentes de Brihuega

La importancia de la música

Brihuega es muy relevante por su patrimonio e historia. No hay duda de ello. Sin embargo, esta villa alcarreña también es conocida por su gran tradición musical. Por ejemplo, de este municipio proceden célebres compositores, como Sebastián Durón –que llegó a ser organista de la Real Capilla del rey Carlos II– o Jesús Villa Rojo, que ha recibido importantes reconocimientos nacionales e internacionales. Todo un lujo.

Sin embargo, el peso de este arte en Brihuega no queda aquí. Se deben mencionar las diferentes sociedades musicales que existen en la localidad. Entre las más importantes, su banda de música, fundada en 1893, aunque sus orígenes pueden ser –incluso– más antiguos.

“Es posible atestiguar la existencia de una pequeña agrupación al menos en 1868. En ese año, de acuerdo con el libro «La Virgen de la Peña y sus tres fechas», una entidad de estas características participó en unas rogativas que se desarrollaron durante el mes de abril en la villa”, aseguran desde el Ayuntamiento.

En cualquier caso, el primer director oficial de la Banda fue Pedro Marlasca Riaza. Tras su mandato, se han puesto al frente de la entidad otras muchas personalidades, como Jesús Cabezudo, José Luis Conde o Raquel Sánchez-Pardo. “A partir de 2006 se ha trabajado en crear una escuela de música y se ha institucionalizado la banda de estudiantes, además de organizarse otros proyectos, como el primer concurso de pasodobles «Villa de Brihuega» o los cursos de verano de instrumentos de viento y percusión”, concluyen desde el Consistorio.