Fuentelencina, un paseo por la Alcarria

La localidad de Fuentelencina es un pueblo situado en una amplia meseta alcarreña, en el camino de Pastrana y de la Alcarria Baja.

En tiempos pasados debió ser un pueblo importante si se juzga por la belleza de su plaza soportalada y los escudos nobiliarios que conservan sus calles.
Muchas veces el turista pasa de largo sin detenerse a conocer Fuentelencina, y que su calle principal está atravesada por la CM-200; en muchos puntos esta soportalada, lo que la hace tener un sabor aún más especial.

Además, esta calle esa así mismo la Cañada Real Soriana Oriental, por lo que sus habitantes, desde tiempos inmemoriales han visto pasar la trashumancia.

Se llega a Fuentelencina por una desviación que parte de la N-320 en el cruce de El Berral, continuando en dirección Pastrana por la ya citada CM-200.

La historia de Fuentelencina
Fuentelencina, un paseo por la AlcarriaFuentelencina perteneció a la Orden Militar de Calatrava, incluida en la encomienda de Zorita, hasta el siglo XVI, en que sus vecinos no consintieron ser vendidos a señorío particular alguno, y llegaron a reunir la cantidad de 1.232.000 maravedises con que comprar la permanencia de su pertenencia al Rey y a la Orden, siendo considerada Villa de jurisdicción propia.

Sus monumentos
Llegamos a Fuentelencina, donde además de una encantadora plaza mayor con Ayuntamiento de soportaladas galerías, se puede visitar la iglesia y en ella maravillarse ante el retablo mayor, quizás el más impresionante y multicolor de toda la Alcarria. La construcción del edificio concejil declarado BIC en el que se concretaba ese espíritu de autonomía municipal comenzó en 1555, con la ayuda de los vecinos de este pueblo alcarreño.

Este edificio, que por sí solo merece una visita detenida, está construido con sillarejo y elementos muy simples propios de la zona alcarreña. Muestra en su frente un paramento abierto con doble galería superpuesta, en la que aparecen ocho columnas bajas, de piedra caliza bien tallada, y otras tantas en el piso principal, de madera, que soportan arquitrabados dinteles por medio de sencillos capiteles y zapatas de madera tallada.

En la planta baja, y descentrada del muro principal, se encuentra la puerta de acceso al Ayuntamiento, que consta de doble arco con una columna central y escoltado en su parte superior por tres escudos, que representan los emblemas heráldicos del Emperador Carlos I de España, de la Orden de Calatrava, señora de la Villa, y del propio municipio, que partido en mantel muestra un león, una fuente y una encina, constituyendo un ejemplo muy notable de escudo heráldico municipal de inspiración parlante, surgido sin duda en el momento de acceder a la autonomía del villazgo.

La plaza tiene en su centro una fuente de amplio pilón, hoy totalmente renovada, y una enorme olma comunal, de cuatro siglos de existencia. Se rodea de edificaciones típicamente alcarreñas, y en su costado norte surge llenándole por completo el edificio del Ayuntamiento.

Paseando por el pueblo nos encontramos con la impresionante iglesia parroquial con la esbelta Iglesia de la Asunción de Nuestra Señora, declara BIC en el año 2002.

Se trata de un templo situado en el extremo noreste del núcleo urbano y edificado en el del siglo XVI, reconstruido posteriormente en época barroca.

El templo de tres naves, de cinco tramos, separadas por pilares (con contrafuertes en el exterior), de los que arrancan arcos de medio punto. Se cubre la nave central por bóvedas de arista (en tres tramos) y de crucería (en el resto). Los brazos del crucero tienen bóveda de medio cañón con lunetos. La Capilla Mayor sigue un sistema de crucería. El coro se encuentra en alto, a los pies del templo.

Presenta muros de mampostería y sillares, puerta a los pies, cegada, en el arco conopial, y puerta en el lado de la Epístola, con restos de pórtico del siglo XVI. Tiene torre a los pies, en el lado del Evangelio, de cuatro cuerpos y en piedra. También cuenta con decoración de bolas en el alero.

De su interior destaca el magnífico retablo mayor, de estilo plateresco, de mediados del siglo XVI, el cual ha de considerarse parte esencial de la historia del inmueble. Costeado por concejo y el cardenal de Toledo, Juan Martínez Silíceo, de las tareas escultóricas se encargaron los toledanos Nicolás de Vergara el Viejo y Juan Bautista Vázquez, siendo autor de las tablas pintadas el seguntino Diego de Madrid que en 1557 se comprometía a ejecutarlas con arreglo a las trazas proporcionadas por Luis de Velasco.1

Está organizado en cuatro cuerpos horizontales y el superior de remate, con tres calles verticales separadas por hornacinas y medallones. La calle central está formada por grupos escultóricos y las laterales por pinturas sobre tabla, todo ello rodeado por una gran exuberancia decorativa en el más puro estilo plateresco.

En el zócalo se muestran los escudos del Emperador Carlos, del Sumo Pontífice, el del Cardenal Silíceo y el de la localidad, enmarcados en exuberante decoración plateresca.

Desde la iglesia y por unas escaleras descendemos hasta la Fuente de Abajo, el tercer monumento declarado BIC en la villa y de origen medieval, de cuyo manantial probablemente trae el nombre la villa. Seis caños le aportan un buen caudal de agua que nunca se seca a un largo pilón que cubre todo el largo de la fuente. A su lado un amplio vaso que hace las veces de lavadero público que se sirve del sobrante de la fuente.
Antiguamente rodeaba el pueblo una muralla y solo hoy quedan los restos de la torre de la Mora Cantana.

Fiestas
Sus fiestas principales son:
San Agustín: 28 de agosto. Son las fiestas patronales, normalmente empiezan el 27 de agosto con la suelta de una vaquilla. Prosiguen hasta el 31 celebrándose encierros, una corrida de toros y por las noches hay música en la plaza mayor. El último día es el de la carne en el que se cocina la carne de uno de los toros y se come en la plaza por todos los vecinos del pueblo.
Cristo: 14 de mayo
La noche de Jueves Santo se representa una Pasión Viviente, que está declarada como fiesta de interés turístico provincial