Pastrana: donde el patrimonio y la historia se dan la mano

Con motivo de la Feria Internacional Apícola, una visita a Pastrana

Guadalajara es una provincia con muchas potencialidades. Sus límites ofrecen innumerables alternativas históricas, monumentales, naturales y culturales. En un gran número de sus localidades, el pasado y el presente se abrazan, brindando –a propios y extraños– un sinfín de combinaciones. Y para muestra, un botón. En Pastrana todo ello se hace realidad…

Esta localidad se fundó en el siglo XII, bajo la dominación de la Orden de Calatrava. Durante sus primeros años de vida se constituyó como “una aldea de repoblación tras la salida definitiva de los árabes”, confirman desde el Ayuntamiento. Sin embargo, su gran desarrollo arribó en el siglo XVI. Justo en aquella época vivió su esplendor, gracias a los nuevos «propietarios» de la villa, que estaban vinculados a los Mendoza, una de las familias más relevantes de Castilla.

Tal fue la preponderancia del enclave que se llegó a establecer el «Ducado de Pastrana». “A lo largo de los siguientes años se fueron sucediendo los duques. Pero en el siglo XVIII trasladaron su residencia oficial a Madrid”, confirman fuentes municipales. A pesar de ello, durante su permanencia en el municipio, estos aristócratas tuvieron una gran importancia en el desarrollo de la localidad. “Influyeron en la introducción del Renacimiento en la misma”, asegura Antonio Herrera Casado, cronista provincial de Guadalajara.

De hecho, la grandeza del enclave se vio reflejada tanto en su conjunto patrimonial como en su entramado urbano. Pero, ¿cuál es el mayor atractivo del municipio? “En general, diría que la totalidad del pueblo, porque se encuentra plagado de monumentos y hechos pretéritos”, asegura Herrera Casado. Una opinión que es compartida por el alcalde pastranero, Luis Fernando Abril. “El conjunto municipal es nuestro punto fuerte”, explica. “Una de las visitas más recomendables, además de los monumentos existentes en el lugar, consiste en callejear por el casco histórico”.

No obstante, “si tengo que destacar algo de Pastrana, me inclinaría por la Iglesia–Colegiata de la Asunción”, añade el cronista provincial. Se trata de un complejo cuya construcción comenzó en el siglo XII, aunque ha sufrido diversas reformas a lo largo de su existencia. Por ello, “presenta una mezcla de diferentes expresiones artísticas y arquitectónicas”, confirma. “Es de origen románico, pero recibió una ampliación durante el Barroco. Posee –también– elementos góticos y, en su interior, presenta una notable riqueza de recursos muebles”.

Entre ellos, el retablo mayor. Sin embargo, lo más interesante es la colección de tapices que se custodia en el museo de la Colegiata. La integran una serie de composiciones historiadas de la época de Alfonso V de Portugal y que se refieren a la toma de varias plazas del norte de África por parte de los lusos. “Son una joya del patrimonio europeo”, asegura el cronista provincial.

No en vano, estas creaciones se constituyen como “el conjunto de seis tapices gótico–flamencos más importante del mundo de finales del siglo XV”. “Se pueden definir como una suerte de «crónicas periodísticas», que narran hechos históricos de la época”. Además, las mencionadas obras supusieron una innovación respecto a trabajos contemporáneos, ya que –en las mismas– aparecen acontecimientos «político–bélicos». Sin embargo, “las representaciones más habituales hasta entonces versaban sobre asuntos mitológicos, religiosos o paisajísticos”, explica Herrera Casado.

– Pero, ¿cómo llegaron los referidos trabajos hasta Pastrana?

– Los tapices, por azares del destino, acabaron en manos de los Mendoza, que eran los señores de la villa –explica el cronista provincial–. Esta familia, al final, se los cedió a la Colegiata pastranera, donde se han mantenido hasta la actualidad.
Más allá de la Asunción…

Sin embargo, la riqueza monumental de esta población transciende al mencionado complejo religioso. De hecho, en su «almendra central» también destaca el «Palacio Ducal» –de estilo renacentista–, que preside la «Plaza de la Hora». Se comenzó a edificar en 1541 y el proyecto inicial corrió a cargo de Alonso de Covarrubias, uno de los arquitectos castellanos más renombrados del momento. Este conjunto patrimonial “lo mandó construir una abuela de la Princesa de Éboli, que era señora del lugar”, confirma el cronista provincial de Guadalajara.

Pero la transcendencia de esta infraestructura no sólo se limita a sus paramentos exteriores. “En su interior se conservan unos maravillosos artesonados platerescos, igualmente diseñados por Covarrubias. Asimismo, destacan sus zócalos de azulejería toledana de estilo mudéjar”, relatan los expertos. Y, como anécdota, en su torre de levante estuvo encarcelada la Princesa de Éboli entre 1581 y 1592, por orden de Felipe II.

A pesar de su relevancia, esta infraestructura palaciega “estuvo durante muchos años en la ruina”, denuncia Antonio Herrera Casado. “Pero, al final, fue rescatada por la Universidad de Alcalá (UAH). Y la rehabilitación que hizo fue muy buena”. Empero, la única «pega» es que las potencialidades que ofrece este monumento no se están aprovechando a pleno rendimiento. El complejo se encuentra infrautilizado. En consecuencia, no es extraño que la pretensión de volver a dar vida a este lugar se constituya como “una reivindicación histórica”, tal y como asegura el alcalde pastranero, Luis Fernando Abril.

Por ello, desde diferentes instancias se han puesto manos a la obra. “Recientemente, hemos mantenido una reunión con el rector de la UAH y estamos trabajando en el diseño de un programa de actividades más activo en el palacio. Debemos sacar partido a estas instalaciones”, confirma el primer edil. “Hasta ahora sólo se impulsaban cursos de verano y propuestas vinculadas al «Festival Ducal», que se organiza anualmente en la localidad”.

En cualquier caso, y hasta que se firme el mencionado acuerdo, el visitante puede seguir disfrutando de la riqueza monumental pastranera. Sólo hay que observar algunos de los conventos que –aún hoy– existen en la localidad. Entre ellos, el de San José y el del Carmen. “En la época de la piedad más acendrada de Castilla, que fue durante el siglo XVI, se crearon estos dos complejos”, confirma el cronista provincial. “Santa Teresa de Jesús, llamada por los Duques de Pastrana, se dirigió a la villa en torno a 1570 para fundar los mencionados centros”.

El primer ejemplo, el de San José, “perteneció a la Reforma del Carmelo, aunque posteriormente fue ocupado por monjas franciscanas concepcionistas”, aseguran los historiadores. El segundo caso –el Carmen– también merece una visita. “Entre sus religiosos destacó la figura de San Juan de la Cruz, quien fue maestro de novicios”, explican. “Éste fue un momento muy importante de la historia de Pastrana, porque en la localidad se reunió gran parte del reformismo y de la piedad castellana de la época”, confirma Antonio Herrera Casado.
Eventos durante todo el año…

Y si la riqueza monumental e histórica de este enclave alcarreño es impresionante, no lo es menos su intenso calendario de actividades. En la localidad se organizan diversas iniciativas a lo largo de todo el año. “Pastrana es uno de los municipios con más propuestas culturales, tradicionales y festivas de la provincia”, asegura el alcalde, Luis Fernando Abril. Entre ellas, las celebraciones de San Antón, de San Sebastián o de Santa Teresa de Jesús, así como «Los Mayos» o los actos en honor a la Virgen de la Asunción.

Además, se ha de mencionar la «Feria Apícola de Castilla–La Mancha», que este año se prolongará entre el 11 y el 14 de marzo. Igualmente, es digno de alabanza el «Festival Ducal» que acoge la localidad. “Se trata de una idea que ha despertado el interés de una gran cantidad público”, confirma el cronista provincial, Antonio Herrera Casado.

Durante la mencionada cita el visitante puede disfrutar de múltiples alternativas. “Esta propuesta se ha consolidado con una serie de actividades muy diversas, como teatros, títeres, conciertos de órgano, un mercado de época, recreaciones históricas, jornadas gastronómicas… Se trata de una celebración muy interesante y diferente, que presenta un importante rigor histórico. Mezcla lo lúdico con la investigación de nuestro pasado”, explica Luis Fernando Abril.

Los inicios del Festival hay que buscarlos en el compromiso ciudadano. “Comenzó como una iniciativa entre diferentes negocios hosteleros de la localidad y ha acabado conformándose como una fecha imprescindible dentro del calendario cultural de la provincia”, rememora el regidor. “Si no fuera por la implicación de los vecinos del pueblo, no podría desarrollarse”. Y como muestra, un botón. “Las obras de teatro que tienen lugar durante el encuentro se hallan representadas por vecinos de la localidad”. Por todo ello, desde el Ayuntamiento ya han solicitado que esta iniciativa sea declarada como «Fiesta de Interés Turístico Regional»…

Gracias a todo ello, “Pastrana cuenta con una potencialidad turística enorme”, asegura Antonio Herrera Casado. Una circunstancia que se observa a través de diferentes facetas, como la patrimonial, la histórica o la cultural. Por ello, nos encontramos ante una de las joyas de la provincia de Guadalajara. ¡No te la puedes perder!

Bibliografía.
GARCÍA LÓPEZ, Aurelio. «El Palacio Ducal de Pastrana». Guadalajara: «AACHE Ediciones», 2010.
HERRERA CASADO, Antonio. «La Princesa de Éboli. Una guía para descubrirla». Guadalajara: «AACHE Ediciones», 2000.
HERRERA CASADO, Antonio. «Pastrana. Paso a paso». Guadalajara: «AACHE Ediciones», 2009.