Guadalajara: tierra de «petroglifos»

Petroglifos en "Peña Escrita" en Canales del Ducado
Petroglifos en “Peña Escrita” en Canales del Ducado

Cuando se habla del patrimonio histórico y cultural arriacense, siempre se piensa en monumentos como el Palacio del Infantado –ubicado en la capital– o en el impresionante conjunto artístico de Sigüenza. Incluso, los más avezados se inclinan por la perspectiva etnográfica y mencionan algunas fiestas de gran calado. Entre ellas, danzas de luenga tradición –como las de Valverde de los Arroyos o Majaelrayo– y las botargas que recorren diversos municipios de la provincia…

Sin embargo, pocos se refieren a los «petroglifos», de los que existen múltiples ejemplos en Guadalajara. Un tipo de arte que –cada vez– está siendo más conocido. No en vano, hace unos meses aparecía una obra centrada en estas representaciones. El libro se encuentra escrito por el joven investigador Óscar Ponce –vinculado a Miedes de Atienza– y está publicado por «AACHE Ediciones».

El mencionado título “surgió por la preocupación de alcanzar el estudio de la totalidad del patrimonio, de toda huella del pasado, de la acción del hombre que ha dejado entre nosotros”, asegura el cronista provincial, Antonio Herrera Casado. El compendio realizado por Ponce “es muy buen trabajo de análisis y reflexión en torno a la religión primitiva y a la evolución de las creencias. Pero su valor fundamental es que se alza como un «catálogo» de los yacimientos guadalajareños donde contemplar las referidas composiciones”, aseguran los especialistas.

Pero, ¿en qué consisten los «petroglifos»? “Se constituyen como dibujos tallados sobre piedras y rocas. Aparecen en lugares que hace miles de años tenían un sentido ritual, social y simbólico para los grupos de personas que habitaban en torno a ellos”, confirman los historiadores. “Son emplazamientos que, sin duda, fueron poblados y utilizados como centros sociales y religiosos durante el Neolítico y las Edades del Bronce y del Hierro”.

Un tipo de uso que también era defendido por el investigador José Manuel Vázquez Varela. “Podemos suponer que estas representaciones poseen un carácter simbólico que refleja –en muchas ocasiones– concepciones religiosas”. Además, esta técnica “cuenta con una amplia cronología, ya que llega hasta épocas medievales e –incluso– modernas”, añade Óscar Ponce en declaraciones a Henares al Día.

Petroglifos en "Peña Escrita" en Canales del Ducado
Petroglifos en “Peña Escrita” en Canales del Ducado

“En la evolución del arte parietal se produjo una secuencia cronológica. La Península Ibérica posee ejemplos desde el Paleolítico Superior hasta la Edad del Hierro, a los que –convencionalmente– se ha bautizado con nombres de contenido estético, imprescindibles a la hora de establecer hipótesis”, explicaba el experto Antonio Beltrán Martínez. Así, se distinguen “las composiciones «naturalistas» del Paleolítico Superior; las «impresionistas» de los abrigos levantinos meso–neolítico; las «esquemáticas» del Neolítico al Bronce; y los «petroglifos» o representaciones sobre roca, preferentemente ubicadas al aire libre” y que han transcendido a este calendario, prolongándose hasta épocas históricas….

– ¿Y qué tipos de temas se suelen representar este tipo de composiciones?

– Los asuntos que, inicialmente, abordaban los «petroglifos» eran muy semejantes a los del arte «esquemático» –explica Ponce–. En la Edad Media, sin embargo, fueron apareciendo simbologías asociadas con el Cristianismo.

En Guadalajara se observan varios ejemplos de esta técnica. Los principales, en las comarcas de la Sierra Norte y del Señorío molinés. En este sentido, destacan –sobre todo– cuatro municipios. Nos referimos a Miedes de Atienza, Membrillera, Rillo de Gallo y Canales de Molina, donde se emplazan restos muy bien conservados. “Los restos mantenidos en estos municipios son los que presentan una mayor definición y los que se hallan en mejor estado de conservación”, explica Óscar Ponce. “No han sido tan castigados por la erosión”.

En este sentido, Antonio Herrera Casado destaca –fundamentalmente– el patrimonio existente en Canales de Molina, donde se distingue la «Peña Escrita». “Desde hace siglos se conoce el lugar y quienes lo iban a ver se quedaban admirados de sus representaciones –tan grandes–, apreciables sólo desde el cielo”, asegura el cronista provincial. De hecho, en este municipio se distinguen unas «composiciones fascinantes», “con una importante iconografía protohistórica”. De hecho, abunda la imaginería celtibérica, “por lo que este sitio pudo ser un templo de esta época”, asegura el investigador Óscar Ponce.

Petroglifos en "Peña Escrita" en Canales del Ducado
Petroglifos en “Peña Escrita” en Canales del Ducado

«Petroglifos» por toda la provincia
Sin embargo, Canales de Molina no es el único lugar de Guadalajara en el que existen «petroglifos». Se distinguen otros muchos puntos. Entre ellos, Miedes de Atienza, donde se “representan dos figuras antropomorfas muy singulares, en cuya parte superior se distingue una estrella, en la que aparecen «travesaños» orientados a solsticios y equinoccios”, explica Óscar Ponce. Asimismo, también aparece “un gran recuadro, resaltando el símbolo solar, que está muy vinculado a la fertilidad, por lo que puede tratarse de un culto a la misma”.

Los grabados de Rillo de Gallo –en cambio– se caracterizan por incluir “unos magníficos ídolos”. Pero, al mismo tiempo, en el conjunto coexiste iconografía celtibérica y cristiana. Ésta última puede ser “una circunstancia que tiene que ver con el objetivo de la Iglesia de querer cristianizar el lugar, que hasta ese momento se consideraba pagano”, aseguran los especialistas.

Petroglifos en las cercanías de Rillo de Gallo
Petroglifos en las cercanías de Rillo de Gallo

Asimismo, en Membrillera se pueden visitar «petroglifos» “muy singulares”. Entre ellos, los que adoptan la forma de «cazoletas». Estos grabados, además, “se encuentran unidos por dos líneas orientadas –una vez más– hacia los solsticios, los equinoccios y los puntos cardinales”. E, incluso, en este yacimiento se emplazan unos grabados con forma de «herradura», “muy asociados a la protohistoria y a la Edad del Bronce”.

Y si esto –todavía– les sabe a poco, también tienen posibilidad de visitar otros parajes de la provincia con este tipo de patrimonio. De hecho, Óscar Ponce habla de hasta una quincena de lugares con «valor semiótico–ritual». Por ejemplo, la «Cueva del Moro», en Pastrana, o las representaciones existentes en Romanillos de Atienza o Casillas. Asimismo, “hay otros puntos aislados en Albalate de Zorita, La Fuensaviñán, Tordelarábano y algunos otros”, añade el cronista provincial, Antonio Herrera Casado.

Petroglifos en las cercanías de Rillo de Gallo
Petroglifos en las cercanías de Rillo de Gallo

El mantenimiento de este patrimonio
Por tanto, nos encontramos ante una riqueza histórica de gran relevancia. Y que –en la mayoría de los casos– se encuentra en un “buen estado de conservación”. Sobre todo, en Miedes de Atienza, Membrillera, Rillo de Gallo y Canales de Molina. Sin embargo, se ha de incrementar la atención sobre estos lugares, con el fin de legarlos a futuras generaciones en perfectas condiciones. “Lo suyo sería proteger estos «petroglifos». Yo lo estoy intentando. De hecho, todo lo que gane con mi libro, lo voy a donar a este fin”, confirma Óscar Ponce.

Pero el paso previo para proteger dicho patrimonio es darlo a conocer, difundirlo. Una labor en la que son imprescindibles trabajos como la del mencionado investigador. “Durante un año estuve visitando pueblos de Guadalajara para poder informarme y documentarme sobre este asunto”. De hecho, empezó el libro por su cuenta, pero cuando tenía escritas unas 80 páginas, se lo presentó a Herrera Casado. “Le gustó mucho el tema, vio que podía adoptar forma de compendio editable y, por tanto, se acabo publicando el título”, confirma el autor del mismo.

Petroglifos en "Peña Escrita" en Canales del Ducado
Petroglifos en “Peña Escrita” en Canales del Ducado

Un esfuerzo historiográfico en el que también prestó atención al contexto social y cultural en el que se produjeron las referidas representaciones. “Para entender estos grabados, debemos intentar comprender la religión y forma de pensar de sus autores”, explica el historiador. De hecho, los primeros responsables de estos «petroglifos» pudieron seguir una religión de tipo “animista” o “chamánica”. Pero según fueron avanzando los siglos, el Cristianismo fue ganando terreno. Una «evolución» que se observa en los motivos simbólicos de los yacimientos de Guadalajara, que se fueron adaptando a las diferentes creencias…

Óscar Ponce desea compartir todo este conocimiento. Y quiere hacerlo a través de charlas y mediante la presentación de su libro en –al menos– Miedes de Atienza, Canales de Molina, Rillo de Gallo y Membrillera, cuatro de las localidades con los «petroglifos» mejor conservados de la provincia. Sin embargo, reconoce lo complicado de estos planteamientos en un «momento pandémico» como el actual. Pero en cuanto pase el COVID–19, retomará la idea divulgativa. “Sobre todo, para poder dar a conocer nuestro patrimonio”, explica. “Y si saco dinero por las ventas, lo destinaría al mantenimiento de este tipo de legado artístico”.

– Y las Administraciones Públicas, ¿han mostrado interés por el mantenimiento de los «petroglifos»?

– Todavía queda mucho por hacer –explica Óscar Ponce–. Sin embargo, parece que la gente comienza a valorar este tipo de monumentos, sobre todo cuando se comienza a divulgar…

Petroglifos en "Peña Escrita" en Canales del Ducado
Petroglifos en “Peña Escrita” en Canales del Ducado

En consecuencia, se ha de seguir trabajando para lograr un mayor conocimiento de nuestro pasado, así como del patrimonio histórico existente. Es la única forma de preservarlo en buenas condiciones. Por tanto, esfuerzos como el de Óscar Ponce se han de poner en valor. Es la única forma de recuperar y difundir las huellas de tiempos pretéritos que no son tan conocidas, como es el caso de los «petroglifos». De esta forma, se conseguirá que sean igual de afamados como el Palacio del Infantado o el conjunto artístico seguntino. Y, así, lograr que también sean apreciados y recuperados por los gobiernos….

Bibliografía
BELTRÁN MARTÍNEZ, Antonio. «Las pinturas de la cueva de Porto Badisco y el arte parietal «esquemático» español», Zephyrus: Revista de prehistoria y arqueología, XXXVII–XXXVIII, 1984–1985.
PONCE JIMENO, Óscar. Petroglifos en Guadalajara. Guadalajara: «AACHE ediciones», 2020.
VÁZQUEZ VARELA, José Manuel. «Los petroglifos gallegos», Zephyrus: Revista de prehistoria y arqueología, XXXVI, 1983, pp.: 43–51Enlace 1: https://aache.com/tienda/es/311-petroglifos-en-guadalajara.html