El románico de Villaescusa de Palositos: camino de la desaparición

El abandono del patrimonio histórico en muchos lugares de España es dramático. A causa del descuido de propietarios y administraciones, siglos de vida se están cayendo en pedazos. Un pasado que ya no podrá ser disfrutado por las futuras generaciones. Y para comprobar esta triste –y desastrosa– realidad, sólo hay que dirigirse a Villaescusa de Palositos. Se trata de un despoblado perteneciente –desde 1977– al término municipal de Peralveche, aunque actualmente es de propiedad privada. En sus calles, se distingue el «armazón» de lo que fue la iglesia parroquial de la Asunción, de estilo románico.

En los últimos días, el estado del monumento ha vuelto a saltar a la palestra. El edificio, a pesar de estar declarado Bien de Interés Cultural (BIC) desde el 5 de junio de 2012, muestra una imagen deplorable. “Lo que parecía su salvación, gracias a que la legislación protege a los BIC, ha tenido el efecto contrario, debido a la inacción e irresponsabilidad de todos los implicados en su conservación”, aseguraba Carlos Otero Raiz, de la asociación de amigos de Villaescusa de Palositos. “Las leyes se quedan en las alambradas que proliferan en el lugar”, y que impiden el acceso al antiguo pueblo.

– Entonces, ¿cómo consideraría la conservación del templo de Villaescusa?

– En este momento, muy malo –confirma el cronista provincial de Guadalajara, Antonio Herrera Casado, en declaraciones a Henares Al Día–. Se encuentra deteriorándose año tras año y, de acuerdo a las últimas fotos que he visto, está a punto de colapsar.

En consecuencia, “la situación es más que preocupante”. De hecho, “el riesgo de derrumbe y desaparición es considerable”, explica el investigador Javier de Santiago Fernández. Sin embargo, “la presidencia de la Junta de Castilla–La Mancha, con quien he contactado recientemente, no está en disposición de solucionar el estado del BIC, ni tan siquiera de cumplir y de hacer cumplir la legislación en materia de protección y conservación del patrimonio”, denuncia Carlos Otero, de la asociación de amigos de Villaescusa de Palositos. A su vez, el propietario de la iglesia –el Obispado de Sigüenza–Guadalajara–, “no tiene intención de intervenir en el mencionado monumento, según ya ha manifestado en algunas ocasiones”.

Además, el gobierno regional “tampoco toma ninguna medida para eliminar el corte de los caminos públicos que conducen a Villaescusa de Palositos”, a pesar de que son “los únicos accesos posibles, ya que esta localidad nunca tuvo –ni tiene– carretera”, denuncian los afectados. Por tanto, el decreto regional 162/95, de 24 de octubre, sobre la «libre utilización de los caminos y vías de uso público en terrenos sometidos a régimen cinegético especial», “parece papel mojado”. Una circunstancia que potenciaría el aislamiento del despoblado y de su iglesia parroquial, con más de 800 años a sus espaldas.

En cualquier caso, en el artículo primero del decreto 162/95 se indica, muy claramente, que: «[…] la instalación de cercas perimetrales y cercados interiores, deberá llevarse a cabo respetando el libre tránsito por los caminos y vías de uso público». Esta disposición se complementa con el artículo segundo, en el que se prohíben poner «limitaciones directas o indirectas al libre tránsito por los caminos y vías de uso público».

E, incluso, en el artículo cuarto del referido texto legal se indica que «es infracción grave el cerramiento o cercado de terrenos sin autorización, o con incumplimiento de los requisitos establecidos en la misma, que impida o dificulte el libre tránsito por los caminos y vías de uso público». Unos preceptos legales que, aunque siguen vigentes en Castilla–La Mancha, se incumplen de manera fehaciente en Villaescusa de Palositos. El propietario de la finca donde se ubica el despoblado –y, por tanto, la iglesia– ha puesto barreras al campo, impidiendo el acceso al pueblo y a sus monumentos.

Ante dicha situación, hace algo más de un año se lanzaba #SalvemosVillaescusa, una campaña de recogida de firmas en change.org para pedir al Obispado seguntino, a la Diputación de Guadalajara y a la Junta de Comunidades de Castilla–La Mancha que protejan la parroquia de la Asunción en Villaescusa. Hasta ahora, se han recogido 18.265 rúbricas. Sin embargo, no se ha obtenido ningún resultado positivo por parte de los interpelados. Al menos, a día de hoy…

Y eso que la intervención de los responsables es urgente. De hecho, si se emprendiera alguna acción de conservación, el monumento podría salir de la «Lista Roja» de Hispania Nostra. La misma incluye a aquellos complejos históricos que se “encuentran sometidos a riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores, con el fin de darlos a conocer y lograr su consolidación o restauración”, explican desde la entidad. En este sentido, el cronista provincial señala que la iglesia románica de Villaescusa “cada año que pasa está peor, debido a una gran hendidura que tiene en la cabecera, ya sin techado”, relata.

– Pero, ¿cuáles son las causas del deterioro de ciertos monumentos en la provincia? Y, más concretamente, del complejo románico de Villaescusa de Palositos…

– Entre las principales razones de esta situación se encontrarían la despoblación y la falta de atención diaria a edificios que ya no tienen uso, como murallas, castillos, iglesias, palacios o fuentes –relata Herrera Casado–. Además, se van deteriorando aquellos ejemplos que se ubican en despoblados o en localidades de muy pocos habitantes.

Las posibles solucionesPor tanto, y ante esta situación, ¿qué medidas se deberían tomar para evitar un mayor deterioro del complejo? No existe un remedio único al respecto. Por ejemplo, Antonio Herrera propone: “promover, por parte de la Diócesis de Sigüenza–Guadalajara –propietaria del edificio–, o del Gobierno de Castilla–La Mancha, responsable de nuestro patrimonio, unas decisiones de urgencia para evitar su derrumbamiento. Entre ellas, la consolidación de muros, el tratamiento de hiendas y, sobre todo, la reposición de la cubierta”.

No obstante, y por desgracia, las medidas implementadas hasta ahora han ido en sentido contrario. “Cualquier solución ofrecida por parte de las administraciones, lejos de mejorar la situación, la ha empeorado, acelerando su constante deterioro”, denuncian los especialistas. “Un ejemplo fue la primera medida adoptada, consistente en desmontar el tejado del santuario, exponiendo los restos a los factores meteorológicos adversos, enemigos de cualquier construcción”.

Por otro lado, algunos expertos abogan por que aquellos complejos que cumplan con las condiciones requeridas, sean calificados como Bienes de Interés Cultural (BIC), ya que dicha consideración se alza como un reconocimiento de control. Legalmente, esta declaración establece unos límites en favor de la conservación, el mantenimiento y la difusión de los valores del monumento.

“Al tratarse de un BIC, el propietario de la iglesia –es decir, la Diócesis de Sigüenza-Guadalajara– está obligado por ley a conservarlo en las debidas condiciones, para evitar su deterioro”, complementa Marcos Guijarro, responsable de la asociación de Amigos de Villaescusa de Palositos. “Pero, hasta el día de hoy, el Obispado no se conforma con no cumplir con su responsabilidad, sino que impide que fructifique cualquier iniciativa por parte de las administraciones públicas”.

Por tanto, y como ocurre en Villaescusa, la consideración BIC no siempre es tenida en cuenta ni por los propietarios de los monumentos. Y para mayor gravedad, en 2018, Villaescusa de Palositos se ponía a la venta. Se enajenaba gran parte de la finca en la que se ubica el despoblado. Y el precio de salida era de 2.700.000 euros. El anuncio calificaba el emplazamiento como “finca agrícola y ganadera, con fácil acceso desde Madrid”. “Disfrutarás de un terreno de 2.740.000 metros cuadrados, distribuido para ganadería, agricultura, picadero, cuatro casas rústicas construidas alrededor de una plaza empedrada de 500 metros cuadrados, agua propia de manantial, e instalaciones impecables”, se añadía en la publicidad. En ningún lado se mencionaba la ruina galopante de la iglesia…

La relevancia del edificio

Iglesia de la Asunción de Villaescusa de Palositos.

Pero, si se encuentran tan arruinado, ¿por qué es popularmente conocido el antiguo templo parroquial de la Asunción? Es una iglesia románica de tipo rural, pero guardando las esencias capitales del estilo y, además, firmada por su autor”, asevera Antonio Herrera Casado. Se trata de “un edificio con destacada portada de arco de medio punto adornado de bolas, así como un sencillo –pero perfecto– ábside semicircular, dividido en cinco tramos, en el que una ventana central da testimonio de su calidad”.

Es un complejo de estilo tardorrománico del siglo XIII, emplazado en lo alto de un cerro, desde el que se otea todo lo que fue –en su día– el casco urbano de Villaescusa de Palositos El templo cuenta con una sola nave, aunque si en algo es original, es por la disposición de su espadaña, levantada sobre el muro sur y no sobre el de poniente, como es lo habitual en las construcciones católicas de su tipo.

En la misma, se distinguen varios cuerpos. El primero coincide con la fábrica de sillares del muro sur, mientras que el segundo –más elevado– tiene forma triangular con lados curvos. Asimismo, en su estructura se suceden dos huecos para las campanas, con arco de medio punto y, sobre ellos, otro más pequeño, que corona el conjunto. El acceso a la parroquia es muy sencillo, con arquivoltas enmarcadas, mirando hacia el sur. El interior se encuentra dividido en tres tramos.

El inicio del abandono

XIII Marcha de la Flores.- Villaescusa de Palositos

A pesar de las últimas noticias, el asunto de Villaescusa de Palositos tiene un largo recorrido a sus espaldas. Esta localidad se encuentra deshabitada desde la década de 1970, debido al éxodo rural. Llegó a ser un municipio independiente, pero las edificaciones que quedaron en pie se incorporaron –en lo político– al término de Peralveche. Lo hicieron en 1977. Además, y con el discurrir de los tiempos, los terrenos del antiguo pueblo cayeron en manos privadas, traspasándose entre diferentes propietarios a lo largo de los años.

“Para nosotros, la problemática comenzó el 29 de abril de 2006, cuando ؘ–con motivo de la primera «Marcha de las Flores»– nos dirigimos a Villaescusa y nos encontramos con el camino público cortado por unas puertas metálicas. Y, tras ellas, varios miembros de la Benemérita impidiéndonos el paso y protegiendo los intereses del propietario parcial, como si fuera el único dueño de todo lo allí contenido”, denuncia Marcos Guijarro.

Desde entonces, se ha realizado una protesta anual, en la que se exige el libre paso por los caminos públicos, así como el acceso al cementerio y la consolidación de la antigua iglesia de la Asunción. Una lucha que, visto el estado de conservación tanto del templo como del despoblado en su conjunto, no puede parar. ¡Larga vida para Villaescusa de Palositos!

Bibliografía
CONDE SUÁREZ, Raúl, y DE JUAN GARCÍA, Ángel. «101 cosas que hacer en Guadalajara». Guadalajara: Editores del Henares, 2016.

DE SANTIAGO FERNÁNDEZ, Javier. «La inscripción de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción en Villaescusa de Palositos (Guadalajara)». En José María Luzón Nogué, Jorge García Sánchez, Irene Mañas Romero, Fabiola Salcedo Garcés (coords.). Navigare necesse est: estudios en homenaje a José María Luzón Nogué. Madrid: Universidad Complutense de Madrid, 2015.