El encierro vuelve a Cabanillas tras una década, y con un respaldo rotundo de público

De extraordinario éxito de público y participación hay que calificar el cosechado por el encierro por las calles de la tarde del sábado en Cabanillas del Campo. Por primera vez en la última década volvía a celebrarse una suelta de reses de estas características en la localidad, y el festejo reunió a cerca de 4.000 personas a lo largo del recorrido, según cálculos de la Policía Local.

La calle Valdemoma, que comunica la plaza portátil con el Ferial, fue el lugar elegido para este encierro, y el recorrido presentaba desde minutos antes de las 20 h. un aspecto inmejorable, tanto dentro como fuera de las talanqueras.

Comenzó puntual el encierro, con la suelta de un novillo al cajón, y luego se soltó además otro desde los chiqueros de la plaza, en el otro extremo del recorrido, así como finalmente una vaquilla, que ayudó a reconducir a los bureles cuando estos ya estaban más cansados en la parte final del festejo.

Con la ayuda de los mansos, los miembros de la Comisión Taurina de Fiestas, de la Peña Taurina La Campiña y otros voluntarios fueron haciendo subir y bajar varias veces a las reses entre la plaza y el final del recorrido, y aunque el juego fue muy desigual, pudieron verse algunas carreras y quiebros bonitos.

No hubo que lamentar ningún incidente de consideración, ni contusiones ni heridas por asta de toro, con la única excepción de un pequeño varetazo sin trascendencia, que fue atendido por el personal médico. Tras las dos horas reglamentarias de suelta, el encierro concluyó con el enchiquerado de las reses en la plaza portátil, en el que ha sido el último de los tres festejos taurinos, ninguno de ellos cruento, celebrados este año en Cabanillas.

Previamente, carretones; y después, verbena de jubilados

Una hora antes, y por el mismo recorrido, la Peña Taurina La Campiña de Cabanillas organizó como actividad infantil un “simulacro de encierro”, con carretones, que también resultó todo un éxito de participación de los pequeños, que se dieron cita por cientos.

Tras la celebración de los dos encierros, la actividad festiva se trasladó a la Plaza del Pueblo, donde cientos de personas participaron en una nueva comida popular de estas Fiestas: la Barbacoa de Jubilados, y la posterior verbena especialmente pensada para los más mayores de la localidad.