Cifuentes, la villa condal

Algunos municipios de Guadalajara se encuentran presididos –majestuosamente– por la efigie de sus castillos. Un ejemplo es Cifuentes, una localidad con siglos de historia a sus espaldas. De hecho, gran parte de su pasado se encuentra vinculado a un único linaje –el de los Silva–, que ostentó el Condado formado en torno a esta villa y cuyos componentes llegaron a ser alcaides de la fortaleza. No en vano, estos nobles engrandecieron a la localidad. Una política que, aún hoy, se observa en sus calles, donde existe una gran variedad de palacios y edificios religiosos majestuosos

Pero, ¿cuál es la historia de los Silva? A finales del siglo XV, algunos miembros de esta familia tuvieron que abandonar sus posesiones portuguesas y se vieron obligados a establecerse en Castilla, debido al apoyo que brindaron a Juan I en sus batallas para conseguir la corona lusa. Tras ello, la estirpe comenzó a prosperar. “En menos de un siglo, la mencionada familia experimentó un rápido ascenso social y político. Sus titulares se elevaron desde su condición de caballeros toledanos –vinculados a otros aristócratas– a los de componentes de la «nobleza titulada», con prestigio reconocido en todo el reino”, relata la historiadora María Begoña Riesco.

De hecho, el Condado de Cifuentes se creó en abril de 1456 por Enrique IV de Castilla. El primer concesionario de este título fue Juan de Silva y Meneses. “La estrecha relación del I conde de Cifuentes con el rey y su valido, así como sus cualidades personales para la política, contribuyeron –de forma decisiva– al despegue patrimonial de este linaje bajo su jefatura”, añade Riesco.

Sin embargo, el Señorío cifontino se fue edificando poco a poco, de manera progresiva. El tercer conde, Juan de Silva II (1469–1512), realizó adquisiciones para el dominio de la villa, como Huetos y Ruguilla. Un trabajo que siguió con los siguientes titulares del Señorío. “Su nieto continuó su política patrimonial, comprando a don Alfonso Carrillo de Acuña los lugares de Gárgoles de Yuso, Gárgoles de Suso, Sotoca, Henche, Solanillos, Olmeda del Extremo y Ureña del Campo. También adquirió –a los mitrados seguntinos– Escamilla, Alaminos y Renales”, explican los investigadores. Asimismo, “completó el territorio señorial con Ciruelos, gracias a los tratos con Isabel de la Cadena”.

De igual forma, “la estrecha vinculación de esta estirpe con la monarquía castellana determinó el predominio absoluto de las mercedes regias frente a cualquier otra forma de adquisición de bienes patrimoniales. Los reyes, a través de estas concesiones, supieron premiar los valiosos servicios prestados por los titulares del referido linaje”, subrayan los especialistas.

En este contexto, las donaciones monárquicas a los Silva comenzaron bajo el mandato de Juan II. Y entre las más importantes se encontraron los castillos de Atienza, Molina de Aragón y Cifuentes –obviamente–. “El oficio de alcaide, o encargado de guardar la fortaleza, era encomendado a los nobles, por considerarlos debidamente preparados para el desarrollo de estas funciones”. De hecho, “los aristócratas la consideraban como una merced regia más –complementaria a la señorialización–, llegando a disfrutar de esta tenencia de forma vitalicia e, incluso, hereditaria”.

Un luengo pasado
Esta villa se mantuvo bajo los designios de los condes hasta la abolición de los Señoríos. Sin embargo, los orígenes de Cifuentes –como localidad– transcienden a la llegada de los Silva. La creación del enclave poblacional analizado se hunde en la noche de los tiempos. Pero “es un hecho que durante el reinado de Alfonso Vil se avanzó considerablemente en la repoblación de la actual provincia de Guadalajara, actividad en la que tuvieron un papel de primera magnitud las villas de Atienza, Medinaceli y Molina, así como los obispos de Sigüenza”, señala María del Mar Graña. En este sentido, la localidad atencina “era ya una gran fortaleza en 1119, y presidía un extenso territorio en proceso de crecimiento en dirección al Tajo, donde pronto se incluyó Cifuentes”.

A partir de este momento, la aldea cifontina recibió diversos impulsos que favorecieron su crecimiento. Y con el paso de los años, este emplazamiento suscitó el interés de los poderes políticos. No en vano, “Alfonso X otorgó, en 1255, a su antigua amante, doña Mayor Guillén, la villa de Alcocer con Viana, Azañón, Valdeolivas y otros lugares, entre los que se encontraban Cifuentes y Palazuelos, ambos pertenecientes a la jurisdicción de Atienza”, explica Graña Cid. Así, y progresivamente, el pueblo de las Cien Fuentes fue creciendo lo suficiente como para tener una entidad propia, siendo desgajado del núcleo atencino. De esta forma, obtuvo jurisdicción propia.

Castillo de Don Juan Manuel, en Cifuentes. // Foto: Turismo Castilla-La Mancha.

Esta dilatada historia ha permitido a la localidad contar con un rico patrimonio monumental. De hecho, llegó a poseer murallas –edificadas a comienzo del siglo XIV– o el castillo, cuya construcción se inició en 1324. Incluso, a finales del XV, tanto en su núcleo urbano como en sus cercanías, se llegaron a contabilizar seis hospitales. Todo ello, además, unido a la gran cantidad de edificios pretéritos que, actualmente, se pueden visitar en la localidad. Entre ellos, la ermita del Remedio –edificada en el siglo XV– o la iglesia del Cristo Salvador. Este templo de estilo románico fue levantado a finales del XIII sobre la base de otro templo anterior.

Por tanto, nos encontramos ante un municipio –Cifuentes– en el que se combina magistralmente un importante pasado condal con un relevante legado patrimonial. Todo ello, además, emplazado no muy lejos del Alto Tajo, donde el medio ambiente alcanza su máximo de suntuosidad. En consecuencia, el caminante tiene la oportunidad de gozar de grandes potencialidades –naturales, monumentales e históricas– en un mismo entorno. Todo un lujo. ¡No te lo puedes perder!

Bibliografía
GRAÑA CID, María del Mar. «Urbanización y conexiones con el medio agrario durante la Baja Edad Media: el ejemplo de la villa alcarreña de Cifuentes», En la España medieval, 15 (1992), pp.: 121–136.
RIESCO DE ITURRI, María Begoña. «Propiedades y fortuna de los condes de Cifuentes: la constitución de su patrimonio a lo largo del siglo XV», En la España medieval, 15 (1992), pp.: 137-160.
SERRANO RODRÍGUEZ, Eugenio. «Los Silva y el Condado de Cifuentes: auge y disgregación de un patrimonio nobiliario (siglos XIV–XVIII)», Tiempos modernos: Revista Electrónica de Historia Moderna, 10, 41 (2020), pp.: 92–119.