Pilar Martínez Taboada: “El patrimonio de Guadalajara es muy rico, pero mucho se encuentra en ruinas”

«Hispania Nostra» es una asociación sin ánimo de lucro, declarada de utilidad pública, que trabaja desde 1976 en favor de “la defensa, promoción y puesta en valor del patrimonio cultural y natural, considerado como vector de desarrollo social y económico”. Entre las acciones que impulsan desde la entidad se encuentra la definición de la «Lista Roja», “una herramienta de participación social creada con el fin de dar a conocer, sensibilizar y actuar sobre los elementos patrimoniales del territorio español en riesgo de desaparición”, explican sus impulsores. “Es una llamada a la acción, para evitar que nuestra herencia se pierda y pase a la «Lista Negra». Al contrario, nuestro anhelo es que se recupere y forme parte de la «Lista Verde»”, donde se incluyen los casos que, tras rehabilitarse, han asegurado su supervivencia.

Desde 2014, «Hispania Nostra» ha incluido a la iglesia románica de Villaescusa de Palositos en la «Lista Roja». Una decisión que –esperan– sirva de “aldabonazo” para poner de manifiesto la mala situación del monumento. El mismo se halla en un «equilibrio inestable» que, si se interviene a tiempo, podría mejorar. Desde Henares Al Día hemos querido hablar con Pilar Martínez Taboada, una de las tres delegadas de «Hispania Nostra» en Castilla–La Mancha, además de profesora de la Universidad Complutense de Madrid y cronista de Sigüenza. Con ella, charlamos sobre la situación de este complejo y las posibles soluciones a su entado de conservación. ¡No te pierdas la conversación!

¿Cuál es la relevancia patrimonial del antiguo templo parroquial de Villaescusa de Palositos, dedicado a la Asunción?
Se trata de un edificio románico, pero ya tardío. Se encuentra datado a finales del siglo XIII e inicios del XIV. Está realizado en piedra, una circunstancia que es muy interesante, ya que –a lo largo y ancho de la provincia– se emplearon diferentes materiales para los templos parroquiales, como el ladrillo o la pizarra. Además, se conformó como un modelo a seguir, con una sola nave, un presbiterio recto y un ábside semicircular. E, incluso, el conjunto fue muy importante en su momento, debido a que se ubicaba en un alto, presidiendo la localidad.

Pero el gran problema que ha sufrido el santuario ha sido el que ha afectado –en general– a todo el territorio guadalajareño. Me refiero a la despoblación, que propició el abandono tanto del oratorio como del pueblo en su conjunto. Asimismo, cuando se llevó a cabo el programa de recuperación del románico arriacense, y aunque el mencionado monumento se encontraba incluido en el proyecto inicial, no se ejecutaron las obras de consolidación. Finalmente, esta línea de subvenciones desapareció y no llegó el dinero para la recuperación del complejo

Así, el monumento ha ido sufriendo un mayor deterioro y, por tanto, la restauración es –cada vez– más cara. Al mismo tiempo, estamos en un periodo de recesión económica, lo que complica –aún más– la intervención patrimonial. No es que no exista el deseo de conservar los complejos históricos, es que la coyuntura fiduciaria actual es complicada. Empero, si la iglesia de Villaescusa de Palositos se hubiera restaurado en su momento –sin que hubiera sufrido tantos desperfectos–, habría sido un ejemplo singular del románico tardío de Guadalajara.

No obstante, en etapas económicas complicadas como la de hoy, el primer presupuesto que se recorta es el relativo al patrimonio histórico, cuando –en realidad– se debería apostar por este campo. Es un encanto que permitiría atraer a otras inversiones. Hay quien propone la solución del crowdfunding para rehabilitar los monumentos. Esta alternativa es buena para restaurar un retablo, pero para una iglesia –como la de Villaescusa–, que ha perdido completamente la cubierta, es más complicado…

Ha comentado que este santuario se hallaba en lo alto de Villaescusa de Palositos. ¿Por qué se ponían dichos complejos en la parte más elevada de la población? Algo que también ocurre en otros municipios, como Fuencemillán…
Cuando en determinados lugares no existía una torre antigua o una fortaleza, la iglesia poseía ciertas funciones defensivas. Nos referimos a los casos de pueblos pequeños, donde el templo era el referente, se constituía como el corazón del municipio. Se alzaba como un lugar en el que se divisaba todo el entorno. Era una suerte de eje de organización urbanística de la población que se encontraba a sus pies. Por tanto, y aunque ahora la antigua parroquia de Villaescusa parezca un complejo aislado, se encontraba en relación con el pueblo ubicado en su entorno.

Personalmente, en el caso de Villaescusa de Palositos, apostaría por una reforma integral. El problema es que esta solución es carísima. Y, además, cada vez que se deteriora más el monumento, se eleva el costo de la restauración. Sin embargo, hay otras alternativas, como las relativas a dar una solución a la cubierta desaparecida de esta iglesia. Pero el problema es que no hay recursos. Se han parado todas las financiaciones.

En cualquier caso, cuando una muestra patrimonial se encuentra muy dañada, se ha de buscar –de forma urgente– su consolidación. Un ejemplo son aquellos castillos en los que sólo queda un torreón. Hemos de consolidar lo que se conserva, para que no se incremente el deterioro.

¿Existe voluntad por parte del propietario de la iglesia de Villaescusa de Palositos –el Obispado de Sigüenza–Guadalajara– y de la administración competente en asuntos patrimoniales –la Junta de Comunidades de Castilla–La Mancha– en mantener con vida la iglesia románica de Villaescusa de Palositos?
El problema es que este templo es propiedad de la Iglesia, pero se ha quedado aislado en medio de una finca –en la que también se sitúa Villaescusa– que pertenece a otro propietario. Pero, al mismo tiempo, la Junta de Comunidades de Castilla–La Mancha, al haber declarado Bien de Interés Cultural (BIC) a este complejo en 2012, es –de alguna manera– responsable de su conservación. No en vano, cuando un edificio recibe esta calificación, se generan una serie de obligaciones. Entre ellas, que se pueda visitar, algo que –actualmente– no se puede llevar a cabo, al estar en ruinas. Además, el entorno del monumento –en el que se emplazan todos los accesos– es privado y el perímetro está cerrado, lo que complica la llegada hasta el mismo.

Fábrica La Hispano-Suiza, en Guadalajara capital. Foto Hispania Nostra

El patrimonio de la provincia de Guadalajara es muy rico, pero mucho se encuentra en ruinas. Entonces, a la hora de recuperarlo y/o consolidarlo, se elige aquel ejemplo que va a utilizarse o visitarse en una población. Y como en Villaescusa de Palositos no hay habitantes, no se terminan de implementar actuaciones. Por tanto, la solución pasaría por aplicar la filosofía de rehabilitar todos los «hitos» correspondientes a un «camino». No hay que olvidar que, por este lugar, discurre la «Ruta de la lana», una de las alternativas que van hasta Santiago de Compostela. Y la iglesia de la Asunción forma parte de dicha opción, razón por cual se podría recuperar si se atiende a la mencionada perspectiva.