Los Reyes Magos llegaron a Trillo en una bonita calesa andaluza

trillo060116Los Reyes Magos llegaron ayer a Trillo, cargados de alegría, música, ilusión y regalos, que fueron entregando a los niños trillanos en la cabalgata, después en los tronos instalados en los soportales del Ayuntamiento y finalmente después de la Misa.

Como surgidos de la nada, aparecían, misteriosamente, en la residencia de mayores de la Fuentealegre. Melchor, Gaspar y Baltasar llegaban acompañados de sus correspondientes pajes, que les iban a ayudar tanto en su trabajo en la Cabalgata como luego por la noche, para llevar la ilusión y la felicidad a las casas trillanas.

El grupo de dulzaineros Los Calaveras acompañó la alegría de la llegada de los orientales a la residencia. Allí estaba Angel Carrillo, caminando todavía sin bastón con 94 años y con la misma alegría en el cuerpo de siempre, aplaudiendo a las dulzainas, Tomás Henche, el último ganchero, que todavía tiene ganas de volver al pico de Mirabarbos donde una vez un buen amigo le hizo el mejor regalo que nadie puede hacer a otra persona, salvándole de morir ahogado en el Tajo, que recogía agradecido la dádiva de los orientales, o Pura Bodega, que a sus 87 años todavía camina más derecha que una vela y tiene porte de modelo, que seguía con alegría y optimismo la música de las dulzainas y las evoluciones de los Reyes Magos.

Después de terminar su primer trabajo de la tarde en la Residencia, aparecía en la puerta, mágicamente, una gran calesa andaluza, a la que se subieron los Reyes Magos y su séquito. E inesperadamente, surgían de la nada cinco personajes fantásticos, para sorpresa y regocijo de los niños que se agolpaban a ambos lados de la calle del Arzobispo Muñoyerro para ver pasar a los Reyes Magos. Todos aprovecharon la ocasión para hacerse fotos con ellos, e incluso para pedirles regalos de última hora, que estos héroes de película no dudaron en transmitir a los Reyes Magos.

La Cabalgata llegó hasta el puente de Trillo y viró, por la calle Jardines, discurriendo por unos metros en paralelo al río Tajo. Mientras avanzaba, el pirotécnico local, Antonio Morales Marco, soltaba sucesivamente sus tracas de fuegos artificiales que acompañaban a la nube de confeti y de caramelos que derramaban los orientales a su paso. Y para poner el contrapunto, la música andaluza de la calesa se intercalaba con los sones de Los Calaveras.

Con un delicioso séquito de niños, la caravana viró a la altura del Polideportivo de la Virgen del Campo para tomar la calle del Vivero, de vuelta a la Plaza Mayor. A su paso por el Puente, sonaba una gran traca de petardos, al tiempo que el silbido de los cohetes subiendo al cielo trillano se confundía con los alegres sones de la dulzaina.

La Cabalgata llegaba a la Plaza Mayor, precisamente por la calle Calaveras, pareciendo subrayar el buen hacer de los músicos. Allí, en los soportales del Ayuntamiento, Melchor, Gaspar y Baltasar tenían preparados sus tronos. Los niños, emocionados, tenían que pisar la alfombra roja, flanqueada de antorchas encendidas, para llegar hasta ellos, y para hacerles sus comentarios, agradecimientos y peticiones de última hora. Además, este año, ese momento ha sido también especial, puesto que los niños también les entregaron a los Reyes Magos algunos de sus juguetes usados para que los orientales pudieran distribuirlos entre todos los niños y llegar de esa manera a satisfacer los deseos de los más pequeños, también de los que no tienen la suerte de contar con excesivos recursos económicos.

Y mientras los pequeños se acercaban a recordarles a los Reyes Magos sus deseos, y para entregarles sus juguetes usados, se proyectaban, inmensos sobre la torre de la Iglesia, los dibujos pintados en cristal en los que han estado trabajando en estos días en el taller de manualidades programado para llenar de creatividad el ocio infantil.

Después de la Misa que nuevamente oficiaba Santiago Jiménez, el párroco local, Melchor, Gaspar y Baltasar repartieron trescientos regalos a los niños trillanos. Para la madrugada quedó la fiesta de la Noche de Reyes que el Ayuntamiento organizó en el local municipal de la Calle Jardines. Actuó la orquesta “Cougar”. De velar por la seguridad del trazado se encargaron los agentes de la Guardia Civil del Cuartel de Trillo, y también operarios de la Brigada Municipal.