Caraca, la gran ciudad romana de Guadalajara

Un momento de la segunda conferecia celebrada el pasado martes
Un momento de la segunda conferencia celebrada el pasado martes

La Junta de Castilla-La Mancha adelanta la orden de subvenciones para que las excavaciones comiencen antes del verano

Los arqueólogos, Emilio Gamo y Javier Fernández, directores del proyecto, resaltan la importancia histórica de Caraca, aunque advierten del reto profesional y científico que suponen los trabajos que permitirán que Caraca se convierta en una realidad.

El salón de actos de la Delegación de la Junta de Castilla-La Mancha acogió una multitudinaria conferencia este martes, por segunda vez, para presentar el proyecto de investigaciones arqueológicas en Driebes. La investigación desarrollada por los arqueólogos de la UNED Emilio Gamo y Javier Fernández, junto con otros especialistas en la materia, ha revelado la existencia de Caraca, la primera ciudad romana descubierta en la provincia en el Cerro de la Virgen de la Muela de Driebes, pequeño municipio situado en la Alcarria Baja. La expectación que ha suscitado el hallazgo llevó a la organización a repetir el acto, después de que muchos asistentes se quedaron sin poder disfrutar de la conferencia el jueves, 9 de marzo en el Palacio del Infantado.

Y la asistencia a esta segunda jornada cumplió de nuevo con creces las expectativas. Javier Bachiller Higuera, concejal del ayuntamiento de Driebes, aseguró que hay “una gran ilusión y expectación por el proyecto arqueológico, pues de siempre se ha dicho que ahí existían restos arqueológicos”. Además, agradeció la colaboración de los dueños del terreno en el desarrollo del proyecto de investigación e informó de la creación de una cuenta corriente para ayudar a las investigaciones que se van a llevar a efecto.

Precisamente, y dada la magnitud del descubrimiento, el delegado provincial de la Junta, Alberto Rojo, apuntó recientemente el impacto que tendría Caraca para la provincia “desde el punto de vista cultural, histórico, patrimonial y también de impulso para el turismo, la economía y el empleo”. Asimismo, anunció que el Gobierno de Castilla-La Mancha publicará “en breve” la orden de subvenciones para la realización de proyectos de investigación del patrimonio arqueológico y paleontológico. La orden se publicó en septiembre pasado, pero la Junta ha tomado la decisión de adelantarla este año para que los trabajos en Driebes “puedan realizarse en torno al verano”.

En todo caso, al margen de las expectativas que este proyecto ha generado en Driebes y la comarca, el hallazgo de Caraca a través de técnicas de georradar plantea un reto técnico y científico de primera magnitud. El objetivo prioritario de los investigadores es proceder a las excavaciones lo antes posible, pero también disponer del tiempo suficiente para acometer todos los trabajos necesarios que, finalmente, desemboquen en la eclosión de la ciudad romana. Es decir, hasta que Caraca sea una realidad empírica y no una recreación sobre planos en 3D.

Trabajos de campo realizados en los terrenos de Driebes donde los arqueólogos han descubierto Caraca. //Foto: E.G.
Trabajos de campo realizados en los terrenos de Driebes donde los arqueólogos han descubierto Caraca. //Foto: E.G.

Origen de la investigación

El descubrimiento de Caraca se remonta a otoño de 2016, cuando un equipo de arqueólogos dirigido por Emilio Gamo y Javier Fernández desarrolló una prospección arqueológica intensiva y geotécnica del cerro de la Virgen de la Muela, en Driebes. Para este propósito se configuró un equipo multidisciplinar formado por los doctores Jerónimo Sánchez, David Álvarez y Saúl Martín, además de los profesionales del CAI de Arqueometría y Análisis Arqueológico en colaboración con el Departamento de Física de la Tierra, Astronomía y Astrofísica I de la Facultad de Matemáticas de la Universidad de Castilla-La Mancha. Las prospecciones fueron financiadas por la Junta, el Ayuntamiento de Driebes y la Asociación de amigos del Museo de Guadalajara.

Según Gamo, Caraca puede considerarse “la primera y gran ciudad romana de Guadalajara”. Los arqueólogos conocían las posibilidades que aportaba la investigación en el lugar. Tal y como informaron en la presentación del proyecto, durante la construcción del canal de Estremera, en 1945, fue localizado a los pies de este cerro “un tesorillo de plata”, con un peso total de 13,8 kilos distribuidos en 1.480 fragmentos que incluía: tortas de pesos, recipientes, lingotes, sortijas, torques, fíbulas, y monedas. El tesoro –informaron los arqueólogos en nota de prensa- está datado a finales del siglo III a.C. y se expone actualmente en el Museo Arqueológico Nacional.

Los trabajos de campo se desarrollaron en dos fases. En la primera, el equipo de arqueólogos posicionados a intervalos regulares recogió materiales arqueológicos en la superficie y los referenciaron mediante georradar. En la segunda fase se utilizó un georradar 3D con antena multicanal con una frecuencia de 600 MHz para llegar a una profundidad de entre 0 m y 1/1,5 metros en una superficie de una hectárea.

Además, el equipo de investigadores realizó un vuelo de dron con el fin de realizar la topografía del terreno. Gamo subraya que “el resultado estas técnicas no invasivas superó las expectativas”. Los técnicos pudieron confirmar en el plano la presencia de una ciudad romana con su urbanismo propio.

Ruinas de la ermita de la Virgen de la Muela, donde se sitúa la ciudad de Caraca
Ruinas de la ermita de la Virgen de la Muela, donde se sitúa la ciudad de Caraca

Distribución de la ciudad

Según Javier Fernández, otro de los arqueólogos implicados en el proyecto, “en el área central debió situarse el foro, al sur la plaza porticada del foro, al este las tabernas y probablemente la Curia y al norte los templos, coincidiendo con la ubicación de la actual ermita”. Caraca debió contar con dos calles principales (decumeno y cardo), un mercado, diversos tipos de domus y unas termas de grandes dimensiones. La presencia de un acueducto y de una necrópolis consolida la idea de que Caraca, a los pies del Tajo, adquirió un estatus relevante, similar a otras ciudades romanas como Segóbriga.

Los restos más antiguos encontrados pertenecen al ocaso de la Edad de Bronce, es decir, de los comienzos del primer milenio antes de Cristo. Posteriormente, el yacimiento continuó ocupado y los carpetanos lo convirtieron en un poblado de grandes dimensiones que controlaba la fértil vega del Tajo. “Tras la conquista romana el lugar continuó habitado y llegó a convertirse en una ciudad que alcanzaría, a la vista de los recientes descubrimientos, la categoría de Municipio que continuó habitado hasta el siglo II d.C.”, subrayan los arqueólogos.

El nombre de Caraca no es una novedad para los eruditos en el legado romano. Aunque algunos autores han considerado que este yacimiento antiguo se corresponde con otras poblaciones como Taracena o Carabaña, la situación geográfica de este cerro encaja perfectamente con la información ofrecida en la antigüedad por Ptolomeo y, en especial, según enfatizan los propios técnicos, “el itinerario tardorromano del Anónimo de Rávena que localizaba a Caraca entre las ciudades de Segóbriga (Saelices, Cuenca) y Complutum (Alcalá de Henares) en una calzada que conectaba esta última urbe con Carthago Nova (Cartagena), uno de los puertos más importantes de Hispania”.

Sin embargo, para terminar de confirmar las hipótesis planteadas desde un inicio y los hallazgos constatados con las nuevas tecnologías, resulta necesario dar el siguiente paso. De este modo es la intención de los arqueólogos continuar en este año los trabajos arqueológicos en el lugar con el objeto de conocer más detalles de este yacimiento excepcional para el conocimiento de la presencia romana en el interior de Hispania. Asimismo, el hallazgo de una nueva ciudad romana supone una oportunidad no sólo para el conocimiento científico, sino también para el desarrollo sociocultural y económico de la comarca de la Alcarria.

Yacimiento relevante

La arqueóloga Teresa Sagardoy califica Caraca -según indican los arqueólogos del proyecto en un comunicado remitido a la prensa- como “uno de los hallazgos arqueológicos más relevantes de los últimos años en Guadalajara”; mientras que Fernando Aguado, director del Museo de Guadalajara, recalca que la solidez de los planteamientos del proyecto “nos llevó a apoyarles desde el primer momento desde la Asociación de Amigos de Guadalajara”. Por su parte, Teresa Chapa, catedrática de Prehistoria de la Universidad Complutense de Madrid, subraya que “el desarrollo de herramientas como el georrádar 3D permite detectar con gran precisión estructuras que han quedado enterradas y resultan invisibles en superficie”, tal como ocurre en el yacimiento de Driebes.

Finalmente, María Luisa Cerdeño, profesora de Prehistoria de la Complutense, con una amplia experiencia de trabajo en la provincia de Guadalajara, resalta que “el interés del yacimiento radica en que documenta una amplia secuencia cultural que abarca desde los primeros ocupantes del cerro durante el final de la Edad del Bronce, el posterior desarrollo de los carpetanos durante la Edad del Hierro y su proceso de romanización e integración en la órbita política, económica y cultural de Roma según demuestra la gran ciudad que pervivió hasta finales del siglo II d.C.”.