El ya obispo de la diócesis entra en Sigüenza como manda la tradición, a lomos de una yegua blanca

Con gran puntualidad acudió a la importante cita de este sábado el ya nuevo obispo de La diócesis Sigüenza-Guadalajara, Julián Ruiz. Poco antes de las 10,00 de la mañana llegada a las puertas del asilo seguntino donde, tras saludar a las monjas, tal y como manda la tradición, subió a lomos de una yegua blanca e hizo un tramo del recorrido que hay hasta la catedral en ella.

A mitad de camino, los seguntinos le habían preparado una trabajadísima alfombra elaborada con productos como la sal, espelta o trigo, que recorrió ha pie hasta llegar a la catedral, en la que tomaría posesión como obispo de la diócesis de manos del Nuncio Apostólico.

Tanto antes como con posterioridad, monseñor Ruiz tuvo ocasión de saludar a algunos de los fieles de la diócesis que quisieron acercarse a ver la ceremonia, un acto al que también asistieron las máximas autoridades de la región como es el caso del presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page; el presidente de las Cortes, Pablo Bellido; las alcaldesas de Sigüenza y Guadalajara, María Jesús Merino y Ana Guarinos, respectivamente; el presidente de la Diputación, José Luis Vega; así como las consejeras Bárbara García y Sara Simón.

También hubo una nutrida representación del mundo de la judicatura, autoridades militares y eclesiásticas, y cientos de fieles.

Todos ellos participaron en una misa concelebrada por más de un centenar de sacerdotes en la que el nuevo obispo de la diócesis, en su homilía, tuvo referencias a la Navidad, a la familia, y dio las gracias a todos los fieles por la cercanía demostrada.