Aristóteles decía que “la virtud” se hallaba en el “justo término medio”. En consecuencia, todo lo que se ubique en ese espacio, es virtuoso. Un ejemplo puede ser Henche, una localidad emplazada en plena Alcarria, casi en la mitad de la provincia. En un marco natural incomparable. “Aparece en un espacio donde predominan las encinas, el romero, el tomillo y el espliego, base fundamental de la sabrosísima miel alcarreña”, reconocen los vecinos.
“Se trata de un pueblo acogedor donde los visitantes son bien recibidos y en el que se pueden disfrutar de sus paisajes, de diferentes zonas de esparcimiento y de rutas de senderismo, donde el contacto con la naturaleza es total”, explican desde el Consistorio.
Pero si el entorno es increíble, la historia del lugar no es menor. “En el siglo XV pertenecía al Señorío y Tierras de Atienza, pasando posteriormente a enmarcarse en el Señorío de Cifuentes”, aseguran desde el Ayuntamiento. No obstante, su nombre “procede del siglo XV, momento en el que un caballero francés llamado Dhanche se asentó en el pueblo”. Y de ahí, por evolución etimológica, se llegó hasta la actualidad.
Un luengo devenir que se ha reflejado en el patrimonio de la localidad. Varios monumentos jalonan sus calles. Entre ellos, el puente medieval, emplazado en la zona del parque del Pradillo y por el que pasaba el camino que unía Madrid y Trillo. Además, también se debe mencionar el molino aceitero o almazara, creado en 1752.

No obstante, uno de los complejos más llamativos de la localidad es la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Se encuentra ubicada en la parte alta del pueblo y sus orígenes se remontan al siglo XIII. “Era el primitivo templo de San Bartolomé, patrón de Henche, aunque posteriormente fue restaurado, conservando su estilo románico”, rememoran fuentes municipales. “En el siglo XV se amplió y se construyó una cúpula con artesonado de forma octogonal y estilo mudéjar, situada encima del altar mayor”, añaden.
Más tarde, en el XVI, se levantó el campanario, una de las señas de identidad del complejo parroquial, junto con la puerta sobre el muro de levante. El mencionado acceso “es de aspecto románico con cuatro arquivoltas”. Además, en el interior existe una pila de agua bendita de estilo gótico, mientras que la pila bautismal –anterior al siglo XII– es de tipo mozárabe. “El ábside románico merece también una detenida visita”, aseguran desde el Consistorio.
Una vez finalizada el recorrido por la iglesia, el caminante puede dirigirse a la ermita de San Roque. “Es un pequeño edificio construido en piedra de sillería de planta cuadrada. Sobre el muro sur se alza un pequeño porche con dos columnas, una de ellas casi tapada por un murete, así como la puerta de entrada al interior del santuario”, describen los especialistas. “Junto a este complejo comienza el camino hacia Trillo, que pasa cerca de los restos del viejo calvario”, comentan.
Sin embargo, en Henche existen otros elementos destacables, como las bodegas, de las que existen más de un centenar. “En ellas, cada vecino elabora su propio vino, procedente de las numerosas viñas que existen en el terreno”, explican los habitantes del municipio. “Consisten en infraestructuras subterráneas donde la temperatura y la humedad son las adecuadas para la buena conservación de los caldos”, añaden.
Además, no se debe pasar por alto la «covacha de la mora», que se encuentra en una colina a la entrada del pueblo. “Según consta en los archivos municipales, esta cueva sirvió como vivienda, encontrándose grabados en sus paredes, los cuales han ido despareciendo con el paso del tiempo”, indican los historiadores. “Para llegar al lugar, hay que ascender hasta la fuente del Cenacho. Frente a ella, y a la derecha, sale una sendita, perfectamente señalizada, que –bordeando la planicie– nos lleva hasta la covacha”, narran.
Las fiestas.
Y si el visitante tiene ganas de acudir a festejos populares, también lo puede hacer. Las celebraciones patronales de Henche tienen lugar en agosto y se realizan en honor a San Bartolomé. Un santo al que también se le rinde homenaje el primer sábado de junio gracias a la romería que se realiza en su honor, en la que se programan oficios religiosos y una merienda de hermandad entre los asistentes. Todo ello acompañado de alegría y buen humor.
Empero, éstas no son las únicas fiestas que se realizan en el municipio. A lo largo del año se pueden acudir a otras muchas citas, en las que se combina diversión y costumbre. “La fiesta de la Santa Cruz se conmemora el día 1 de mayo y, en el mes de diciembre, tiene lugar la matanza del cerdo, una celebración gastronómica con la que se siguen manteniendo vivas las antiguas tradiciones”, aseguran desde este enclave arriacense.
Por tanto, en esta localidad existen bastantes alternativas patrimoniales, naturales y de ocio. El viajero tendrá la oportunidad de disfrutar de la Alcarria en su estado más puro. En Henche se observan reunidos todos los elementos definitorios de la comarca. Al fin y al cabo se emplaza en plena Alcarria, en la mitad de la provincia. En consecuencia, bien merece una visita. O varias.

Historiador y periodista, especialista en comunicación ambiental y en Masonería mexicana. El reporterismo es mi vocación. Ahora informando desde Guadalajara. “Entre los individuos, como entre las Naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz” (Benito Juárez, 1867).