2016 año del V Centenario del Nacimiento de Ruy Gómez de Silva, el I Duque de Pastrana

pastrana_fitur01Si el pasado 2015 fue, especialmente, el año del V Centenario de Santa Teresa, en éste 2016 se conmemora igualmente el quinientos aniversario del nacimiento del gran duque de Pastrana, que convirtió a la localidad en Villa Ducal.

En 2016, Pastrana vuelve a estar de aniversario. El recién comenzado es el año en el que la localidad le va a rendir un homenaje especial, precisamente a quien la convirtiera en villa ducal, Ruy Gómez de Silva, el I Duque de Pastrana. A él estará especialmente dedicado el Festival Ducal, en julio de este año, cuando se cumplen quinientos años de su nacimiento.

Ruy Gómez de Silva (1516-1573) nació en Chamasca (Portugal) en 1516 y murió en 1573 en Madrid. Pertenecía a una familia aristocrática portuguesa, de la considerada nobleza menor. Llegó a España, siendo aún niño, con su abuelo Ruy Téllez de Meneses, mayordomo mayor de la emperatriz Isabel, esposa de Carlos I. A los nueve años fue nombrado menino de la emperatriz y, al morir esta, se convirtió en paje del príncipe Felipe.

Su infancia transcurrió en el palacio real, junto al futuro Felipe II, y entre ambos se forjó una gran amistad que se conservaría hasta la muerte de Ruy Gómez.

pastrana_fitur02Su carrera política comenzó en 1548, año en que, formando parte del séquito principesco, acompañó a Felipe en su primer viaje por Europa; a partir de ese momento se forjó un fuerte vínculo de amistad entre él y el futuro rey. Al regresar a Castilla, y como señal de amistad, el príncipe proyectó casar a su fiel servidor con la hija de los Príncipes de Mélito, doña Ana de Mendoza, rica heredera perteneciente a uno de los linajes más poderosos de la monarquía, los Mendoza que, como dinastía nobiliaria, conformaban desde el siglo anterior un compacto bloque de poder en la Corte.

A finales de 1552 se concertó el proyecto matrimonial; se firmaron las capitulaciones al año siguiente, aunque éste no se consumó hasta 1557, pues Doña Ana contaba en ese momento con trece años.

Ruy Gómez estuvo ausente de España los siguientes cinco años. Felipe lo reclamó imperiosamente para que lo acompañara a Inglaterra, donde se llevó a cabo el segundo matrimonio del todavía Príncipe con la reina María Tudor en 1555.

Ruy Gómez no contaba entonces con títulos que le permitieran encontrarse entre el séquito principesco, pero Felipe, ya rey de Nápoles, haciendo uso de su facultad soberana, otorgó a don Ruy el título napolitano de príncipe de Éboli. Con el título de príncipes de Éboli ha pasado a la historia tanto él como su esposa, pese a que reunieron otros tan ilustres como el de Príncipes de Mélito, Duques de Estremera y Francavilla y Duques de Pastrana, por el que quisieron ser conocidos en la época.

Es en esta época cuando Ruy Gómez conoció a fondo Italia, sus florecientes estados independientes, su próspero desarrollo económico, el bienestar de sus súbditos, su renovada cultura renacentista y la brillantez de sus cortes nobiliarias; éstos serían los ingredientes ideológicos con los que, más adelante, creara su propio estado señorial en Castilla, el Ducado de Pastrana.

Al subir al trono, Felipe II (1556) hizo de Ruy Gómez su secretario de máxima confianza; lo nombró ‘sumiller de corps’, lo que le permitía una presencia continua al lado del monarca, consejero de Estado y de Guerra, con la consiguiente influencia sobre las decisiones de política internacional, Intendente de Hacienda, primer Mayordomo del Príncipe Carlos y Grande de España.

Ruy Gómez iniciaba su ascensión dinástica con el afianzamiento de su linaje en las más altas cotas de la aristocracia castellana al sellar, de forma definitiva, con su matrimonio en 1557, la alianza establecida con el clan nobiliario de los Mendoza.

En 1569 Ruy Gómez adquirió el Estado territorial de Pastrana, cuando su carrera política había llegado a su máxima cota y su influencia sobre el rey empezaba a declinar. Esta influencia, que se había iniciado cuando Ruy Gómez formaba parte del séquito del Príncipe Felipe en su primer viaje a Europa, se ratificaba con la concesión de un título ducal sobre una amplia base territorial, el Estado de Pastrana en 1572.

Como Duque de Pastrana, llevó a cabo una importante obra cuya filosofía estaba en plena concordancia con las ideas políticas que preconizaba en la Corte. A partir de la compra, desplegó una dinámica labor dirigida a convertir sus estados en una auténtica villa ducal.