Francisco Romo y Gamboa, entre Cañizar y la Guerra de la Independencia

Palacio inacabado de los Romo y Gamboa en Cañizar
Palacio inacabado de los Romo y Gamboa en Cañizar

Es Cañizar, población a camino entre la Alcarria y la campiña, a la sombra de la devoción del Monasterio de Nuestra Señora de Sopetrán, patria de grandes hombres en la ciencia, la iglesia y el arte.

En Cañizar vio la luz uno de los grandes genios que la pintura ha dado a la provincia de Guadalajara, Casto Plasencia, y de aquí salió al mundo de la medicina el sabio alcarreño don Benito Hernando Espinosa.

También nacieron aquí el ilustre Cardenal de Sevilla don Judas Romo y, por supuesto, sus hermanos, descendientes e integrantes de una de algunas de las familias con más raíz histórica dentro de la provincia.

Entre los hermanos de don Judas Romo destacaría don Francisco.

Iglesia de Cañizar, donde recibieron el bautismo los hermanos Romo
Iglesia de Cañizar, donde recibieron el bautismo los hermanos Romo

Francisco Romo y Gamboa, el genio militar
La biografía de don Francisco Romo y Gamboa, publicada por la imprenta de don Eusebio Aguado en 1849, nos dice que nació en Cañizar, pueblo de la provincia de Guadalajara, el 29 de enero de 1785. Añadiendo, en cuanto a su cuna, que provenía de familia noble y antigua, más ilustre por sus merecimientos que por sus blasones y riquezas, sin que por esto le faltasen los primeros, ni mayorazgo con que vivir decente y holgadamente.

Llevó el mismo nombre que su progenitor, caballero de la orden de Santiago y servidor en las milicias provinciales, batallando, como lo hiciera una buena parte de la familia en la intensa guerra que se libró contra los franceses entre 1808 y 1814.

Don Francisco Romo, padre de nuestro hombre, murió en Francia, en Semur, con el grado de Brigadier. Hasta aquella ciudad fue llevado por los franceses después de hacerlo prisionero en la batalla de Cardedeu, en Cataluña, librada el 16 de diciembre de 1808. Junto a él llevaron a su hijo don Lorenzo Gamboa quien ostentaba entonces el cargo de capitán.

Su madre fue doña Ramona Fernández Manrique, descendiente de los Manrique Lozano de la Serranía de Atienza, con casa solar en esta última villa, así como en Campisábalos.

Francisco Romo y Gamboa fue hermano de Judas José, Cardenal de Sevilla
Francisco Romo y Gamboa fue hermano de Judas José, Cardenal de Sevilla

Entre los hermanos figuraron, a más del Cardenal de Sevilla, dos hembras, siendo la mayor religiosa en el convento de Gerónimas de Brihuega, y casándose la menor con el brigadier don Andrés Briones, del Regimiento de Granaderos de la Guardia Real.

En la Universidad de Alcalá siguió estudios de Filosofía, Leyes y Cánones, dejando estos por los de Matemáticas, Mecánica, Estática y otros de raigambre militar en la Real Academia Militar de Zamora, de la que salió como oficial ingresando como subteniente en el Cuerpo de Ingenieros.

Se encontraba en Valladolid, con el grado de teniente, al estallar la guerra de 1808, batallando al lado de los generales Lacy y Castaños. La inutilización de un brazo, en el transcurso de la guerra, en la batalla de Ocaña en el mes de noviembre de 1809 le impidió continuar la carrera militar, retirándose con el grado de capitán en 1815, año en el que regresó a Cañizar hasta ser llamado, en 1821, a Madrid, para integrarse en la Secretaria del Despacho del Ministro de la Guerra, a la sazón D. Estanislao Sánchez Salvador, siendo nombrado al año siguiente Gobernador, o jefe político, de la provincia de Teruel. Cargo en el que se mantuvo hasta el año siguiente en que fue depuesto, en medio de las revueltas del Trienio Liberal.

Volvería a ser llamado para cargos políticos en 1830, por el Director general de rentas, el molinés José López Juana Pinilla, pasando a ser nombrado en 1834 subdelegado de Fomento de Huesca, donde vivió la primera Guerra Carlista con las revueltas que se llevaron a cabo en aquellas tierras y las vecinas navarras, pasando al año siguiente a presidir el Gobierno civil de Murcia y después el de Valladolid; al de Zaragoza fue enviado al siguiente, sin llegar a tomar posesión del cargo ya que, viajando desde Valladolid a Madrid para desde aquí trasladarse a la capital aragonesa se sucedieron los hechos de La Granja, los cambios de gobiernos, y los nuevos nombramientos que lo dejaron, una vez, sin destino concreto hasta ser nombrado, el 30 de diciembre de 1837 Gobernador interino de Madrid, cargo que le fue conferido en propiedad el 8 de febrero siguiente, admitiéndosele la renuncia, debido a sus males, el 12 de abril de 1838. El 16 de abril fue nombrado Director General de Montes y Plantíos, oficio sin duda más descansado que el de Gobernador. En él se mantuvo hasta su cese, 13 de octubre de 1840.

En medio de estos cargos, ocupó el de Diputado a Cortes por Guadalajara en 1837, y Senador entre 1840 y 1843, volviendo a las Cortes en 1846 como Diputado por Brihuega.

Agravado en su estado de salud, murió en Madrid el 11 de enero de 1849, dos días después de recibir la jubilación oficial.

El mismo folleto nos dice que era alto de cuerpo recio y bien formado y proporcionado en sus miembros, de constitución fuerte, de carácter serio, andar magestuoso, sensible, activo y vivo de genio, severo consigo mismo y tolerante con los demás.

Se casó en dos ocasiones, la primera con doña Juana Lagunez, quien falleció al poco de contraído el matrimonio, enlazando nuevamente, en la segunda ocasión con doña Teresa Balanzart, entonces viuda y madre de cuatro hijos, dos hembras y dos varones, con la que tendrían dos hijas más, María del Carmen, que permaneció soltera, y María Sopetrán, quien contrajo matrimonio con quien más adelante sería brigadier del ejercito real, don Mariano Bardají (o Bardaxí).

Francisco Romo y Gamboa, militar y político, nació en Cañizar (Guadalajara), el 29 de enero de 1785; murió el Madrid, el 11 de enero de 1849.

Bibliografía:
GISMERA VELASCO, Tomás. “Cañizar y sus Gentes”; Indenpendently Published (2021)
GISMERA VELASCO, Tomás. “Benito Hernando Espinosa; Un sabio alcarreño”; Indenpendently Published (2021)