El firmamento estrellado: protagonista de Mantiel

Cuando se habla de astronomía en Guadalajara, automáticamente pensamos en Yebes. Allí se encuentra uno de los radiotelescopios más relevantes de nuestro país. No en vano, se constituye como el mayor complejo de su tipología de todos los que posee el Instituto Geográfico Nacional. Ubicada a casi 1.000 metros sobre el nivel del mar, la mencionada infraestructura se emplaza en plena meseta de la Alcarria. Un espacio que se caracteriza por un clima favorable, con escasas precipitaciones y sin grandes rachas de viento.
Sin embargo, los más avezados saben que Yebes no es el único municipio arriacense en el que se puede disfrutar de la ciencia astronómica. No muy lejos de allí, en las cercanías del pantano de Entrepeñas, existe otra pequeña localidad –con apenas 31 vecinos empadronados– donde el firmamento es el protagonista del día a día. Hablamos de Mantiel…

De hecho, la calidad de los cielos de la zona ha facilitado que el Consistorio haya impulsado una infraestructura en la que poder disfrutar de las estrellas. “Paseando cómodamente desde el casco urbano, y en tan sólo 15 minutos, el interesado podrá llegar al moderno observatorio instalado por el Ayuntamiento y disfrutar de los misterios celestes”, explican fuentes municipales. Todo el que lo desee, puede gozar del «astroturismo» en primera persona. “Los viernes y sábados a primera hora de la noche se han programado diversos pases para acceder a las instalaciones”, confirman los responsables de las mismas.

Se trata de una actividad dirigida a todos los públicos y a la totalidad de bolsillos. La entrada, por persona, es de tan sólo tres euros. Un coste que se reduce hasta los dos euros si se llega en un grupo superior a 10 ciudadanos. Este ticket permite disfrutar de los materiales existentes en el lugar, que van desde telescopios a herramientas interactivas. Todo un lujo que facilita el conocimiento –más de cerca– de los secretos del firmamento. Y hacerlo, además, en un entorno privilegiado, en el que destaca un medio ambiente exuberante y donde apenas existe contaminación lumínica.

No hay que olvidar que Mantiel se encuentra a unos 110 kilómetros de Madrid, en plena Alcarria, entre valles boscosos y regatos que alimentan Entrepeñas. Además, el mencionado observatorio “está situado a una altitud de 1.072 metros sobre el nivel del mar, y presenta muy buenas condiciones para una estación de observación astronómica”, subrayan desde el pueblo. En consecuencia, la amalgama entre floresta, estrellas y descanso es una de las mejores propuestas para vivir un fin de semana en familia o entre amigos.

“A menos de dos kilómetros de la salida de Mantiel habremos llegado al observatorio astronómico, que señorea en una loma del cerro Carrasquilla”, confirman desde «Caminos de Guadalajara». “Desde este lugar las vistas son impresionantes, nos muestran las laderas que, desde el pueblo, descienden hasta la cola de Entrepeñas”.
Una zona con grandes potencialidades.

Sin embargo, las riquezas que ofrece este municipio no finalizan con el «astroturismo». Todo lo contrario. Existen muchas posibilidades. De hecho, los valiosos ecosistemas existentes en su entorno también permiten diversas alternativas de senderismo. Una de las más reseñables es la ruta circular que une a esta localidad con Cereceda y regresa al punto de partida. Son 6,5 kilómetros de recorrido, que pasan por diversos puntos de gran interés –tanto naturales como patrimoniales– y que permiten al visitante conocer el entorno de una forma diferente y deportiva…

Además, se ha de mencionar el patrimonio existente en la localidad. Del mismo, destaca la Iglesia parroquial de Nuestra Señora del Consuelo, que se ubica en lo alto del pueblo, presidiendo los alrededores, cual atalaya arábiga. El templo es de estilo barroco tardío –ya de transición hacia el neoclásico–, su planta es de cruz latina y la espadaña se domicilia a los pies del edificio.

Ésta última se halla formada por “un gran vano adintelado rodeado de varias molduras, que, a su vez, se encuentra bajo tejadillo con columnas. Tiene dos cuerpos: el inferior –con la portada y un pequeño vano cuadrangular– y el superior, con dos huecos para alojar las campanas en arco de medio punto con remate de tímpano triangular”, confirman desde el Ayuntamiento.

La parroquia “goza de su sencilla nave, dispuesta en cinco tramos. La cubierta es de bóveda de medio cañón sobre arcos de medio punto, al igual que la capilla mayor, el coro y los brazos laterales”, explican los especialistas. A los pies de la nave principal se distingue el coro y lo que queda del antiguo órgano. Dicho instrumento está compuesto por “una elemental caja de tres cuerpos, toscamente decorada, sin tubos, sin teclado y sin fuelles. Data de 1.803, siendo su autor Josef Berdalonga, de Alcalá de Henares”.

Además, el visitante tampoco puede dejar de lado la ermita de San Roque. Se trata de un oratorio levantado en torno al siglo XVII por los vecinos para protegerse de la peste. Presenta una estética barroca y, en la actualidad, se encuentra rehabilitado.
Incluso, la localidad llegó a contar con un balneario de propiedad municipal. “Pero antes de su fundación en los años 20 del siglo XX, el lugar ya era concurrido por personas que, con diferentes enfermedades y dolencias, venían a tomar sus aguas curativas sin haber sido declaradas todavía de utilidad pública”, explican fuentes municipales. A día de hoy, el referido complejo ya no se encuentra en funcionamiento.

En cualquier caso, todo este legado contribuye a dar forma y personalidad a Mantiel. Sin olvidar el sinigual entorno en el que se sitúa. “Se asienta en la ladera norte de un cerro amesetado. Desde su elevada posición domina un amplio paisaje del valle del Tajo. Son las impresionantes vistas que se ofrecen a cada paso el principal reclamo para el turista. El pueblo está ubicado en un amplio mirador sobre huertos, arboledas y olivares, y, desde él, parten caminos, que, sin perder altura, recorren la falda de la Alcarria”, concluyen desde «Caminos de Guadalajara».

Por tanto, este pueblo alcarreño bien merece una visita. No sólo por sus potencialidades en torno al «astroturismo». También por la riqueza natural y patrimonial que posee. Sus sendas, entorno ambiental y bosques bien merecen una visita. Sin duda, Mantiel permite una desconexión de la gran ciudad mientras se contempla el cielo, se caminan sus bosques o se disfruta de las aguas de sus arroyos. ¡No te lo puedes perder!