¿Qué lee el Doncel de Sigüenza?

Estatua funeraria de El Doncel de Sigüenza
Estatua funeraria de El Doncel de Sigüenza

El Doncel de Sigüenza en su monumento funerario con un libro abierto en sus manos ¿qué estará leyendo?

Martín Vázquez de Arce era hijo de un consejero del cardenal Pedro González de Mendoza, fue paje del primer duque del Infantado y su familia estaba compuesta por hidalgos o caballeros, que es a lo que se infiere de su tratamiento como “Doncel”. Hago esta presentación para mostrar su familiaridad con la cultura.

Situado en el ambiente de la catedral y en el tránsito severo desde la muerte a la eternidad, pienso que lo que puede estar leyendo el Doncel ha de ser un libro de oraciones. Un Libro de Horas que podría contener un conjunto de oraciones, himnos, salmos y reflexiones. Pero aunque la idea es muy sugestiva no puede ser cierta pues los libros de Horas se leían de rodillas en lujosos reclinatorios.

A veces dudo si las pupilas del Doncel están ligeramente dirigidas por encima del libro como si alternase la meditación con la lectura.

Siendo de una sociedad fascinada por la astronomía, es posible que estuviera leyendo sobre el sistema heliocéntrico de Copérnico, o el descubrimiento de las lunas de Júpiter y entre ellos el telescopio. La matemática y la geometría no habrían de resultarle extrañas.

¿Tendría en sus manos un tratado de Guillermo de Ockham o de su profesor de filosofía,
Duns Scoto? Ambos apostaban método científico como un pilar de la ciencia.

Quizá fuera un libro de la Gaya Ciencia, la poesía. En la casa paterna tendría a mano las Cantigas de Santa María del rey Sabio, el Libro de buen amor del Arcipreste de Hita, las sátiras de Pedro López de Ayala. También habría de disfrutar con los poemas amorosos y también satíricos de su contemporáneo Juan de Mena. Pero más aún con Jorge Manrique, con el que compartió la nobleza de ser un poeta soldado. Manrique escribió las maravillosas Coplas a la muerte de su padre y murió combatiendo frente al castillo de Garcimuñoz como Martín en la Acequia Gorda de Granada. ¿O está leyendo un libro de hazañas?

¿O leería un libro de guisados como el de Ruperto de Nola? En tal caso estaría convocando a las estrellas que pasados los Siglos vendría a repartir Michelin a los dos magos cocineros de Sigüenza.

María Antonia Velasco
Escritora