Pelagallinas, un valle serrano para pasear

El nombre lo delata. El agua siempre está fría. Da igual el mes que sea –julio o enero–, haya nieve o que los pastos estén abrasados por el calor. Quien se bañe en el río Pelagallinas siempre sentirá un escalofrío. «Pero, ¡¿qué pasa?! ¿Por qué siempre se encuentra gélido este arroyo?!», exclamará el visitante. Nadie sabe. Es un misterio sin resolver….

Además, el Pelagallinas ha formado un valle que se emplaza a las faldas del Alto Rey, muy cerca de Prádena y de Aldeanueva de Atienza. Por tanto, se sitúa en plena Serranía de Guadalajara. Asimismo, está calificado reserva fluvial y, al mismo tiempo, se sitúa inserto en el Parque Natural de la Sierra Norte, uno de los más diversos de Castilla–La Mancha.

De igual forma, el mencionado río ofrece muchas rutas. La más impresionante es la que lleva al caminante hasta «La Cueva del Oso», un abrigo rocoso a los pies de la sierra. Para llegar hasta allí se puede dejar el coche en el merendero existente en la reserva, a un costado de la carretera que conduce hacia Condemios de Arriba.

Desde este punto, se ha de tomar –a pie– una pista forestal que va paralela al río. Y tras unos cinco kilómetros entre pinares, fuentes y pequeños regatos, se alcanza una paradera desde la que se divisa la «cueva del oso». En consecuencia, se trata de una caminata muy fácil que se puede hacer en familia. Niños y abuela incluidos…