Asistir al encierro de Brihuega

Guadalajara es una provincia eminentemente taurina. Prácticamente no hay pueblo de cierta entidad en la provincia que, durante sus fiestas patronales, no celebre un festejo taurino, ya sea un encierro por las calles de la localidad o alguna corrida de toros.

Brihuega ocupa, por derecho propio, el primer puesto en cuanto a festejos taurinos de gran relevancia. Es en la villa briocense donde tiene lugar uno de los encierros taurinos más antiguos de España, ya que se tiene noticias de su celebración desde el siglo XVI. Se trata de un encierro muy característico porque se celebra por el campo y atrae cada año a miles de visitantes. Posee la declaración Fiesta de Interés Turístico Regional y también la de Interés Turístico Provincial.

Además, la villa de Brihuega celebra durante el año otros acontecimientos taurinos como la corrida de primavera y en la que participan siempre los primeros espadas del escalafón. También en las fiestas de agosto se programa una interesante corrida, además de una novillada en las ferias de octubre.

En lo que se refiere al encierro de agosto, según un libro de cuentas del ayuntamiento, los orígenes se remontan a 1584, cuando se establece una entrega de una cantidad de dinero a un carpintero para realizar los trabajos necesarios en madera para el encierro. En 1710, para conmemorar la victoria de Felipe V en la batalla de Villaviciosa y el Asalto a Brihuega en la Guerra de Sucesión, se celebró un extraordinario festejo taurino con un encierro. El acontecimiento fue arraigando posteriormente. Ya en el siglo XX, hasta los años sesenta, los toros eran llevados por su ganadería hasta un cercado situado a unos kilómetros de Brihuega donde pernoctaban unos días. En la mañana del día 15 de agosto, los mozos trasladaban los morlacos hasta el paraje de Valdelamadera, un lugar fresco y con pastos donde el ganado descansaba y pasaban el resto de la jornada. Por la noche eran llevados al paraje de Valdeatienza. Al día siguiente, se les bajaba hasta la iglesia de San Felipe, donde permanecían encerrados en el cercado que allí se habilitaba. Ya de madrugada eran transportados hasta la plaza de toros.

Actualmente, Brihuega dispone de plaza de toros estable y los astados son trasladados hasta los chiqueros de la plaza para ser soltados a media tarde del día 16, para luego subir en carrera por las calles del pueblo hasta el parque de María Cristina. En este punto, la tradición manda que continúen por la carretera hasta la salida del pueblo, siendo allí recogidos por los jinetes y trasladados hasta los parajes de La Alcarria y los montes cercanos a Brihuega.

Posteriormente, la manada es agrupada en el campo hasta la madrugada para ser llevada de nuevo al pueblo, esta vez entrando por San Miguel hasta San Felipe, donde son encerrados en un cercado hasta la mañana el 17. Ese día son bajados en rápida carrera hasta la plaza de toros. Y, tras ser encerrada la manada en los corrales, hay una suelta de vaquillas.

La fiesta del encierro de Brihuega atrae a miles de aficionados en una tarde calurosa de verano. Y es éste, sin duda, el encierro más importante de cuantos se celebran en la provincia de Guadalajara.