Cifuentes también tuvo una sinagoga

Una parte de la historiografía española continúa enfatizando la supuesta buena convivencia medieval de cristianos, musulmanes y hebreos en territorio peninsular. Y es cierto que coexistieron a lo largo de centurias, por lo que –a falta de estudios más profundos que analicen los vasallajes entre dichos grupos– queremos centrarnos en el patrimonio que –cada uno de ellos– nos ha legado hasta la actualidad. Y, más concretamente, deseamos observar la herencia judía en la provincia, que ha sido –y sigue siendo– muy desconocida por la población.

Algunas de las aljamas arriacenses más importantes se encontraron –por ejemplo– en Molina de Aragón, en Sigüenza o en Guadalajara capital. Sin embargo, existieron otras muchas. Entre ellas, en Cifuentes. “No es de extrañar –dada la fundación del Señorío cifontino por Alfonso X El Sabio– que en la villa se estableciera una comunidad judía de relevancia, ya que este monarca los protegió constantemente, concediéndoles una situación jurídica elevada, mediante la promulgación de leyes favorables, hasta llegar a tener alcaldes propios para juzgar sus pleitos internos”, narra la investigadora Carolina Nonell Masjuán.

Junto al apoyo regio, la alta nobleza también se presentaba como protectora de los hebreos. De hecho, los aristócratas siempre estaban ávidos de recursos. “La habilidad semita para los negocios y las grandes riquezas que poseían, facilitaban a algunos linajes cristianos la solución de sus problemas económicos”, complementa Nonell Masjuán.

Para muestra, el caso del infante Juan Manuel [señor de Cifuentes], que requirió de los servicios sionistas durante una revuelta en la que apoyó a Alfonso XI. Así, este noble permitió que “los judíos alcanzaran puestos de gobierno en el concejo de la localidad”, confirman fuentes de la comunidad sefardita en España. Por tanto, no es extraño que la presencia hebrea en la localidad esté documentada desde hace –al menos– 700 años.

Y aunque se desconozcan documentos sobre antisemitismo en la población, “la judería de Cifuentes debió verse afectada por la disputa en la sucesión al trono que mantuvieron Pedro I «El Cruel» y su hermanastro Enrique II de Trastámara”. No hay que olvidar que el primero de los monarcas pasó a ser señor de Cifuentes tras el fallecimiento –sin descendencia– del afamado «infante–escritor». Además, “siempre contó con el apoyo de los judíos, a pesar de que no evitó que sus soldados los acosaran”, explican los investigadores.

Pero una vez derrotado Pedro I en la batalla de Montiel, la población hebraica de la villa alcarreña vio complicada su supervivencia. Una situación que tuvo su clímax en su expulsión de Castilla, acaecida el 31 de marzo de 1492. Esa fecha fue la elegida por Isabel I para aprobar una real provisión que mandataba el destierro de la referida población semítica. A partir de este momento, aquellos que no renunciaron a su fe hubieron de marcharse, mientras que otros prefirieron renunciar a su credo para «abrazar a Cristo», con el fin de no perder su modo de vida. Estos últimos fueron conocidos como los «conversos» y estuvieron mal vistos por los «cristianos viejos», que se autocalificaban como guardianes de las creencias católicas…

A pesar de ello, la presencia de los seguidores de Yahvé en Cifuentes también ha dejado su huella en las calles de la localidad. Y lo ha hecho mediante el legado patrimonial existente en el municipio. Para comprobarlo, sólo hay que acudir a la sinagoga situada en una de las calles cifontinas. Se trata de una “casa señorial del pueblo que confirma la presencia hebrea en el enclave”, aseguran fuentes sefardíes especialistas en la materia.

El complejo se domicilia en una de las vías que comienza en los laterales de la plaza Mayor. “En la parte mediana de la referida vía se distingue un gran caserón de artística fachada, con salidizo sobre el portalón que muestra una decoración de influencia mudéjar”, explica Carolina Nonell Masjuán. “Corona la portada un bello arco conopial gótico florido”. Además, “esta puerta da acceso a un amplio patio, en el que es fácil apreciar su antigua belleza, a través de la elegancia de sus elementos arquitectónicos, entre los que se encuentran esbeltas columnas y capiteles, sobre las que descansan sobrios arcos”.

Asimismo, una escalera da acceso al piso superior, que se define por su amplitud y buena iluminación. Algo que se logra gracias a la existencia de diversos ventanales que dan al exterior y por los que entra la luminosidad. “En determinadas habitaciones se conserva el artesonado –de gran interés–, mientras que la sucesión de bancos, bargueños y otros muebles existentes en las estancias denotan la antigüedad del conjunto”, explica Nonell Masjuán.

Así, en la localidad “se ha conservado la tradición del carácter de sinagoga respecto a este caserón”. De hecho, pudo tratarse de “un punto de reunión de una importante comunidad judía perteneciente a esta villa. Y, probablemente, le precedería un anterior edificio, tal vez de la época de constitución de la villa en Señorío”, tras su separación del territorio atencino, acaecido bajo el reinado de Alfonso X El Sabio.

La fama del referido edificio ha sido tal que el premio Nobel de Literatura Camilo José Cela lo mencionó en «Viaje a la Alcarria», una de sus obras cumbre. Cuando el gallego pasó por el lugar, escribió esto: “Es una casa de dos plantas, con las ventanas más bien pequeñas y un patio de columnas. En el mismo hay un pozo de alto brocal, tapado con unas tablas”. Por tanto, dicho templo semítico siempre será eterno, gracias a la referencia del reconocido literato.

Como se ha podido observar, Cifuentes “conserva –actualmente– varias reliquias de su glorioso pasado”, confirma Carolina Nonell Masjuán. A la mencionada sinagoga, se ha de unir su plaza Mayor porticada, “típica muestra de este tipo de espacios en Castilla”. Todo ello, sin olvidar su fortaleza, los restos de sus murallas, los diversos templos –iglesias y conventos– emplazados en su interior o los palacios y caserones que trufan su casco urbano. Gracias a ello, dicho enclave alcarreño bien merece una visita. ¡No te la pierdas!

Bibliografía.
CELA Y TRULOCK, Camilo José. Viaje a la Alcarria. Barcelona: Destino, 2010.
NONELL MASJUÁN, Carolina. «Una antigua sinagoga en Cifuentes», Wad-al-Hayara: Revista de estudios de Guadalajara, 4 (1977), pp.: 245–47.