Molina de Aragón destaca por su Geoparque

El Señorío de Molina es uno de los territorios con más potencialidades turísticas de España. En sus límites, se combinan –a la perfección– una historia milenaria, un importante patrimonio y una naturaleza digna de ser mencionada. No en vano, en su interior se domicilia el Parque Natural del Alto Tajo, uno de los principales espacios protegidos de Castilla–La Mancha, que comprende 175.000 hectáreas y que –debido a sus relevantes valores– podría optar a la consideración de Parque Nacional.

“Cuenta con varios ejemplos de biodiversidad que todavía no han sido reconocidos con la mencionada calificación”, explican sus responsables. Entre ellos se encontraría el pinar rodeno o el sabinar albar, ampliamente presentes en este territorio. Además, entre los puntos fuertes del Alto Tajo también se halla su riqueza ígnea. “La geología de este territorio es muy diversa y relevante”, confirman los expertos. No en vano, posee uno de los sistemas de hoces más importantes de la Península Ibérica.

Por ello, un grupo de valientes consiguió el reconocimiento de los valores pétreos de la zona. “El Geoparque de la Comarca de Molina de Aragón-Alto Tajo recibió las credenciales como miembro de pleno derecho de la Red Europea (EGN-European Geoparks Network) y de la Red Global de Geoparques (GGN-Global Geopark Network) en septiembre de 2014”, explican desde el espacio molinés. “Su área abarca 4.186,9 kilómetros cuadrados y 70 municipios, de los que Molina de Aragón es el principal”.

La densidad de población es de tan sólo un par de habitantes por kilómetro cuadrado. “Se trata, por tanto, de una zona muy extensa pero muy despoblada, considerada un desierto demográfico”, narran sus gestores. “Este territorio presenta una total continuidad geográfica y paisajística, y no existen elementos antrópicos de gran envergadura que fragmenten el territorio”. En definitiva, se constituye como “un emplazamiento bien conservado donde hombre y naturaleza conviven en equilibrio”. Nos encontramos ante una alternativa con una gran riqueza ambiental e ígnea…

El impacto rocoso del lugar
De hecho, el Señorío de Molina destaca por la presencia de importantes series estratigráficas paleozoicas –del Ordovícico y Silúrico– y mesozoicas –del Triásico, Jurásico y Cretácico–; por una amplia variedad litológica; por la existencia de yacimientos mineralógicos y paleontológicos; por la sucesión de diferentes ámbitos tectónicos; y por una gran diversidad geomorfológica, que se traduce en la existencia de una relevante variedad paisajística.

Entre estas opciones, son dignas de visitar “la sección del Silúrico inferior, que constituye un referente bioestratigrafico mundial; la sección del límite Toarciense-Aaleniense de Fuentelsaz, uno de los tres Global Boundary Stratotype Section and Point (GSSP) ubicados en España; los árboles fósiles pérmicos de la Sierra de Aragoncillo; la localidad–tipo del aragonito; la sección Pérmico–Triásico del Barranco de la Hoz; o los pliegues de Orea y Cuevas Labradas”. ¡Un lujo!

En esencia, “el marco geológico de este territorio está constituido por una serie sedimentaria en la que aparecen representados los principales eventos tectónicos de la historia de la Tierra, desde el Paleozoico Inferior hasta la actualidad”, aseguran Esperanza Fernández Martínez, Asier Hilario Orús, Luis Alcalá, Juan Manuel Monasterio, José Antonio Martínez y Carlos de Santisteban Bové. En ella, “se ha encajado una extensa red fluvial, dando lugar a una sucesión de barrancos y cañones que cortan las estructuras, poniendo al descubierto afloramientos en excelentes condiciones para el aprovechamiento científico, didáctico y turístico”.

Uno de los elementos destacables de este emplazamiento es su «alta geodiversidad», derivada de su variedad de sustratos geológicos, tanto ácidos como alcalinos y salobres. “Este hecho ejerce una influencia directa sobre la vegetación que se instala en ellos, favoreciendo así el desarrollo de una gran variedad biológica”, explican los científicos mencionados. “Los valles suelen cortar las estructuras geológicas de forma perpendicular, por lo que ponen al descubierto –de manera clara– sus diferentes elementos, las relaciones entre estos y su evolución, haciendo asequible su comprensión a públicos muy diferentes”.

La importancia de los geoparques
Por tanto, la relevancia del espacio Molina–Alto Tajo es evidente. Pero, ¿en qué consisten los geoparques? “Son áreas simples y unificadas geográficamente donde los lugares y paisajes de relevancia geológica internacional son gestionados bajo un concepto holístico de protección, educación y desarrollo sostenible”, aseguran Luis Carcavilla y Asier Hilario Orús. “El patrimonio ígneo de un territorio es considerado desde la presencia y las necesidades de las personas que lo habitan. Además, esta herramienta se utiliza junto a otros elementos de interés para impulsar el desarrollo local mediante el geoturismo, la formación y la identidad cultural”.

Así, las áreas incluidas en esta figura se constituyen como “paisajes vivos y activos en los que la ciencia y las comunidades locales actúan de forma mutuamente beneficiosa, mediante un enfoque de abajo hacia arriba”, aseveran desde la UNESCO. En definitiva, los rasgos de dichos recursos se fundamentan en varios pilares, entre los que se encuentran “la presencia de patrimonio geológico de relevancia internacional; la gestión relacionada con la investigación, conservación, educación, geoturismo y desarrollo sostenible; la visibilidad, y el trabajo en red”. Todo ello para valorizar las potencialidades pétreas, ambientales y económicas del territorio.

Por ello, se incluyen muchas propuestas de divulgación, como las «Geo–rutas», “puestas en marcha con objeto de dotar al espacio protegido de un conjunto de instrumentos de interpretación geológica”. Estamos hablando de “nueve itinerarios que permiten al visitante conocer los principales enclaves de interés de este extenso territorio, con las explicaciones oportunas para desentrañar todos sus misterios”, explican desde el Geoparque. “Estos recorridos se pueden realizar a pie y con vehículo, y cuentan con más de 80 paneles interpretativos”. Dichas alternativas se pueden consultar en el siguiente enlace.

Asimismo, el Museo Comarcal de Molina –institución coordinadora del proyecto de declaración del Geoparque– desarrolla una intensa labor divulgativa de la paleontología, mineralogía, arqueología y ciencias naturales, con exposiciones, publicaciones, seminarios y muchas otras actividades. Al mismo tiempo, esta institución promueve inventarios de yacimientos paleontológicos y arqueológicos del entorno, así como excavaciones para recuperar ejemplares en lugares amenazados de destrucción o expolio, que luego son expuestos en sus salas.

Al mismo tiempo, en los 4.186,9 kilómetros cuadrados del Geoparque se pueden encontrar algunas otras propuestas de rutas e itinerarios con una duración aproximada de una jornada. Las mismas se hallan “estructuradas teniendo en cuenta los puntos donde se concentran los distintos alojamientos existentes en dicho espacio”. En este sentido, se ha editado una «Guía Práctica» donde se recogen las referidas ideas, así como algunos consejos e información de interés. Dicha obra se puede consultar en el siguiente enlace. Sin duda, estamos ante una figura que estimula el conocimiento de la comarca. ¡No te lo pierdas!

Bibliografía.
CARCAVILLA, Luis, y ORÚS, Asier Hilario. «Geoparques en España. Factores clave de su implantación, retos y consideraciones geológicas para su futuro crecimiento». De re metallica (Madrid): revista de la Sociedad Española para la Defensa del Patrimonio Geológico y Minero, 36 (2021), pp.: 15–32.
FERNÁNDEZ MARTÍNEZ, Esperanza, ORÚS, Asier Hilario, ALCALÁ MARTÍNEZ, Luis, MONASTERIO, Juan Manuel, MARTÍNEZ, José Antonio, y DE SANTISTEBAN BOVÉ, Carlos. «Actividades de divulgación del patrimonio geológico en geoparques». Enseñanza de las ciencias de la tierra: Revista de la Asociación Española para la Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 22, 1 (2014) (Ejemplar dedicado a: Patrimonio geológico), pp.: 61–68.