El alcalde de Illana, entre el populismo y la irresponsabilidad

el encierro
Imagen de uno de los encierros por el campo celebrado en la Alcarria. // Foto: Henaresaldia.com

Sorprende que justo cuando el Partido Popular hace tanto hincapié (con razón) en la necesidad de cumplir la ley, en Cataluña y fuera de Cataluña, un alcalde de este partido suspenda un festejo taurino en Guadalajara –pásmense- por el despliegue de la Guardia Civil. Menos mal que no ha sido un zarrapastroso alcalde o concejal de Podemos el que ha proferido tamaña ofensa al Instituto Armado y a la legalidad porque entonces los alaridos contra el populismo hubieran resonado más allá de la linde provincial.

El alcalde de Illana, Francisco Javier Pérez del Saz, decidió hace escasos días suspender el encierro por el campo que estaba previsto para este sábado 9 de septiembre y sustituirlo por una suelta de reses por las calles. La medida fue adoptada, según explicó a varios medios locales, por el gran despliegue de la Benemérita, lo que a su juicio iba a suponer muchas multas a los participantes. Se da la paradoja que, según el currículo que consta en la página de la Diputación Provincial, Pérez del Saz llegó a trabajar en el Ministerio de Defensa en la “Plana Mayor de la Guardia Civil”. Atiza.

Vayamos al tema. El dispositivo al que hace referencia el primer edil de este municipio alcarreño estaba compuesto de 12 agentes y un helicóptero, en cumplimiento estricto del reglamento taurino vigente en Castilla-La Mancha. Que el alcalde de Illana califique este despliegue de “desproporcionado, desmesurado y arbitrario” (Guadalajara Diario) resulta demagógico, populista e irresponsable.

Demagógico porque pone en el punto de mira a la Guardia Civil y a la norma que regula los festejos taurinos en la provincia, y no a los excesos con las reses, tan habituales en esta clase de encierros. “Si hay indicios de que va a haber un atentado yihadista en mi municipio ese día, lo lógico sería que seamos partícipes en el ayuntamiento para que colaboremos”, afirmó sin despeinarse.

Populista porque supone dar cobertura política a planteamientos que el primer edil sabe que están en línea con lo que quieren oír aquellos que acuden a estos encierros, precisamente, para hacer el campo suyo y acosar a los toros.

E irresponsable porque un alcalde de un municipio como Illana, que además es diputado provincial del PP, no puede prestarse al juego de cuestionar la presencia de la Benemérita por el simple deseo de complacer a quienes corren y participan en este festejo.

El encierro previsto, según Pérez, “iba a estar deslucido” y hubiera provocado  “multitud de multas (sanciones administrativas) a los participantes”. ¿Y esto por qué? ¿Porque iba a ver muchos guardias civiles o porque tanto ayuntamientos como participantes en los encierros siguen aprovechando los resquicios que deja el reglamento para acosar al toro, que al parecer es el verdadero divertimento de este tipo de espectáculos cuyo interés no alcanzo a comprender?

Ignoro si en Illana, durante los últimos años, se han producido altercados de referencia o sanciones en sus encierros. Lo que sí es evidente, porque basta abrir los ojos para ello, que en estos festejos se producen con asiduidad y normalidad asumida situaciones de maltrato a las reses, lo que además de vulnerar la normativa supone un acto despreciable de maltrato animal.

El último reglamento aprobado por la Junta de Castilla-La Mancha reforzó la seguridad, endureció las condiciones y encareció el coste de los encierros. Sin embargo, aún hay muchos alcaldes, como el de Illana, que confunden todo esto con querer “cargarse las tradiciones de Guadalajara”. Y no es el único. Leo en El Día que el alcalde de Almoguera ha enviado incluso una carta al ministro del Interior para mostrar su “cabreo” ante la “desproporcionada” presencia de Guardia Civil en los encierros de este pueblo.

Quizá el reglamento de la Junta se ha quedado a medias. Quizá los consistorios, aprovechándose que la norma no fija un máximo de plazas, siguen colando un número excesivo de coches “autorizados”, que en teoría están destinados a ayudar a la organización. Quizá, efectivamente, las salvajadas que muestran los vídeos del PACMA en algunos festejos en Guadalajara no se reproducen en todos los encierros por el campo que se llevan a cabo, sobre todo, en la Alcarria.

Quizá.

Convendría, no obstante, rebajar las dosis de demagogia y actuar conforme a la seriedad que obliga a alcaldes que han ejercido o ejercen labores de responsabilidad en instituciones mayores que un ayuntamiento. En caso contrario, la ciudadanía no entendería por qué el PP, que ha amparado al alcalde y diputado provincial díscolo, defiende el uso de las fuerzas de seguridad para ejecutar un desahucio, desalojar un edificio okupado o vigilar una imprenta con papeletas del referéndum independentista pero no para controlar debidamente un encierro por el campo en Illana.