La provincia de Guadalajara posee muestras muy interesantes de románico meridional. Sigüenza, Brihuega, Aldeanueva de Guadalajara, Molina de Aragón, Atienza o Albendiego son claros ejemplos de ello. Sin embargo, cuando se menciona esta corriente arquitectónica, muy pocos se remiten a otros municipios que –a pesar de ser más pequeños– también cuentan con monumentos de la época. Henche es una muestra esta aseveración. Su iglesia tiene casi ocho centurias de antigüedad, por lo que se caracteriza por sus trazas medievales de gran pureza.
“La parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, situada en la parte alta del caserío, data del siglo XIII y era el primitivo templo de San Bartolomé, patrón del pueblo”, explican fuentes municipales. Posteriormente, “fue restaurada conservando su estilo románico”. Sin embargo, las intervenciones sobre el templo continuaron a lo largo de la historia. “En el siglo XV se amplió el santuario y se construyó una cúpula con artesanado de forma octogonal y de estilo mudéjar encima del altar mayor, mientras que –al lado opuesto– se instaló una gran viga central de madera tallada”. Una centuria más tarde –en el siglo XVI– se levantó el campanario o espadaña, que es “la seña de identidad de Henche”.
A pesar de ello, “lo más característico del edificio es –sin lugar a dudas– su puerta de acceso sobre el muro de levante”, confirman los historiadores. La misma es “de aspecto medieval y románica, compuesta por cuatro arquivoltas”, que –a su vez– se encuentran sostenidas “por sendas columnillas con capitel foliáceo, de las que sólo queda una de ellas”, explica el especialista Ángel de Juan–García, en uno de sus trabajos sobre la localidad.
Además, en el interior del santuario se distingue “una pila de agua bendita de estilo gótico –con arcos y bolas como decoración–, así como una magnífica pila bautismal mozárabe anterior al siglo XII”. El ábside románico merece una detenida visita, debido a su sencillez y pureza.
Sin embargo, la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción no es el único complejo religioso histórico de Henche. También se han de conocer las dos ermitas existentes en la villa. En primer lugar, el oratorio de San Bartolomé, edificado en el siglo XVI. “Se encuentra situado en el despoblado de «Majanares» y se halla edificado con muros de mampostería”, se añade en el libro «Romerías por la Alcarria Alta». “La puerta tiene un arco de medio punto con dovelas y –encima de la clave– aparece labro un cuchillo, símbolo del santo patrón del enclave”.
Además, el visitante tiene la oportunidad de conocer el oratorio de San Roque, emplazado en el cementerio municipal. “Se trata de un edificio del siglo XVI, construido en piedra de sillar y de planta cuadrada”, añade Ángel de Juan–García. “En el muro sur se alza un pequeño pórtico con dos columnas toscanas, así como la puerta de acceso a la ermita”.
Junto a este edificio parte el camino a Trillo, que toma dirección oriente y pasa cerca de los restos del viejo Calvario. No muy lejos de los mencionados enclaves, el caminante conocerá el puente medieval del pueblo. “Situado en la zona del Parque del Pradillo, formó parte del camino que se utilizaba de Madrid a Trillo, para acudir a los reales baños trillanos”.
Y si a pesar de todo esto, el paseante se ha quedado con ganas de más, tiene la oportunidad de conocer el magnífico patrimonio industrial existente en esta villa alcarreña, consistente en un molino aceitero. “Se trata de un complejo de 1752, en el que sus propietarios extraían el aceite para su propio consumo”, se confirma en el estudio «Romerías por la Alcarria Alta». Asimismo, “son muy curiosas las múltiples bodegas que –en el mismo pueblo– guardan los productos de las cosechas anuales de vino y huerta”.
El origen de todo
Por tanto, Henche es una localidad de unas dimensiones discretas –cuenta con 85 habitantes empadronados, según el Instituto Nacional de Estadística (INE)–, pero con un relevante patrimonio en sus calles. No sólo románico y medieval. También de épocas posteriores. En consecuencia, esta localidad posee un luengo devenir de casi 1.000 años. Existen documentos que aseguran que en el siglo XV ya pertenecía al Señorío y Tierras de Atienza, pasando –décadas después– a manos de los Condes de Cifuentes, bajo cuyos designios permaneció hasta la supresión de los Señoríos en 1812, fecha en la que se aprobó la Constitución de Cádiz y se suprimieron los señoríos en todo el territorio nacional y en América.
La denominación oficial del enclave cuenta con –al menos– medio milenio de trayectoria. Fue hace unos 500 años cuando un caballero francés –llamado Dhanche– se asentó en el lugar, entregándole su denominación, que acabó evolucionando hacia Henche o Enche, según la fuente… Además, en algunos parajes de las proximidades del casco urbano, todavía existen leyendas que relatan andanzas pretéritas. Nos referimos a la «Covacha de la Mora». “La gruta se encuentra en una colina a la entrada del pueblo y –según consta en los archivos municipales– esta cueva sirvió de vivienda, en la que se encontraban grabados en sus paredes, que han ido desapareciendo con el paso del tiempo”, explican desde el Ayuntamiento. “Para llegar al lugar, de fácil acceso, hay que ascender hasta la fuente del Cenacho. Frente a ella, pero girando a la derecha, sale un sendita, perfectamente marcada y señalizada, que –bordeando la planicie– nos lleva hasta la citada covacha”.
Por tanto, Henche es un municipio que tiene mucho que ofrecer al visitante. Presenta una serie de alternativas que van desde un románico muy puro –el de su iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción– a ermitas del siglo XVI, un puente medieval o patrimonio industrial. Todo ello, sin olvidar el legado de la tradición oral, que engrandece el legado local. Una riqueza que se complementa con unos parajes naturales típicamente alcarreños, que bien merecen ser recorridos de la mano de las diferentes rutas senderistas diseñadas en el término municipal. Sin duda, una magnífica opción para pasar el fin de semana. ¡No te la pierdas!
Bibliografía DE JUAN–GARCÍA, Ángel. Romerías por la Alcarria Alta. Guadalajara: Editores del Henares, 2007. |

Historiador y periodista, especialista en comunicación ambiental y en Masonería mexicana. El reporterismo es mi vocación. Ahora informando desde Guadalajara. “Entre los individuos, como entre las Naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz” (Benito Juárez, 1867).