Guadalajara, ciudad de «árboles singulares»

Pino tumbado detrás de la Concordia (foto Catálogo de árboles singulares.- Asociación Micorriza)
Pino tumbado detrás de la Concordia (foto Catálogo de árboles singulares.- Asociación Micorriza)

Una de las cosas más llamativas para el viajero que pasea por la capital provincial es la gran cantidad de zonas verdes existentes en la misma, que superan los dos millones de metros cuadrados –200 hectáreas–. Algunas presentan, además, una historia centenaria a sus espaldas. Es el caso de «La Concordia», que se inauguró el 13 de junio de 1854. Casi nada. Este amplio número de «lugares naturalizados» provoca –a su vez– la proliferación de una relevante riqueza botánica en la ciudad y un gran abanico de «árboles singulares».

Por ello, el Ayuntamiento arriacense, en colaboración de la asociación Micorriza, ha editado una guía en la que se realiza un inventario de estos últimos ejemplares, al mismo tiempo que se divulga su importancia. “Nos encontramos ante una interesante iniciativa que conecta con nuestra madre tierra. Una guía indispensable para descubrir, detenerse y conocer los árboles más destacados, con mayor historia y más espaciales de nuestra ciudad”, explica el alcalde caracense, Alberto Rojo. “Nos hallamos ante un valiosísimo patrimonio natural que estamos obligados a proteger y a poner en valor”.

Pino en la Plaza de España (foto Catálogo de árboles singulares.- Asociación Micorriza)
Pino en la Plaza de España (foto Catálogo de árboles singulares.- Asociación Micorriza)

Pero, ¿en qué consisten los «árboles singulares»? “Para nosotros, son esos ejemplares que, si cerramos los ojos, podemos recordar y recomponer su imagen en nuestra memoria y que, por alguna razón, cuidamos y mimamos, ya que tienen algo que los hace ser especiales”, explican desde Micorriza. En cualquier caso, “los caracteres más sencillos para determinar la mencionada «singularidad» son el diámetro del tronco y la altura de la copa”. Además, “hablamos con la gente por si hubiere algún relato o hecho cultural asociado a alguno de ellos”, explica Rafael Marco, ingeniero de montes y técnico de la mencionada asociación.

Por tanto, se trata de ejemplares que “han sido importantes para la sociedad, debido a que bajo sus copas se celebraban reuniones de concejos, se firmaban pactos; o en sus troncos se marcaban cruces. Además, algunos estaban situados estratégicamente para delimitar territorios o para ser un punto de reunión en las plazas”. En otros casos, “el árbol era considerado como un ser sagrado. E, incluso, pueden tener asociado un acontecimiento histórico o cultural”.

Olma de Bejanque (foto Catálogo de árboles singulares.- Asociación Micorriza)
Olma de Bejanque (foto Catálogo de árboles singulares.- Asociación Micorriza)

Una relevancia a tener en cuenta.
Al mismo tiempo, se deben mencionar “los beneficios ecosistémicos que aportan estos «árboles singulares». Entre ellos, “dar sombra al senderista o la mitigación del frío y el calor cuando nos encontramos bajo su copa”, indican desde Micorriza. De igual forma, “estos individuos, muy longevos en la mayoría de los casos, presentan oquedades que sirven como refugio de fauna, ya sea para aves rapaces, reptiles o roedores”. No en vano, “debido a sus grandes dimensiones y avanzada edad, son capaces de entablar relaciones con determinadas especies durante siglos”.

– En este sentido, ¿qué tipo de especies predominan dentro de los «árboles singulares» de Guadalajara?

– Principalmente, hay pinos. Muchos de ellos, carrascos. También destacan los cedros, como los existentes en Santo Domingo, en «La Concordia» o en otros lugares de la ciudad –explica Rafael Marco, de Micorriza–. Al mismo tiempo, existen otros casos menos abundantes, como un castaño de indias, una morera o un ciprés de Portugal.

Pero, ¿cómo surgió la idea de hacer un inventariado sobre dicha realidad? “Desde nuestra germinación en el año 2013, hemos estado trabajando en la catalogación, conservación y divulgación del «arbolado singular». Este patrimonio arbóreo forma parte de nuestro ADN”, relatan desde la asociación impulsora de la iniciativa. “El recorrido realizado durante estos años nos ha aportado una visión y una perspectiva amplia sobre los referidos ejemplares, tanto desde el punto de vista ecológico como desde el cultural y antropológico”.

Morera en el Instituto Liceo Caracense (foto Catálogo de árboles singulares.- Asociación Micorriza)
Morera en el Instituto Liceo Caracense (foto Catálogo de árboles singulares.- Asociación Micorriza)

De hecho, en el 2014 Micorriza ya se encargó de publicar la primera Guía de Árboles y Arboledas Singulares de la Comarca de Molina-Alto Tajo, que fue todo un éxito. Y, progresivamente, gracias a su tesón, han ido consiguiendo varios de sus objetivos. Ya no sólo la conservación de los ejemplares que estaban en peores condiciones. También poder recordar aquellos que –desgraciadamente– ya no existen, debido a diversas circunstancias.

Por ello, cuando el Ayuntamiento de Guadalajara lanzó una convocatoria de ayudas destinada a asociaciones medioambientales, “no dudamos en presentar un proyecto para catalogar dichos «árboles singulares»”. Y, además, desde Micorriza pretendieron que fuera –también– una iniciativa con “la que pudiéramos compartir con la ciudadanía estos monumentos ecológicos que han sido testigos de la evolución de la capital”,

“La propuesta de Micorriza nos pareció muy interesante y les dijimos que la llevasen a cabo”, rememora María de los Ángeles García Moreno, concejala de Transición Ecológica.

“En un principio, pensaron que iba a haber menos «árboles singulares» en la ciudad, pero a medida que fueron trabajando comprobaron que había muchos más que catalogar”. Por tanto, se trata de una “propuesta que se seguirá ampliando”. De hecho, no se descarta que, en futuras ediciones, el presente trabajo se extienda al resto del municipio. No solamente al casco urbano arriacense…

 Y en esto, llegó la capital.
Sin duda, se trata de una iniciativa de gran interés. Por ello, desde Henares Al Día hemos querido repasar algunos de los 53 árboles singulares existentes en la ciudad –de los más de 113 que tenían potencialidad de serlo–. De hecho, hemos prestado una mayor atención al casco antiguo –aunque no sólo–, con el fin de acotar el análisis. En el mismo, los ejemplares “aparecen salpicados por algunas calles y plazas muy concretas”. Precisamente, en estos lugares es donde se pueden encontrar algunos de los ejemplares más identificables por los guadalajareños.

Así, se han seleccionado para este artículo unos 25 casos de los más conocidos por la ciudadanía. Y, para ello, se han elegido aquellos que cuenten con un cierto “aprecio social” por parte de los vecinos; que posean “una historia asociada”; que gocen de “un nombre social”; que supongan el “embellecimiento· del entorno en el que se ubican; o que supongan una asociación con una plaza, monumento o edificio con una riqueza pretérita a sus espaldas.

Plátano junto a la ermita de San Roque (foto Catálogo de árboles singulares.- Asociación Micorriza)
Plátano junto a la ermita de San Roque (foto Catálogo de árboles singulares.- Asociación Micorriza)

Así, quizá, una de las muestras más afamadas sea la antigua olma de Bejanque, muerta hace varios años debido a la grafiosis, y de la que únicamente queda su tronco. “Contaba con 4,80 metros de perímetro normal en 1988, frente a los 5,00 metros de ahora sin corteza. Y, además, tenía más de 20 metros de altura. Este árbol era descrito como el monumento vivo más emblemático de la capital provincial”, explican desde Micorriza. De hecho, “existen planos de 1849 en los que la plaza circundante se llamaba de «La Olma», en vez de Bejanque”.

Al referido ejemplar se le considera un «árbol fantasma». “Con este llamativo término, acuñado en 2013 durante el primer catálogo que realizamos desde Micorriza, pretendemos dar cabida a aquellos árboles que, formando parte de la memoria colectiva, han desaparecido del paisaje o solo se puede apreciar una parte de su estructura vegetal muerta”, explican los especialistas.

Y para recordar a dicho ejemplar histórico, a unos pocos metros –en el mismo espacio– se ha querido plantar un nuevo olmo. “Este árbol destaca por su interés científico, ya que fue donado por el gobierno central, procedente del Programa español para la evaluación y conservación de los recursos genéticos de los olmos y la obtención de individuos resistentes a la grafiosis. Su plantación tuvo lugar el 20 de febrero de 2016”, aseguran desde Micorriza.

Cedro en la Plaza Mayor (foto Catálogo de árboles singulares.- Asociación Micorriza)
Cedro en la Plaza Mayor (foto Catálogo de árboles singulares.- Asociación Micorriza)

Una lista que no para
Sin embargo, las muestras seleccionadas no finalizan aquí. Todo lo contrario. También se debe mencionar el «cedro de Himalaya» emplazado en Santo Domingo. “Posee unas dimensiones considerables y su edad se estima en torno a un siglo de vida. La totalidad del arbolado de la plaza representa un refugio para la fauna, pero este ejemplar, por su longevidad y dimensiones, alberga más biodiversidad (hongos, invertebrados, aves…) que otros individuos más jóvenes”. También se han de mencionar otros casos de la misma especie existentes tanto en la Diputación Provincial como frente al Ayuntamiento.

Precisamente, junto al Consistorio se puede encontrar varios ejemplares de interés. Entre ellos, el pino carrasco que preside el espacio. Una variedad que también está presente en la calle Mayor –en el jardín de lo que era la «Banca Alvira»–, o en la plaza de España, frente al Infantado. Asimismo, se ha de destacar el almez existente a un costado de la concatedral de Santa María. “Sus dimensiones son considerables y tiene un porte muy bonito, ya que nunca ha sido podado. Su edad se estima en torno a un siglo”, explican los expertos.

Todo ello, sin olvidar el cinamomo que preside el Jardinillo. “Sus dimensiones son considerables y, pese a que no es un ejemplar muy longevo, representa un punto caliente de biodiversidad por su carácter aislado, ya que sólo hay dos árboles en esta plaza y escasean en los alrededores”, explican desde Micorriza. Asimismo, se ha de mencionar la morera plantada en el jardín del IES Liceo Caracense, emplazado en el palacio de Antonio de Mendoza. “Se estima que es bastante mayor. Se halla adornando la entrada a la Iglesia de la Piedad”. Un poco más allá, en la calle Teniente Figueroa, también se puede visitar una falsa acacia.

Pero, ante todo, se ha de hacer referencia al pino carrasco existente en la plaza de María Pacheco, frente al parque de «La Concordia». Es un caso muy particular, por su disposición tumbada. “Es el más querido por los habitantes de Guadalajara y se ha convertido en todo un símbolo de la ciudad. Para los niños y niñas, siempre ha sido un columpio, porque es muy fácil subir por su tronco y caminar por él aprovechándose de su gran inclinación”.

Cedro del Himalaya junto a la Diputación (foto Catálogo de árboles singulares.- Asociación Micorriza)
Cedro del Himalaya junto a la Diputación (foto Catálogo de árboles singulares.- Asociación Micorriza)

“En la actualidad tiene el tronco totalmente apoyado en el suelo”, describen los investigadores. “Es su porte y el aprecio social lo que lo convierten en un auténtico monumento vivo. Se considera que su edad está cercana al siglo de vida”. Además, en la zona verde anexa también se distinguen diferentes ejemplares de pino carrasco de gran singularidad, debido a su altura, edad o aceptación social.

E, incluso, para aquellos que quieran caminar un poco más, tienen la oportunidad de acercarse hasta el cementerio municipal. En el camposanto existen una serie de cipreses dignos de visitar. Además, fuera del centro de la ciudad también se han de conocer el platanero existente frente a la estación del ferrocarril o el pino carrasco que hay junto al antiguo cuartel del Henares.

En la otra punta de la capital, tampoco se han de pasar por alto el álamo blanco existente en la Fuente de la Niña o el plátano de sombra sembrado frente a la ermita de San Roque. En el parque homónimo se distinguen otros ejemplares de interés, como chopos, pinos carrascos o un ciprés de Portugal. “La principal singularidad de este último árbol, que pertenece a una especie poco frecuente en la ciudad, radica en que presenta una altura considerable que no alcanzan otros individuos similares”, explican desde Micorriza.

En consecuencia, Guadalajara cuenta con una gran riqueza botánica. Existe la posibilidad de conocer una gran cantidad de especies florísticas sin salir de la ciudad. Entre ellas, destacan na serie árboles, caracterizados por su singularidad. Los mismos son, también, memoria viva de la ciudad, junto a su patrimonio histórico. Por tanto, en la capital provincial se dan la mano los monumentos y la naturaleza para hacer de la ciudad un destino único. ¡No te lo pierdas!

(Las fotos de este reportaje pertenecen al Catálogo de árboles singulares.- Asociación Micorriza)